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Es rápido, son apenas unos segundos, pero para muchos el momento de recibir la primera dosis de la vacuna contra el covid de Pfizer no se mide en tiempo, sino en esperanza. En la Torre 7 C del Hospital de Valdecilla, Cristina Abraira, residente de primer año de Enfermedades Infecciosas, sacó el móvil para inmortalizar el momento. «Esto es histórico ¿Podemos sacarnos una foto?», preguntó al equipo de enfermería que se encargó del pinchazo. Es importante porque es el «primer paso» para poner fin a un virus contra el que el personal sanitario lleva peleando diez meses. «Lo estábamos esperando», reconoce. Y, por eso, no se lo pensó dos veces. La emoción era tal que ni la mascarilla podía disimular su alegría mientras con el brazo derecho sujetaba el algodón tras el que se escondía el pinchazo. «A mí, esto me da esperanza».
La suya fue una de las mil dosis que Valdecilla inoculó a sus trabajadores durante la jornada. Mañana y tarde. Un ritmo de vacunación que persigue un objetivo claro: «Intentar inmunizar a todo el personal para el domingo», explicaba Gema García, directora de Enfermería del hospital. Un «gran reto» que esperan conseguir porque dará «seguridad» tanto a sus trabajadores como a los pacientes. «Es ver brillar un poco la luz», señala. Y Sierrallana y Laredo siguen sus pasos. En ambos hospitales pusieron ayer la dosis a los primeros profesionales, aunque será la próxima semana cuando vivirán el gran despliegue de inmunización.
Valdecilla arrancó la campaña el martes por la tarde con 250 vacunas. El momento de recibir los viales fue «un subidón», cuenta María Luz Roldán, supervisora de Cuidados Intensivos y una de las profesionales que se encargó de administrar los primeros pinchazos. Había mucha «expectación». Una vez recibidas, se concentraron en la preparación y comenzaron a inocularlas entre sus compañeros. «Es mucho estrés», reconoce, porque, una vez están fuera de la nevera y ya preparadas, si no se inyectan, se pierden. El ritmo lo han cogido en apenas dos días porque ya el miércoles fueron otros 500 los vacunados.
También residente de primer año, Víctor Etxebarria vivió ayer por la mañana el momento del pinchazo como parte de la «historia», repetía. «Hemos visto cara a cara lo que puede hacer el covid» por eso insistió en la importancia de vacunarse. Un mensaje que subrayó Carmen Peláez, ayudante de la cocina central del hospital: «La vacuna puede ahorrarme ir a la UCI y no nos mata». Sin embargo, el virus sí. Está muy segura de lo que dice, por eso estos días se ha encargado de convencer a los compañeros que no lo veían tan claro. Además el pinchazo «no duele nada, ni me he enterado», decía a la salida.
En la puerta 5 de consultas de Urgencias, la cola delataba dónde estaba el punto de vacunación. Purificación García, celadora del servicio, reconocía haber tenido «dudas», pero declaraba ser consciente de lo importante del pinchazo para «terminar con el virus» y, en caso de rebrote, tener al personal sanitario inmunizado y «no colapsar los hospitales». Alejandra Blanco, adjunta de Urgencias, define la dosis como «fundamental» para la pandemia. Una decisión que «deberíamos tomar todos», añade. La preparación de esas dosis, que todos recibieron pasadas las 13.00 horas, comenzó un poco antes. Concretamente a las 12.17 horas en el Salón de Actos, cuando el hospital recibió los viales. En ese instante la llegada de tres trabajadores de seguridad con la nevera en la que se mantienen las vacunas se recibió con expectación. En la sala estaban ya reunidos los equipos de enfermería que iban a encargarse de las inyecciones para recibir la formación necesaria sobre los procedimientos y la preparación de las dosis.
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Entre otros aspectos les recordaron los casos en los que una persona no debe vacunarse, por ejemplo si está embarazada. Una vez se extraen los viales, hay dos horas para diluirlo. En la preparación de las dosis el tiempo es clave y al momento seis profesionales comenzaron la reconstrucción de las vacunas. En total, ubicaron trece puntos de vacunación repartidos por el hospital. Todos ellos formados por trabajadores del propio centro. El procedimiento volverá a repetirse dentro de 21 días. Ese es el plazo que debe transcurrir para recibir la segunda dosis.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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