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Los trenes son cada año objetivo de los grafiteros, que dejan sobre ellos una huella 'estética' que Renfe se dedica posteriormente a limpiar. Firmas, dibujos, grafos voluminosos o letras simples de todos los colores: la imagen de suciedad y abandono causada por la proliferación ... de estas pintadas en los vagones de Renfe costó 307.000 euros en Cantabria el pasado año. A nivel nacional, la cuantía total destinada a limpiar el rastro del vandalismo ascendió a 25 millones de euros, según informó ayer la compañía ferroviaria. Esto se traduce en que, a diario, gasta más de 69.000 euros en estas labores.
Sin embargo, la cuantía no solo hace alusión a la limpieza en sí misma, sino que a esta cifra se suman también los gastos indirectos que se derivan de esta práctica, como es la inversión en seguridad, tanto en personal como en otros sistemas de videovigilancia, como la futura implementación de drones para disuadir a los vándalos de actuar sobre los trenes, porque su efecto va más allá de lo puramente estético. A menudo hay retrasos y trenes suprimidos por falta de visibilidad; grafitis en los elementos de seguridad que impiden la circulación; frenazos de emergencia para pintar en medio de un trayecto, o el molesto olor de este producto químico para los viajeros. Estas son algunas de las consecuencias directas que sufren los usuarios de los trenes vandalizados con pintadas.
Durante el año pasado, los vándalos han pintado cerca de 2.024 metros cuadrados de superficie de trenes en Cantabria (a nivel nacional, la superficie alcanza los 80.000 metros cuadrados), y para su limpieza se emplearon 10.500 horas de trabajo.
En esa prevención, ¿cuántas denuncias se han puesto? El año pasado, el personal de seguridad de Renfe detuvo a 33 grafiteros y las fuerzas y cuerpos de seguridad pusieron a disposición judicial a 150. Además, según datos de la compañía, en Cantabria se han denunciado 100 intrusiones de grafiteros en las instalaciones de Renfe, y a nivel nacional dichas denuncias ascienden a 3.559.
La retirada de grafitis obliga a movilizar los trenes hacia los centros de limpieza. El consumo eléctrico de estos desplazamientos equivale al consumo de 400.000 kilovatios por hora o, lo que es lo mismo, a 36 millones de bombillas encendidas durante una hora o a abastecer el consumo de más de 44.000 hogares durante un día.
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