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Alrededor de 150 profesionales de toda la región han secundado hoy la concentración convocada por el Colegio Oficial Veterinario de Cantabria frente a la Delegación ... del Gobierno para protestar contra la entrada en vigor del Real Decreto 666/2023, una norma que obliga al registro oficial de antibióticos y con la que los facultativos no comulgan por entender que les carga de burocracia, les limita en sus funciones veterinarias y pone en riesgo la salud animal. Abrigados por una veintena de ciudadanos que han acudido acompañados por sus perros, algunos ya acostumbrados a los ruidos, otros en cambio no tanto, los veterinarios han exigido la derogación de esa ley primero desde la acera y luego también desde la carretera, que han ocupado durante casi media hora sin disponer de la preceptiva autorización para hacerlo con el consiguiente daño que ello ha causado al tráfico rodado por la principal arteria de Santander.
La protesta, que venía acompañada por el cierre simbólico de las clínicas veterinarias durante dos horas, se ha desarrollado entre las diez de la mañana y las doce en punto del mediodía y, además de una soberana pitada y numerosas proclamas en defensa del trabajo veterinario y del bienestar de los animales y en contra de la llamada Ley del Medicamento, ha contenido también la lectura de sendos manifiestos a través de los que las plataformas convocantes han querido transmitir su malestar por la aplicación del decreto.
Vocal de Pequeños Animales de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial Veterinario de Cantabria, Javier Gómez ha dado voz al manifiesto que el Consejo General de Colegios Veterinarios ha elaborado para su lectura en las concentraciones celebradas en todo el país. Y portavoz del Comité de Crisis Veterinario, que engloba a asociaciones, patronales y plataformas de este sector, Raquel López Magaldi ha leído el redactado por los colectivos convocantes.
Antes, Gómez ha reunido a la prensa para explicar muy someramente el motivo que ha echado a los veterinarios a las calles. «Se ha publicado un real decreto en el que se viene a decir que los veterinarios no sabemos hacer nuestro trabajo, que no sabemos tratar a nuestros animales, y tienen que ser otras personas quienes tengan que enseñarnos», una normativa, ha añadido Gómez, «que, por otro lado, nos genera una carga burocrática inmensa que no hace sino complicar nuestra tarea» y que, además, «pone en riesgo la salud de los animales» porque los facultativos «no podemos estar a expensas de tener que rellenar un montón de papeles para mandar a que se busque un determinado medicamento para un animal que nosotros ya tenemos y podemos aplicar en el momento».
Según afirma el veterinario, «este decreto no nos permite tratar a los animales conforme a nuestro criterio» sino que impone «el criterio de un funcionario del Ministerio de Agricultura». Y a su juicio, «que alguien desde una oficina del Ministerio de Agricultura le diga a un veterinario cómo tienen que tratar a un animal es ridículo y absurdo».
En este paquete reivindicativo, ha añadido Gómez, el colectivo lleva otras reivindicaciones, «como por ejemplo el IVA de las facturas que extendemos los profesionales», que es distinto dependiendo de si el animal atendido es de granja o de compañía. Así, «si un veterinario va a una cuadra y trata a una vaca se le aplica el 10%, y si va a la casa de al lado y trata al perro de una persona es de un 21%», algo que «no tiene sentido», ha concluido Gómez, que ha reivindicado para el sector la condición de «sanitarios».
Dicho esto, el vocal se ha reintegrado en el grupo, que después de escuchar el manifiesto ha decidido por su cuenta, porque los organizadores no disponían de permiso para hacerlo, echarse a la carretera y cortar de sopetón la vía principal de la ciudad, en la que han quedado atrapados una decena de autobuses municipales y algunos vehículos que durante cerca de veinte minutos –lo que ha tardado la primera patrulla de la Policía Local en presentarse en el lugar– han tenido que maniobrar para poder escapar del cerco.
Luego de comprobar que, efectivamente, los manifestantes tenían autorización de la Delegación del Gobierno para concentrarse, pero no en la carretera, agentes de la Policía Nacional han pedido a los participantes que despejaran la calzada y continuaran sus protestas sobre la acera, requerimiento que los veterinarios han atendido permitiendo que el tráfico por la ciudad se pudiera reanudar.
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