Villapresente denuncia la celebración de un evento sin permiso en El Camarao

«Nos dijeron que no podían hacer nada, que eran concentraciones como las de otros fines de semana, y que la música era con altavoces, que no había nadie tocando», explicaba ayer a este periódico la teniente de alcalde de Reocín, Erica Fernández. La edil aseguró que es la respuesta que les había dado la Guardia Civil que se personó en el lugar a petición de la Junta Vecinal y de otros muchos vecinos que les llamaron alertados por el jaleo.

Fueron precisamente los responsables municipales los que, a raíz del anuncio en redes sociales, desmintieron el pasado viernes que hubiese cualquier evento autorizado en el lugar a pesar de los carteles difundidos. Más aún, había sido previamente la propia benemérita la que dio el aviso a la Junta Vecinal de Villapresente de la convocatoria coincidiendo con la celebración del Día de la Independencia de Colombia. Fue justo eso lo que obligó al Consistorio a emitir el comunicado desautorizando el evento ante la imposibilidad de contactar con los organizadores. «La fiesta no cuenta con la preceptiva autorización y en las actuales circunstancias sanitarias su celebración no sólo incumple las ordenanzas municipales, sino que contraviene las normas de seguridad por el covid-19 para evitar contagios», resumían.

En ese contexto, llegó el día y la hora y, según relatan los vecinos, la quedada o reunión se celebró «y no cabía un coche más en el aparcamiento de El Camarao». «Se ven imágenes en las que se está incumpliendo la norma sanitaria», añadía ayer la teniente de alcalde de Reocín, que no ocultaba cierto malestar de la Corporación por lo sucedido, ya que el Ayuntamiento y la Junta Vecinal «no tienen medios» policiales para disolver una concentración de este tipo y entienden que ha de ser la Delegación de Gobierno quien actúe dada la actual situación de pandemia.

La Playa Internacional de El Camarao, como se llamaba antaño este entonces punto de encuentro familiar, es una poza de río con una bonita cascada producida por una pequeña presa y un área recreativa al lado que, cada fin de semana, se llena de gente y en la que los vecinos denuncian -desde hace décadas- problemas de ruidos, acampadas ilegales y suciedad por la celebración de botellones no autorizados.

Con motivo del covid, y el cierre de piscinas, El Camarao recibe ahora más visitas que nunca y de un público más joven. El Ayuntamiento reconoce que no tiene medios para controlar el aforo y resolver el problema en este lugar, por lo que registrará un escrito esta semana ante la Delegación de Gobierno para pedir auxilio a las fuerzas de seguridad del estado de cara a vigilar este punto conflictivo.

«Pediremos algo más de colaboración por parte de la Delegación de Gobierno, porque nosotros solos no podemos hacer mucho para desalojarlos», indicaba Fernández, que admitía que «no había sentado bien» en el seno de la Corporación la respuesta ofrecida por la Guardia Civil al llamamiento de ayer. Ni al Ayuntamiento ni tampoco a los vecinos que viven por la zona.