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De la Consejería de Obras Públicas salió en otoño un proyecto de Ley del Suelo rumbo al Parlamento. Después PRC y PSOE enmendaron el texto elaborado por el Gobierno que sustentan con hasta 69 enmiendas de calado y esta misma semana el bipartito ... aceptó una enmienda de Ciudadanos que afecta al artículo 86, el más polémico, ya que es el que regula la construcción de viviendas unifamiliares aisladas en suelo rústico. En cada uno de esos pasos, las restricciones iniciales para levantar casas en fincas no urbanas se han ido reduciendo. En cualquier caso, no ha sido suficiente para alcanzar las exigencias del PP, que puso una línea rojo a la que socialistas y regionalistas no están dispuestos a llegar.
Los populares quieran que la norma no cambie la actual regulación, que se aprobó con el consenso de todos los partidos hace una década, durante el Gobierno de Ignacio Diego. Que no cambie en dos sentidos. En primer lugar, que se aplique de la misma forma en toda la comunidad autónoma y no de manera más o menos inflexible según el tamaño de los municipios. El texto que han acordado PRC, PSOE y Cs da muchas facilidades para ocupar suelo rústico en municipios de menos de 5.000 censados, genera un escenario intermedio en los que tienen de entre 5.000 y 10.000 vecinos y directamente lo impedirá a partir de julio de 2024 en los de mayor tamaño.
Como ha confirmado este martes el diputado popular Roberto Media, en esta formación están en contra de que en Cantabria haya, en el ámbito del urbanismo, ciudadanos «de primera, de segunda o de tercera categoría» en función del lugar en el que residan. Además, insistió en que votarán no a la Ley porque el bipartito se niega a que las áreas de crecimiento –los suelos rústicos en los que se podrá construir bajo una serie de exigencias– se puedan mantener hasta los 200 metros desde las zonas urbanas. Con el borrador consensuado por Gobierno y Cs, ese perímetro se reduce a la mitad, hasta los 100 metros.
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«Si la ley era buena, por qué la enmendaron. Si las enmiendas eran buenas, por qué aceptan la transacción con Cs», echó en cara Media al PRC, a quien acusa tanto de «tomar decisiones erráticas y sin criterio que solo buscan contentar al PSOE» como de rectificar ante la presión de los alcaldes regionalistas que han asumido las tesis del PP. «La última enmienda intenta lavar la cara. Estamos a tiempo aún de que sea una ley que no genere problemas», señaló Media, que mantiene la mano tendida al Ejecutivo y valora que el actual estatus de construcción de vivienda unifamiliar aislada en suelo rústico «se ha demostrado compatible con la protección del territorio».
Con Cs cerca de apoyar al bipartito tras el último acuerdo y con un Vox que tampoco ve improbable el 'sí', también rechazan la norma desde la izquierda extraparlamentaria, pero por motivos distintos al PP. «Nuestro modelo es el vasco o asturiano, donde las viviendas unifamiliares en suelo rural y fértil sólo se permiten a las familias del sector primario o similar y así protegerlo y garantizar su continuidad. Cuando se cimenten las mieses y montes donde pacen las vacas hoy, como con los polígonos eólicos, seguirán echando la culpa de la pérdida de peso de nuestros ganaderos y agricultores», afirma Israel Ruiz Salmón, portavoz de Izquierda Unidad, que lamenta que el PRC «no tiene más modelo que el ladrillo» y acusa al PSOE de aceptar «una nueva concesión a su socio conservador».
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