El vuelo de Ryanair procedente de Budapest cancela su aterrizaje en el Seve Ballesteros por la niebla

La densa niebla con la que despertó la capital cántabra esta mañana de viernes ha sido la causa, según Ryanair, para que el vuelo que debía llegar al Seve Ballesteros procedente de Budapest haya cancelado su aterrizaje en Santander. Cerca de un centenar de pasajeros aguardaban ya en la puerta de embarque pasadas las 9.45 horas, pero el avión nunca llegó. «Estábamos ya en la cola para embarcar y nos han dicho por megafonía que no iba a tocar tierra por 'escasa visibilidad' y que se quedaba en Bilbao», acredita Ernesto Casado.

Como él, todo el pasaje -cerca de un centenar de personas- se ha visto obligado a aceptar la solución de la compañía aérea: subir a un autobús a las 10.00 horas con destino al aeropuerto de Bilbao, donde las condiciones climatológicas no han impedido su aterrizaje. Otro autocar, a su vez, ha acercado a Santander a los viajeros que han aterrizado en la capital de Vizcaya.

«Todo ha sido rápido porque nos han informado en Santander de que no iba a aterrizar a las 9.55 horas y nos han puesto el autobús a las 10.10 horas. Lo que ocurre es que pese a que todo eso se ha hecho rápido, ahora vamos a tener que esperar hasta las 14.30 para salir de Bilbao hacia Budapest -finalmente el avión despegó a las 13.30 horas-», lamenta Casado. «Lo que nos llama la atención es que mientras pasaba esto, nosotros veíamos cómo aterrizaban otros vuelos, con lo que la visibilidad no debía ser tan mala».

De hecho Aena informa que el resto del tráfico aéreo en Santander no ha tenido contratiempos. «Solo un avión de Vueling ha sufrido un retraso, pero nada reseñable», informan fuentes del Seve Ballesteros.

Ocurre que la potestad para tomar la última decisión de aterrizar o abortar la maniobra depende del piloto. Por eso, en ocasiones, con una decisión así de subjetiva, se dan situaciones como la de hoy.