La vuelta a clase será presencial en Cantabria pero con cuarentenas reducidas a siete días

«La presencialidad es una prioridad absoluta», anunció la ministra de Sanidad Carolina Darias, una vez terminada la reunión con los responsables autonómicos y los ministros de Educación y Universidad. La decisión del regreso a clases el próximo lunes 10 de enero se tomó por «unanimidad de los miembros de las tres conferencias» por el «impacto mínimo de la pandemia en los centros educativos». Ha sido «una decisión de país».

Cantabria ya había defendido esta postura: educación en el aula y con medidas después de las fiestas. La consejera de Educación y FP, Marina Lombó (PRC), era hace unos días muy clara en este periódico: la presencialidad era irrenunciable e «imprescindible», y tenía que estar acompañada, eso sí, de todas las medidas de prevención -«grupos burbuja en Infantil y Primaria, mascarilla desde los 6 años y ventilación cruzada, entre otras»- que ya figuran en los protocolos que rigen las rutinas de los centros educativos cántabros. De hecho, de cara al próximo día 10 de enero, Educación trasladará a los centros educativos la necesidad de ser «lo más rigurosos posible» en las próximas fechas, especialmente en tres aspectos: la no interacción de los distintos grupos de convivencia estable en interiores, el uso adecuado de la mascarilla a partir de los seis años y la ventilación, preferiblemente cruzada

Esta mañana el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha explicado que Cantabria adaptará su protocolo marco al de carácter nacional, para así, dejar las cuarentenas en siete días. «Por lo demás el protocolo de Cantabria va a quedar igual», ha dicho, si bien ha matizado que la evolución epidemiológica -la previsión de Sanidad es que la curva de la sexta ola siga subiendo- marcará la posibilidad de nuevos ajustes en las medidas anticovid que ya toma Cantabria en colegios e institutos. En cualquier caso ha insistido en que la presencialidad es un «elemento fundamental» para la educación de calidad y ha puesto en valor el trabajo realizado en todos los centros educativos, que han sido «la pieza clave» para mantener la presencialidad desde septiembre del año pasado. Rodríguez ha apuntado a la «excelente coordinación» entre el ámbito sanitario y el educativo y universitario y ha aludido a los «excelentes» índices de vacunación, y especialmente a dos «hitos» con impacto directo en el ámbito educativo: el avance de la inoculación en la franja de 5 a 12 años y la tercera dosis al personal de los centros educativos.

Tal y como les ha pedido el Gobierno, las comunidades tendrán que extremar la prevención en exteriores e interiores de los centros. Cantabria, que no había retirado la mascarilla al aire libre, no tendrá que reajustar ese aspecto. Mantendrá, de este modo, los protocolos «estrictos», el modelo de sustitución del profesorado y los refuerzos, destacan desde la Consejería de Educación.

Como el trimestre anterior, las medidas de prevención proseguirán con rigurosidad, con las medidas básicas como la ventilación cruzada, el lavado frecuente de manos, la higiene máxima y el uso correcto de mascarillas, también en los patios. «En los días siguientes seguiremos viendo una subida de la incidencia», analizó Darias, sobre los «datos más altos desde que comenzó la pandemia». «Estaremos viendo los efectos de Nochebuena y el evento de fin de año. Pero hay una menor gravedad, que tiene que ver con la variante Ómicron y la altísima tasa de vacunación. Estamos en un momento importante de la pandemia y tenemos certeza de lo que funciona: la vacuna, que nos protege frente a la gravedad de la enfermedad».

Por su parte, la consejera cántabra, Marina Lombó ha instado al Ministerio de Sanidad a adaptar la guía de actuación ante la aparición de casos de covid-19 en centros educativos «de forma inminente», para que todas las comunidades autónomas «afronten la nueva situación derivada del impacto de la variante Ómicron de forma similar». Ha reconocido que la situación del final del trimestre fue «complicada», con un número de aulas en cuarentena «superior» al registrado hasta entonces. «Los centros educativos siempre han sido un reflejo de la incidencia del virus en la sociedad y el incremento de la transmisión de finales de diciembre tuvo su inmediata traslación a los centros», ha reconocido.

Sin embargo, considera que la creciente incidencia del virus en los últimos días, cuando los contagios ya no pueden estar vinculados al ámbito educativo, demuestra de nuevo que mantener los centros educativos es «acertado», porque son, además de un servicio esencial, los espacios «más controlados» de interacción de niños y jóvenes.

El vicepresidente autonómico, Pablo Zuloaga, también ha estado presente en el Consejo Interterritorial. En el caso de la universidades, la vuelta a clase será en febrero y también de «forma presencial». Ahora, ha contado Zuloaga tras la reunión, los departamentos de Sanidad y Educación trabajaba para volver a «reforzar» los protocolos de actuación frente a la variante ómicron, «en lo que tiene que ser una vuelta al cole con certidumbre y seguridad para las familias», ha dicho. Algo que ayuda en este empeño es que Cantabria, ha añadido el vicepresidente, es la comunidad autónoma que «más avanzada lleva la campaña de vacunación en edades infantiles. Superamos al resto en torno a un 43% de vacunación».