Secciones
Servicios
Destacamos
ENRIQUE MUNÁRRIZ
SANTANDER.
Domingo, 24 de diciembre 2017, 07:41
En un ejercicio político complicado, el PSOE decidió el viernes caminar sobre un delgado alambre con riesgo de caer al vacío sin red. Horas antes de que el Gobierno de Cantabria, que conforma junto al PRC, aprobase su Presupuesto junto al diputado del Grupo Mixto Juan Ramón ... y después incluso de que el consejero socialista, Juan José Sota, le agradeciera su «responsabilidad» durante el debate parlamentario, Pablo Zuloaga echó balones fuera, trató de desmarcarse delante de su militancia de esta operación y responsabilizó, de facto, a Miguel Ángel Revilla, a sus socios, del pacto con un «diputado tránsfuga» y dejó clara su «preocupación» porque su apoyo fuese decisivo.
El PSOE ha explicado a sus bases en un comunicado interno que «en ningún momento ha negociado con un tránsfuga» -como se refiere a Carrancio en dos ocasiones- y sostiene que es «falso» que sus consejeros se hayan reunido con él, más allá del encuentro en el Parlamento con Sota para recoger sus propuestas. Sin embargo, el parlamentario del Grupo Mixto, que abandonó Ciudadanos antes del verano pero se quedó en su escaño, desveló el jueves que había estado o hablado por teléfono con todos los consejeros del PSOE, excepto con la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos. Unas palabras que fueron confirmadas por fuentes del grupo parlamentario regionalista con pleno conocimiento de las negociaciones.
Zuloaga, que el viernes no quiso ni pisar el Parlamento para evitar que identifiquen su imagen con el apoyo de Carrancio, insiste ante sus bases en que el PSOE «ha trabajado sólo y exclusivamente para buscar el apoyo de Podemos, intentando tender todos los canales de comunicación para lograr su apoyo o la abstención» a las cuentas.
Un fallido intento de última hora que llegó una vez que PSOE y PRC se vieron obligados a destapar su acuerdo con Carrancio al asumir como propia la reforma fiscal que éste exigía para aprobar el Presupuesto porque él la había presentado mal y, posteriormente, votar a favor de sus enmiendas. La decisión era tan evidente que la diputada regionalista y alcaldesa de Polanco, Rosa Díaz, reconoció que se había negociado con Carrancio, lo que explícitamente dejó claro que socialistas y regionalistas estaban dando luz verde a sus peticiones.
Aún así, Zuloaga dio orden a su grupo parlamentario de reiniciar los contactos con Podemos y reunió a sus consejeros para tratar de frenar el pacto con Carrancio en una clara desautorización a Revilla, que se encontraba apoyando al socialista Miquel Iceta en el cierre de la campaña catalaña. Un acto de «traición» y «deslealtad», en boca de diputados y consejeros del PRC, que se saldó con una llamada al orden del jefe del Ejecutivo a su socio de gobierno, 'aviso' que desde el PSOE rebajan a una «mero intercambio de criterios». La advertencia de los regionalistas de convocar elecciones recondujo las aguas a su cauce y se saldó con un comunicado conjunto en el que los socialistas asumieron el acuerdo público con el exdiputado de Ciudadanos.
La dirección del PSOE pretende ahora con su nuevo comunicado interno recobrar fuerza ante sus bases después de perder su órdago con el presidente y de que Carrancio haya arremetido contra ellos y cuestionado su liderazgo al decir que «es difícil hacer el ridículo más de lo que lo ha hecho el señor Zuloaga» y añadir que ha sentido «vergüenza ajena». En cualquier caso, el distanciamiento con Revilla es claro. Mientras, toman cuerpo las palabras del el presidente quien, ajeno a polémicas, consideró que la aprobación del Presupuesto es «el Gordo de la gente normal» y aseguró tener «la conciencia tranquila», pese a que las cuentas hayan salido adelante con el apoyo de Carrancio.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.