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Jueves, 16 de enero 2020, 11:53
La capital cántabra posee varios kilómetros de playas de fina y dorada arena que la embellecen y constituyen uno de los principales atractivos de la ciudad. En la zona más próxima a la bahía se encuentra Los Peligros, una ensenada rectilínea encajada, de 200 m ... de longitud, que linda con la de La Magdalena, de 350 m. A continuación de ésta se ubica la playa de Los Bikinis, de 670 m de longitud, a la que se accede a través de los jardines de la emblemática península de la Magdalena. Fue bautizada con este nombre por ser la primera en la que se usó esta prenda de baño por parte de las alumnas extranjeras que llegaban a cursar estudios en la UIMP.
Entre este enclave y el faro de Cabo Mayor el mar Cantábrico baña las ensenadas de El Camello, La Concha, la Primera y Segunda de El Sardinero y Mataleñas. La primera de ellas, a la que se accede por la avenida Reina Victoria, recibe esta denominación por la roca existente frente a ella, cuya forma se asemeja a la de este animal. Es una playa encajada, de 200 m de longitud, con pendiente y desnivel suaves. La ensenada que forma El Sardinero es ya dominio de la mar abierta, y sus playas, hermosas, limpias y de fina arena, se encuentran entre las mejores de España. La playa de La Concha, la más pequeña de las ubicadas en El Sardinero, cuenta con una longitud de 160 m.
La Primera, de 350 m de longitud, y la Segunda, de 1.000 m, están separadas por un pequeño promontorio, que alberga los Jardines de Piquío. Sin embargo, cuando baja la marea se unifican y es posible pasar de una a otra. Las tres son testigos mudos de una época pionera (1847) en que tomar 'Los Baños de Ola' era una actividad saludable, al tiempo que una incipiente actividad turística que llega hasta nuestros días.En las proximidades de Cabo Menor, cerca de la entrada inferior al parque de Mataleñas, se localiza la minúscula playa de Los Molinucos, de 25 m de longitud, y no muy lejos de ésta se esconde la de Mataleñas, una de las playas menos masificadas de Santander y de las más recogidas, de pendiente suave y desnivel elevado. Tiene 125 m de longitud y entre otros motivos es singular por su particular acceso: sus 157 escalones. El recorrido por la costa santanderina llega hasta el Faro de Cabo Mayor, para desde allí continuar hasta la isla de la Virgen del Mar, en San Román. Entre un punto y otro se encuentran las playas de El Bocal, Rosamunda y La Maruca, en Monte, con pendiente y desnivel suaves. Se trata de una zona rocosa de gran belleza plástica. Por último, la playa que lleva el nombre de la Patrona de Santander tiene forma de tómbolo y 380 m de longitud. Está situada frente a la isla donde se levanta la ermita de la Virgen del Mar, unida a tierra firme por un puente peatonal.
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