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Ramón Muñiz
Gijón
Sábado, 23 de noviembre 2024, 09:42
La muerte este viernres en la cárcel de Asturias de M. J. J., detenido el pasado miércoles como presunto autor de la muerte de un hombre en Avilés, el pasado jueves, ha destapado una historia de rencores entre dos grupos rivales que tienen en vilo ... a las fuerzas de seguridad desde entonces. El cadáver de I. H. J. un sintecho de 67 años y natural de Castrillón apareció debajo de un puente de la carretera N-632 a la altura de Los Canapés. en un principio se pensó que había muerto por causas naturales, pero después signos de violencia en su cuerpo -parece ser que murió por los golpes recibidos- hicieron saltar las alarmas de los investigadores que iniciaron las pesquisas oportunas para dar con el autor o autores de los hechos. La trama dio un vuelco cuando el pasado lunes varias personas, residentes en Luanco, alertaron a la Guardia Civil de que habían recibido amenazas y pedían seguridad. Hasta el lugar se desplazaron varias patrullas de la Benemérita con el fin de evitar altercados y fue durante esa vigilancia cuando se desveló que las amenazas procedían de algún familia del sintecho fallecido quien prometía vengar su muerte. Según fuentes de la investigación, dos portavoces de ambas familias mantuvieron una reunión con el fin de llegar a un acuerdo. Se desconoce los términos de esa mediación, pero lo cierto es que el miércoles pasado un individuo, M. J. J. resultó detenido y conducido a la cárcel de Asturias como sospechoso de ser el autor de la muerte de I. H. J., el sintecho de Castrillón.
El desenlace fatal y que no se ha podido evitar es la muerte en la prisión de este reo. Ocurrió esta mañana, el módulo de aislamiento. Los funcionarios de prisiones entraron en la celda en la que estaba M. J. J. y le encontraron sin vida, ahorcado. El preso era un delincuente multirreincidente . El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Avilés había decretado orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza tras interrogarle e imputarle la presunta comisión de los delitos de homicidio y robo con violencia.
M. J. J. ya había estado en anteriores ocasiones en la cárcel de Asturias. Esta vez, y dado que en el centro hay varios miembros del clan al que pertenecía su presunta víctima, se habían tomado medidas de protección adicional. A los familiares del deudo se los agrupó y mantuvo bajo mayor control. M. J. J. por su parte pasó la primera noche en el módulo de ingresos, acompañado por un reo de confianza, y luego fue entrevistado por el equipo compuesto por trabajadores sociales y psicólogos, entre otros profesionales. Se dictaminó que para preservar su seguridad lo mejor era llevarlo al módulo de aislamiento, lo que reduce al máximo su tiempo cerca de otros internos. La idea era que en cuanto fuera posible se le trasladara a otro centro penitenciario de fuera de Asturias donde pudiera pasar más desapercibido.
El motivo era la alarma social que había suscitado la muerte violenta de I. H. J., miembro de uno de los clanes más conocidos de Asturias. Las supuestas amenazas de muerte y venganza que habrían emitido sus parientes han sido relacionadas con el despliegue que tuvo que realizar la Guardia Civil en Luanco el lunes, para evitar que la cosa fuera a mayores y se terminara agrediendo a parientes del reo que ha terminado quitándose la vida.
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