![Gabo, periodista hasta el final](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/pre2017/multimedia/noticias/201606/22/media/15101118.jpg)
![Gabo, periodista hasta el final](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/pre2017/multimedia/noticias/201606/22/media/15101118.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
MADA MARTÍNEZ
Miércoles, 22 de junio 2016, 07:15
Gabriel García Márquez pronunció en Los Ángeles, en 1996, el discurso 'El mejor oficio del mundo'. Lo cerró con una defensa apasionada de la profesión: «Nadie que no haya nacido para esto podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente». Él se sintió periodista siempre, hasta el final, y con determinación proclamó esta condición en foros, debates, cafés, en las redacciones que pisó, también en una entrevista que concedió a Radio Caracol, de Bogotá, en 1991. Allí le dijo al mundo: «Soy periodista, fundamentalmente. Toda mi vida he sido periodista». El escritor universal no desdeñaba su condición reportera, la defendía. Y esta declaración de intenciones fue el asunto que hizo girar el segundo bloque temático del Congreso 'Futuro en español' celebrado en Comillas.
Jaime Abello dirige la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), institución que armó junto con el autor de Aracataca. Ayer rememoró sus palabras y su vocación perpetua. Antes de publicar 'Cien años de soledad' (1967) Gabo ya era un referente para el periodismo mundial, recordó Abello, porque pisó la redacción de un periódico con apenas veinte años -'El Universal', de Cartagena de Indias, ciudad a la que fue a estudiar en la Universidad- y porque el entusiasmo le circuló luego por el cuerpo como una savia. La pasión por el periodismo le duró cincuenta años, hasta el final de su vida.
Abello repasó los hitos del Gabo periodista en conversación con Benjamín Lana, director editorial de Medios Regionales y Revistas de Vocento. Se detuvo, por ejemplo, en el 'Relato de un náufrago', la serie de reportajes que publicó a mediados de la década de 1950 en el diario bogotano 'El Espectador', un medio al que se sintió muy vinculado. Aquel relato trascendió porque, partiendo de una historia particular -el naufragio de un barco militar al que solo sobrevivió el joven marinero Luis Alejandro Velasco-, el autor colombiano contó la corrupción intrínseca de un país. «No solo logra crear una narrativa extraordinaria por entregas -que elevó las ventas del periódico-, sino que hace una gran revelación: la verdadera razón del hundimiento fue el movimiento en cubierta de los electrodomésticos de contrabando que traían nuestros militares a Colombia.» García Márquez se reunió en 14 ocasiones, tres horas cada vez, con el marinero para cerrar una historia que se convirtió después en un libro. Como a la dictadura de Rojas Pinilla no le gustó la historia, a García Márquez lo mandaron a París.
Gabo ligó periodismo y literatura a lo largo de toda su vida. Creyó que las crónicas y reportajes, géneros de los que es considerado maestro, eran también asunto literario, y viceversa. «Mis libros son libros de periodista aunque se vea poco. Pero tienen una cantidad de investigación y de comprobación de datos y de rigor histórico, de fidelidad a los hechos, que en el fondo son grandes reportajes novelados o fantásticos, pero el método de investigación y de manejo de la información y los hechos son de periodista», dijo el autor de 'La hojarasca' y rescató ayer Abello. Precisamente con estas palabras arranca el libro 'Gabo, periodista', editado por la FNPI y Conaculta, una serie de textos con los que se conmemoraron los 30 años del Nobel.
Mientras trabajó como periodista, Gabo no dejó de escribir cuentos o novelas. Abello explicó ayer que la dimensión literaria y la periodística convivieron dentro de él en equilibrio. Abello partió de la de idea de un Gabo ligado al realismo mágico para explicarlo. «Sentimos todos que era un hombre con una poderosísima fantasía, y vale la pena dar testimonio que este gran fabulador tenía un polo 'tierra adentro', y lo tuvo por haber escogido el periodismo como el camino iniciático de escritor».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.