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José Carlos Rojo
Martes, 16 de agosto 2016, 12:18
Aunque no lo parezca, el pesimismo cerrado de Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959) tiene una finalidad: «Critico esta profesión hasta donde puedo porque en el fondo sigo amándola con todas mis fuerzas. Me da rabia que se pervierta y creo que sólo si se dicen las ... cosas claras, puede que a alguien se le caiga la cara de vergüenza y empiece a cambiarlas».
Como era de esperar, su intervención la pasada semana en el ciclo Periodismo de autor, con firma, le sirvió para reivindicar con la misma vehemencia la dignidad de un oficio que tiene su razón de ser en el control de los poderes políticos y económicos «y que ahora se va a la cama con ellos para traicionar todos sus principios».
Como un paradigma, él cumple con esos mandamientos básicos de informador comprometido y ético. Lo ha hecho durante más de 30 años de carrera. Siempre como cronista:unas veces con la imagen, donde ha alcanzado los mayores reconocimientos fue Premio Nacional de Fotografía en noviembre de 2009, otras con la voz o el texto. Y siempre por libre, «nunca he estado vinculado a ninguna redacción con un contrato de plantilla», celebra ahora que dice mirar atrás y sentirse orgulloso de la decisión que tomó cuando era sólo un universitario con ganas de aventura.
Está orgulloso, al fin y al cabo, de la libertad...
Estoy orgulloso de que miro atrás y veo que tomé la decisión acertada. Conozco bien mis facultades, y sé que tengo capacidad de trabajo, que me sobra dedicación. Probablemente habría alcanzado algún cargo directivo en algún medio si mi meta hubiera sido otra;pero es que siempre he querido hacer esto, a mi manera.
Contar sin ambages lo que pasaba en el mundo, con toda su crudeza...
El periodismo es una pasión, un compromiso y todo lo demás que lo rodea me da igual. El hecho de trabajar como periodista independiente me ha ayudado a lograr mi sueño, el que tenía cuando sólo era un niño.
¿Se imaginaba como reportero de guerra?
Coleccionaba sellos y pensaba si algún día podría viajar a todos esos lugares a los que iba con la mente. Ahora, cuando ha pasado tanto tiempo, doy gracias porque no me han matado en una guerra y porque he podido trabajar como quería.
Es más pesimista cuando habla de la situación actual de la profesión.
Es un problema que viene de hace mucho tiempo. El periodismo de calidad, de investigación, con una mirada propia, es muy caro. Obliga a contratar a personas preparadas y requiere mucho tiempo y todo eso cuesta dinero. Hay una tendencia muy cínica e hipócrita de creer que todo esto comenzó con la crisis económica, pero en realidad se inició con una crisis más profunda, de identidad. Fue cuando los medios dejaron de hacer su trabajo como vigilantes del poder político y económico para cambiarlo por las alianzas. Me da vergüenza ajena la desolación política de este país, pero sobre todo me duelen mucho las afinidades políticas y económicas de muchos medios y directores con los poderes para sobrevivir. Es una cobardía institucionalizada. Así no vamos a ningún lado.
¿Incluso pese a todos los escándalos destapados en los últimos años?
Hay que saber diferenciar entre lo que son filtraciones interesadas y lo que es periodismo de investigación bien hecho. Si nos fijamos de verdad, ¿qué es lo que está saliendo a la luz? Lo que ocurrió hace 10 años. Yo quiero conocer lo que está pasando ahora, ¿voy a tener que esperar otros 10 años para que alguien lo filtre por algún interés y salga en los medios? Es vergonzante.
Es usted contundente.
Hemos visto cajas y bancos hundidos, rescatados con dinero del erario público, con unos dirigentes que se han hartado a robar, con unas pautas de comportamiento vergonzosas, poniéndose indemnizaciones estratosféricas ante la mirada pasmosa de todo el mundo. ¿Dónde están los medios que no denuncian eso? Pues aliados con estos poderes económicos, porque entre otras cosas las deudas de muchos medios de comunicación están en manos de estos bancos.
Dicen los expertos que los medios que nacen en Internet, más independientes, reconstruirán ese periodismo de denuncia que usted añora.
No seamos inocentes. La prensa tradicional ha fracasado en su obligación de denunciar las vergüenzas de los poderes y muchos de los creadores de estos nuevos medios, algunos que se han marchado de los periódicos tradicionales con buenos finiquitos, se hacen llamar ahora adalides del periodismo independiente, paladines de la veracidad. Pagan una miseria de sueldos a sus trabajadores, que no investigan porque ya ni pueden y ¿quieren que los creamos?
Al periodismo digital le cuesta encontrar la rentabilidad.
Porque en el fondo no se está ofreciendo calidad a la gente. La gente no es tonta, y no paga por mala calidad.
Usted dice con frecuencia que estamos saturados de mala información.
El primer medio digital que nació, hace ya diez años, fue El confidencial. Después de todo este tiempo se han multiplicado las cabeceras en Internet. Eso es un error. Tendría que haberse buscado más la coalición de medios afines para luchar en el mercado con algo realmente potente y sólido. Pero para eso ya digo, hace falta valentía, tener intención de contar con voz propia, ser diferente. A muchos directores de medios les aterroriza que al día siguiente la competencia salga con un tema diferente al suyo en portada. Por el contrario, si todos sacan lo mismo, se quedan tranquilos, y si la foto es la misma, mejor aún. Es de una hipocresía atroz.
A usted eso de la valentía, a juzgar por sus fotos, parece que le sobra...
A mí se me ha caído el alma a los pies cuando he tenido que pelear por el espacio para publicar imágenes de un lugar horrible, donde suceden cosas brutales, porque la política nacional se comía las páginas. ¿Cómo puede ser que se cuente una y otra vez lo mismo de una clase política sinvergüenza que se ríe de todos los españoles? Ya no nos interesa nada de lo que nos cuenten, queremos que hagan.
¿Cómo sobrevive la cordura después de ser testigo de tanta barbarie?
Lo importante en todo esto no son tus sentimientos, tus penas o tus reflexiones. Lo determinante es que después de arriesgar tu vida, de ser secuestrado y de tener sustos muy serios, al final te das cuenta de que tus imágenes van a ser mal publicadas porque no hay un tatamiento decente, no hay seguimiento. Por eso yo sólo trabajo con los medios que me respetan a mí y a los protagonistas de mis historias.
Esas imágenes muchas veces han acabado en museos.
Muchas veces la gente me ha preguntado por ese hecho. Y la verdad, no, no pensaba en hacer arte. He hecho fotografías mientras caían bombas, en situaciones realmente duras y muerto de miedo. Miren ustedes, no, no hacía arte, mis imágenes son periodismo puro y duro hecho en las zonas más oscuras del mundo. Y más hace veinte años, cuando fotografié algunas de las tomas más conocidas, porque entonces la fotografía era analógica.
La sorpresa llegaba al revelarlas...
Yo podía intuir lo que había capturado, pero era semanas después, de vuelta a casa, cuando veía que realmente tenía algo magnífico, o sin embargo era decepcionante. Ahora con el mundo digital eso ha cambiado. Ahora soy capaz de escribir un diario en directo en redes sociales. Es una gran ventaja. Antiguamente ibas a lugares donde tenías que andar kilómetros hasta encontrar un teléfono. Ahora voy a ir a Colombia y está repleta de hoteles a diez euros que tienen Internet.
Sobre Latinoamérica y África ha hablado cuando se refiere a la venta de armas por parte de España. Es un tema que le preocupa y con el que es muy crítico. Lo demostró cuando le otorgaron el premio Ortega y Gasset de periodismo.
Me quedo alucinado cuando veo que los medios de comunicación denuncian que España vende armas a Arabia Saudí. Señores, esto empezó hace muchos años. En 2009, con Zapatero, se sextuplicó la venta de armas al extranjero. Fue en 2011 cuando yo escribí un artículo titulado El mejor traficante de armas abandona la Moncloa. Ahora, con el PP, vamos camino de batir de nuevo las marcas;aunque espero que no alcance a multiplicar de nuevo por seis la cifra que dejó el PSOE.
Ante este panorama periodístico, político, social y económico... acongoja no sólo dedicarse al periodismo, siquiera ya vivir...
Pues aunque parece que esta profesión está muerta jamás me habrán oído decir a un estudiante de bachillerato que se olvide de hacer periodismo. Y es porque sigo creyendo en la profesión. Sigo siendo crítico con el periodismo porque lo amo y me avergüenza que haya sinvergüenzas que tengan conductas tan indignas. No me gusta criticar con el ánimo de despertar desolación. Creo que la única manera de lograr que esto vuelva a funcionar es decir las cosas claras. Muchos compañeros me advierten de que hablar así puede traerme repercusiones, problemas con compañeros, con directivos;pero no voy a dejar de decir lo que pienso por muchos quebraderos de cabeza que me traiga.
- Usted repite varias veces que hay que frenar de algún modo la «desvergüenza» de la clase política. Pero a día de hoy parece que más que adversarios políticos, hay enemigos...
No puede ser que estemos asistiendo al espectáculo a que nos tienen acostumbrados en los últimos meses. Y lo peor de todo es que los medios le siguen la corriente y continúan llenando portadas y portadas de periódicos sin decir absolutamente nada.
Quienes vivieron la Transición echan de menos aquel espíritu constructivo, de buscar las políticas compartidas, no solo las diferencias.
Pero tampoco ensalcemos el pasado, no se puede jugar así con la desmemoria. No creo que fuera así para nada. En aquellos años el PSOE fue a por UCD a muerte. Cuando Alfonso Guerra atacaba a Adolfo Suárez cuando en su propio partido querían terminar con él, iba directamente a la yugular. Lo que ocurría es que el periodismo que se hacía en aquel entonces era diferente. ¿El periodismo de hace 30 años era mejor que el actual? Sí, sin lugar a dudas. El problema fue después, cuando las alianzas comenzaron a consolidarse. Como aquella que se produjo cuando el PSOE llega al poder por vez primera y el grupo PRISA se hermana con ellos. Lo dijo el propio Felipe González: Vosotros buscareis lectores y nosotros electores. Pero no nos engañemos, con el ABC y el PP sucedió igual. Por eso digo que esa crisis de los medios no se ha desencadenado con la economía, sino que viene de lejos, cuando Endesa, Telefónica, Banco Santander, Repsol, PP, PSOE y todo el poder político y económico se hizo dueño de los medios en unas relaciones obscenas donde se meten en la cama con ellos en lugar de criticarlos.
¿No hay solución?
No lo sé. Yo repito que soy de los que lo critican y a veces me trae disgustos; pero es que no puedo hacer otra cosa. No puedo dejar que esto pase y permanecer callado. Es también el caso de las puertas giratorias. Que los consejos de administración de estas grandes empresas estén llenos de exministros y de gente vinculada al poder me parece una humillación del sistema democrático tan escandaloso que es una sinrazón que la gente no salga a la calle para decir basta ya. Ocurre que al final todo el mundo está en la pomada. Las subvenciones, las publicidades y todo depende de esos amiguismos.
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