Borrar
Vista del yacimiento.
El primero de los nuestros

El primero de los nuestros

Hallan en Marruecos los restos más antiguos de nuestra especie. Demuestran que ya habíamos conquistado África hace 300.000 años

LUIS ALFONSO GÁMEZ

Jueves, 8 de junio 2017, 08:09

Tenían la cara plana, el cráneo casi esférico y un incipiente mentón. Físicamente, eran casi como nosotros y conquistaron África hace 300.000 años. Un equipo internacional de investigadores liderado por el paleontólogo francés Jean-Jacques Hublin, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, anuncia esta semana en la revista 'Nature' el descubrimiento en Marruecos de restos de 'Homo sapiens' de hace 300.000 años, los más antiguos hasta la fecha, y de las herramientas que usaban aquellos hombres para cazar y desmembrar las piezas. El hallazgo adelanta el origen de nuestra especie más de 100.000 años y demuestra que nos habíamos expandido por el continente negro mucho antes de lo que se creía.

El último ancestro común de humanos y chimpancés vivió en algún lugar de África hace más de 7 millones de años. Poco después, aparecieron los primeros homínidos, primates bípedos de los cuales el representante más antiguo conocido es 'Sahelanthropus tchadensis', que vivió en África central hace más de 6 millones de años y tenía el tamaño y la apariencia de un chimpancé. A partir de ese momento, evolucionaron otras especies de homínidos y, finalmente, surgió el género 'Homo', el nuestro, hace algo más de 2 millones de años. Hoy, el único superviviente del linaje de los homínidos somos nosotros.

Fósiles de nuestra especie descubiertos a principios de siglo en Omo Kibish (Etiopía) y en Herto (Etiopía) -datados hace 195.000 y 160.000 años, respectivamente- habían llevado a los paleoantropólogos a creer que los humanos actuales descendíamos de una población de 'H. sapiens' que vivió en África oriental en aquella época. "Solíamos pensar que había una cuna de la Humanidad en el este de África hace unos 200.000 años, pero nuestros nuevos datos revelan que 'Homo sapiens' se extendió por todo el continente hace unos 300.000. Mucho antes de la dispersión fuera de África, hubo una dispersión dentro de África", indica Hublin.

La especie sin pasado

Los fósiles humanos y las herramientas del yacimiento de Jebel Irhoud, situado a 100 kilómetros al oeste de Marrakech, se conocen desde los años 60 del siglo pasado, pero su antigüedad ha sido objeto de debate científico durante décadas. La aplicación de modernas técnicas de datación, dentro de un proyecto arqueológico que empezó en 2004, zanja ahora esa cuestión: son 100.000 años más antiguos que los de Omo Kibish. Así, la datación por termoluminiscencia de las sofisticadas herramientas de sílex asociadas a los fósiles las sitúa entre hace 350.000 y 300.000 años. Aquellos humanos -se han recuperado cráneos, dientes y huesos largos de al menos cinco individuos- comían huevos de avestruz y moluscos de agua dulce, y carne de gacela, cebra, ñú, búfalo y tortugas, animales cuyos huesos presentan marcas de corte para acceder al tuétano.

El puzle humano empezó a montarse en África

  • Si usted no es subsahariano, lleva en su ADN entre un 2% y un 4% de herencia neandertal, fruto de encuentros sexuales entre esa especie y nuestros antepasados poco después de que estos salieran de África hace unos 40.000 años. Y, si fuera melanesio o australiano, portaría, además, entre el 1,9% y el 3,4% de genoma denisovano, debido a otra hibridación posterior con esos homínidos en Asia. Llevamos la historia de nuestra especie en el ADN. Y los expertos creen que esa historia de hibridaciones se remontaría ya a los orígenes de nuestro linaje, cuando el puzle que somos comenzaría a montarse a partir de aportaciones de poblaciones diferentes de Homo sapiens dispersas por un continente africano lleno de humanos primitivos como los de Jebel Irhoud,Omo Kibish y Herto.

"La principal diferencia entre los homínidos de Jebel Irhoud y otras formas posteriores (de 'H. sapiens') se relaciona con la cavidad craneal, que, por ejemplo, en los fósiles de Herto es más globular. Los homínidos de Jebel Irhoud pertenecen a nuestro linaje y como ancestros directos deben ser incluidos en nuestra especie, aunque, por supuesto, muestran diferencias con nosotros. ¡Tienen 300.000 años! Al igual que los neandertales arcaicos de la Sima de los Huesos de Atapuerca son diferentes que los últimos neandertales, pero exhiben los mismos rasgos en la cara y la dentición y deben ser clasificados en la misma especie", ha explicado Hublin a este periódico.

Los fósiles marroquíes encajan en el escenario evolutivo de nuestra especie. "La biología establece que la separación entre el linaje de los neandertales y el nuestro ocurrió entre hace 800.000 y 550.000 años", indica José María Bermúdez de Castro, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) y codirector de las excavaciones de Atapuerca. Lo que faltaban eran restos fósiles de esa evolución propia de 'H. sapiens' más allá de 200.000 años, por lo que daba la impresión de que los primeros de los nuestros habían aparecido de la noche a la mañana, fruto de una rápida evolución. "Parecía que éramos una especie sin pasado. Y nos preguntábamos dónde habíamos surgido, si en Etiopía o en Sudáfrica, donde en Florisbad hay restos de 'H. sapiens' de hace 260.000 años. Este estudio demuestra que, ya en una etapa temprana, nuestro linaje se había expandido por todo el continente africano y que evolucionó durante cientos de miles de años", explica María Martinón Torres, paleoantropóloga del University College de Londres e investigadora del equipo de Atapuerca.

Los dos expertos españoles, que no han participado en el estudio, consideran el trabajo de Hublin y su equipo un importante avance en el conocimiento de nuestros orígenes y ven en los restos de Jebel Irhoud individuos que "parecen bastante 'sapiens'", en la misma medida que los de la Sima de los Huesos parecen neandertales. "Estos especímenes probablemente constituyen una representación primitiva del linaje de 'Homo sapiens' que podría iluminar la evolución de nuestra especie de un modo parecido al que los primitivos neandertales de la Sima de los Huesos de Atapuerca, en España, nos han dado una idea del desarrollo de los neadertales", escriben Chris Stringer y Julia Galway-Witham, del Museo de Historia Natural de Londres, en un análisis del descubrimiento en las páginas de 'Nature'.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes El primero de los nuestros