![«García de Enterría fue un intelectual totalmente comprometido con su tiempo»](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202208/10/media/cortadas/75531321-kO6D--1248x830@Diario%20Montanes.jpg)
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¿Por qué fue importante Eduardo García de Enterría (1923-2013)? ¿Por sus premios? ¿Por su condición de catedrático? ¿Por ser un abogado exitoso? Desde luego, no solo por eso, responde Luis Martín Rebollo. Hay tres cuestiones que, a juicio del catedrático de Derecho ... Administrativo y profesor emérito de la Universidad de Cantabria, hacen de García de Enterría una figura indispensable para entender la España moderna. La primera es que creó «un lenguaje» con el que los juristas españoles «se identificaban con los juristas europeos» y que también «sistematizó una estructura del derecho público que hasta entonces no existía» (o era caótica). Esto lo logró por dos vías: con una obra académica «excepcional», iniciada en la década de 1960, y con «una dedicación permanente a la formación de discípulos», dice Martín Rebollo, miembro de esa escuela y director en la UIMP de un curso con el que ha querido «dar a conocer y revalorizar la obra y la vida de un lebaniego universal».
En segundo lugar, García de Enterría fue «un hombre que tejía acuerdos y que participó en las grandes tareas colectivas del país». Su huella «está presente en la Constitución, en la formación del derecho europeo, en la elaboración de grandes leyes institucionales -como, por ejemplo, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional-, o en la creación del modelo autonómico». Y en tercer lugar, y no menos importante, García de Enterría «fue un intelectual totalmente comprometido con su tiempo», devoto de la literatura -y en concreto de Borges, a quien dedicó un ensayo- y «atento a las grandes tareas culturales y colectivas del país».
Por estas razones fue reconocido, fundamentalmente, en Europa. Pocos españoles, subraya Martín Rebollo, han sido investidos doctor honoris causa por las Universidades de Bolonia y París.
Con el curso, clausurado ayer, él ha querido traer al frente esa «función institucional y vitalista» de García de Enterría como creador de una escuela y de un lenguaje universales. Porque «su obra ha formado a generaciones y generaciones de estudiantes», que han compartido palabras y conceptos asentados «en toda Europa».
García de Enterría fue, además, «un gran liberal», expone el profesor Martín Rebollo. Citando a Gregorio Marañón, lo fue porque era «capaz de entenderse y hablar con personas que piensan distinto» y, asimismo, porque defendía que «el fin no justifica los medios». Ambos principios guiaron su trabajo y su obra, y han quedado plasmados en el subtítulo del curso: 'Del lenguaje del poder a la lengua de los derechos'.
En derecho administrativo, el lenguaje del poder es, a grandes rasgos, el de las sanciones, los actos administrativos o las expropiaciones forzosas; y la lengua de los derechos nombra la responsabilidad de la administración o su capacidad de control. «García de Enterría defendió siempre la existencia de administración poderosa y servicial y, al mismo tiempo, controlada, con garantías y recursos». El hecho de vertebrar los poderes públicos a partir de la «eficacia y el control» -plasmado esto en la Constitución- fue una de las «grandes aportaciones» del profesor, subraya Martín Rebollo.
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