![«Nos animaron a estudiar una carrera para poder prosperar y no ha sido así»](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201811/15/media/cortadas/39688753-kqdF--624x468@Diario%20Montanes.jpg)
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ROSA M. RUIZ
SANTANDER.
Jueves, 15 de noviembre 2018, 08:44
'Primero el corazón' es la cuarta novela del abogado, critico cinematográfico y escritor Juanma Brun, en la que propone un emocionante y ágil relato, donde entrelaza realidad y ficción, con cuatro viejos amigos que se reencuentran superados los cuarenta, en un momento en que ... sus proyectos de vida han naufragado. Bajo el sello de la editorial cántabra Alas Ediciones, el libro se presentará este domingo, a las 12.30 horas en la sala santanderina Black Bird, con un original acto que incluirá el rodaje de una intervención artística de nombre 'Brun Fiction'.
–¿Qué historia nos cuenta en 'Primero el corazón'?
–La de cuatro amigos que estudiaron juntos en la universidad y que se reencuentran diez años después. Un reencuentro que les sirve para comprobar que sus sueños y las expectativas que la sociedad les había prometido si estudiaban y se formaban no se han cumplido.
–Una historia muy real.
– La idea me surgió hace muchos años cuando me encontré con uno de mis compañeros de Derecho más brillantes, un alumno que estaba completamente entregado a la carrera que quería ser abogado criminalista, y me cuenta que se estaba preparando unas oposiciones para policía local. Poco después, con otros compañeros, comprobé que prácticamente ninguno había acabado trabajando de abogado y me di cuenta de que esa promesa que nos habían hecho de que acabar una carrera universitaria era garantía de tener un buen trabajo no se había cumplido.
– Parece muy frustrante.
–Mucho y además es un problema colectivo porque no le ha ocurrido sólo a mi circulo de compañeros, ha pasado en toda España. La mayoría de los padres de mi generación nos animaron a estudiar una carrera para que pudiéramos prosperar y eso no ha sucedido así. Creo que de alguna forma eso se reflejó en la sociedad del pelotazo y en la corrupción porque al final mucha de esa gente intenta ganarse la vida de cualquier manera. Ya no es sólo una cuestión económica también moral.
–¿Esa frustración es mayoritaria?
–De alguna forma sí. Se habla mucho de los veintiañeros a los que llaman la generación más preparada de la democracia y que se tiene que ir fuera de España para trabajar, pero nadie se acuerda de esos chicos de treinta y cinco y cuarenta años que se han quedado atrás. He querido hacer una crónica de esa generación de la que se habla muy poco.
–Ha elegido el humor para plantear ese mensaje. ¿Por qué?
–Hay un director iraní que me gusta mucho, Asghar Farhadi, que toma como excusa la trama para contar la realidad de la sociedad de su país. He intentado denunciar este problema generacional con diálogos ágiles, con una escritura más limpia y con humor. Y es cierto que es el libro más divertido que he escrito, pero no me gustaría que se quedase en un libro de entretenimiento, sino que dejase un poso en el lector.
–La novela parece un guión cinematográfico. ¿Pensaba en una película cuando la escribía?
–Creo que todos mis libros son muy cinematográficos. Mi ilusión sería poder dirigir una película con cada uno de ellos.
–Es la primera vez que publica con las Alas Ediciones. ¿Cómo es trabajar con esta editorial cántabra?
–Me ha encantado trabajar con ellos. Para la mayoría de las editoriales lo importante es vender el libro y trabajan alrededor de él. En esta, sin embargo, el libro es la excusa para desarrollar todo un mundo artístico alrededor que incluye la cartelería, la edición. Hasta la promoción es bien diferente. Es una editorial sin ánimo de lucro y eso también se nota a la hora de mimar el proceso y a todos los que intervienen en él.
–¿Cuándo escribe? ¿Tiene alguna manía?
–Entre el trabajo de abogado y mis hijos no tengo el tiempo que quisiera, pero me encanta el proceso de escribir. Creo que cuando estás enamorado el tiempo pasa muy rápido y a mí me pasa eso cuando me pongo a escribir, que el tiempo fluye de otra manera.
–¿Después de cuatro novelas, se siente más escritor?
–Este año ha sido definitivo. Me sentía estancado y a principios de 2018 me puse a releer cosas que había publicado y que me permitió percibir muchos errores que ahora no cometería. Empecé a escribir de otra manera. Dejé de centrarme en instalar un mensaje y a buscar un mejor enganche para captar al lector. Creo que lo importante para un escritor es que nos lean y que guste lo que escribimos. Este año he tenido varios reconocimientos en forma de premios, uno de ellos el de Aforismos y Paradojas que me han animado mucho.
–¿Sigue escribiendo teatro?
–Tengo dos obras escritas. Una de ellas está ambientada en un futuro en el que para tener relaciones sexuales necesitas firmar una cláusula de consentimiento. Y la otra está protagonizada por Puigdemont. Es una comedia esperpéntica. También está ambientada en un futuro en el que nos encontramos a un Puigdemont perdido en Waterloo y lleno de ínfulas de grandeza.
–Fue secretario general de Podemos Santander. ¿La crisis que vive ahora el partido daría para una novela trágica o para una comedia?
–Es un esperpento. Los personajes que no hay no dan para una buena novela. Lo peor es que la gente pensaría que son una caricatura y por desgracia son reales.
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