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La Universidad de Cantabria despidió ayer la edición XXXVI de sus Cursos de Verano, una entrega histórica no sólo por las circunstancias de la pandemia sino por ser la que recuperó las jornadas estivales de la institución tras el año en blanco de 2020 « ... Ha sido muy especial», expresó el rector Ángel Pazos durante el acto celebrado en el salón de actos del Centro Cultural Dr. Velasco de Laredo, antes de reconocer el reto que ha supuesto para el conjunto de la institución coordinar las iniciativas al tiempo que la quinta ola se abalanzaba sobre Cantabria y el semáforo covid coloreaba las 19 sedes de los ciclos en función de la situación sanitaria. «La edición ha sido un éxito. Se han respetado los aforos, las distancias, los limites... Hay que agradecer el esfuerzo de muchísima gente y a todas las instituciones que lo han hecho posible», correspondió el máximo responsable de la UC.
La puesta en marcha de la programación de la oferta estival fue también uno de los asuntos troncales que el vicerrector de Cultura, Proyección Social y Relaciones Institucionales, Tomás Mantecón, quiso poner de manifiesto. «Hemos desarrollado 104 citas entre cursos y actividades. En suma, más de 2.000 personas han disfrutado del conjunto del programa. Se han cumplido todos los aforos sin incidencias», celebró el responsable, antes de dar paso a la periodista y activista Montserrat Boix, ponente estrella en la última cita de las jornadas culturales.
Premiada por su compromiso con los derechos humanos y el feminismo, la conferenciante ofreció la ponencia 'Igualdad global ante la era digital', en la que reivindicó el valor del feminismo al tiempo que ofrecía un repaso al contexto que viven las mujeres en países como Afganistán, México, Colombia, Estados Unidos y España. No pudo ocultar su «pesimismo», como confesó. «Apenas se ha planteado la perspectiva de genero durante la pandemia. En cuanto las mujeres dicen basta, enseguida surgen estrategias para contrarrestar el impulso de esa corriente», lamentó la activista, implicada en la investigación de la tecnopolítica, los movimientos sociales y el activismo de género. De ahí la receta: el feminismo o, como definió ella , «la mirada critica capaz de identificar la desigualdad».
Sin desprenderse de esa perspectiva de género «necesaria», Boix abordó también uno de los asuntos que, con la pandemia, más relevancia están ganando en las relaciones sociales: la era digital. «¿Estamos realmente sacando provecho a la tecnología? O reflexionamos sobre nuestra identidad digital o alguien lo hará por nosotros», reflexionó, antes de animar a la asistencia a adoptar una «actitud activa» alrededor de estos nuevos recursos.
Ante estos interrogantes, un salón de actos marcado por los aforos de la pandemia asentía a medida que Boix pasaba las diapositivas en la pantalla. También la alcaldesa de Laredo, Charo Llosa, y el director general de Universidades, Antonio Domínguez. quienes, al inicio de la cita, agradecieron la «proyección académica, el trabajo y el esfuerzo» demostrados por todo el equipo que ha hecho funcionar la maquinaria de los cursos en un año tan «intenso» como 2021.
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