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«La verdad es que últimamente voy a Santander casi, casi una vez al año», asegura Monika Zgustova (Praga, 1957) al otro lado del teléfono. La última vez lo hizo como invitada de los Martes Literarios de la UIMP para hablar del que era un ... libro muy especial para ella 'Vestidas para un baile en la nieve', una historia de mujeres, de supervivientes en realidad, en los campos de concentración soviéticos, los gulag. La escritora y también traductora, una de las especialistas en literatura e historia rusas más importantes de nuestro país donde reside hace años, llega de nuevo a la capital de Cantabria para hablar de otra mujer, la poeta Marina Tsvietáieva con la que se abre, a las 19.30 horas y en el Casyc, el ciclo de conferencias 'Por su propia mano' que ha organizado la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santander para abordar la vida y obra de cuatro mujeres fundamentales en la poesía del siglo XX, que comparten, además, una angustia vital que les llevó a poner fin a su existencia. «En mis libros siempre hablo de mujeres y desde 'Vestidas para un baile en la nieve' he publicado tres novelas más y en la que retrato la vida de otras grandes mujeres. Me hace mucha ilusión recordar la figura de Marina Tsvietáieva, una escritora por la que siento algo especial porque ella como yo también era una exiliada», asegura.
De la poeta, representante cenital de la edad de oro de la poesía rusa, Zgustova destaca que «Viajó mucho, pero porque se vio obligada a hacerlo. Se fue de Rusia después de la Revolución, durante la Guerra Civil en el año 1920, y vivió en distintos lugares: Berlín, Praga, París, antes de volver a la Rusia soviética donde realmente no la trataron nada bien y no tuvo más remedio que suicidarse», explica la hoy conferenciante. Pero no quiere centrar la intervención de esta tarde en la dureza de la vida de una autora que tuvo una vida que podría haber formado parte de una novela. «Me gustaría reincidir en todos esos temas que están en Marina Tsvietáieva y en su obra como el amor, la amistad y las fronteras que hay entre ambas cosas, tal y como ella mismo expuso en su correspondencia con Rainer Maria Rilke y Pasternak».
El exilio será otro de los temas importantes en la conferencia porque, sin duda, marcó su vida. «De alguna manera creo que se la puede definir como la exiliada del exilio. Ella siempre se apartó de los demás exiliados, sobre todo, en París, no quiso tener contacto con sus compatriotas rusos. Lo que hizo que de alguna forma fuera una exiliada en el exterior, pero también en su propio interior, porque es en el interior de sí misma y de su poesía donde ella busca el máximo refugio de todo lo malo que le trajo el mundo».
Sobre su poesía, asegura Monika Zgustova, temáticamente es muy variada. «A veces escribía para infundirse fuerzas para afrontar esa situación de exiliada y aguantar lejos de su país y otras veces, como en su famoso 'Poema del fin', expone la soledad tras la ruptura de una pareja de enamorados. Para ella el amor es como subir a una montaña y el desamor bajar de ella y de eso habla en estos versos, de esa escalada, pero básicamente de la desescalada». Y es que, su poesía amorosa es una constante en su obra. «Plasmaba sus emociones más fuertes en sus poemas. Y era en el enamoramiento, más que en el amor donde encontraba los estímulos que necesitaba». Sin embargo, añade, en el final de su vida, de vuelta a Rusia escribió muchísimo menos. Y sus versos hablan de desánimo y de lo «absurda» que era su vida. No hay que olvidar que estaba perseguida por las autoridades soviéticas y su hija y su marido estaban encarcelados. «No encontró otra salida que acabar con su vida pero en mi intervención de esta tarde no me voy a centrar solo en sus tristezas quiero hablar también de las ciudades en las que vivió y en las que fue muy feliz. Sobre todo en Praga y cómo la motivaba la arquitectura de esta ciudad y las corrientes artísticas de su época».
Durante su charla en el Casyc también se escucharán algunos de los poemas de Marina Tsvietáieva que la propia Monika Zgustova leerá para apoyar su figura.
En cuanto a su suicidio, reconoce que en la literatura y las artes plásticas sí se ha podido llegar a mitificar de alguna forma este tipo de muerte en algunas personas. «Sobre todo si eran jóvenes o están en un momento de su vida que no les tocaba morir. Pero creo que esa aureola, ese mito creado entorno a ellos se debe más a la muerte prematura que al suicidio en sí».
Monika Zgustova explica que en estos momentos está trabajando en otro libro, que 'tiene' que salir publicado el año que viene. Una novela, según dice, que como no podía ser menos, habla de otra mujer. «Tengo la suerte de que me relaciono bien con nosotras», afirma. «Y, por supuesto, espero poder presentarlo en Santander», concluye.
Desde el principio de la invasión de Rusia a Ucrania, Monika Zgustova, que se vio obligada a huir con su familia de su Praga natal durante la época comunista, no ha dejado de mostrar su repulsa contra las acciones de Putin y posicionarse a favor del país gobernado por Zelenski. «La lucha de Ucrania es nuestra lucha» llegó a manifestar. Ahora cuando se ha cumplido casi año y medio de los primeros bombardeos, la autora agradece que la información sobre la guerra no se haya desinflado. También está más que satisfecha de que las ayudas que se empezaron a ofrecer en febrero de 2022 continúen vigentes . «Mientras tengamos políticos en Europa que quieran seguir apoyando, igualmente que lo está haciendo Joe Biden desde Estados Unidos, veo una buena constelación para Ucrania. Todos deseamos que gane porque si no fuera así corremos el peligro de que el mismo dictador, que es Putin, pueda empezar otra guerra nueva», asegura Zgustova.La escritora y traductora checo-española publicó este mismo año con Galaxia Gutenberg 'Nos veíamos mejor en la oscuridad', libro que mucho tiene que ver con los acontecimientos actuales en Ucrania, al menos en las posibles consecuencias que en un futuro no tan lejano el conflicto puede llegar a alcanzar. En esa obra, la autora que hoy estará en Santander analiza la relación de una madre y una hija exiliadas en Estados Unidos, ella misma y su madre, y si algo tiene claro es que «Putin no va a detenerse ante nada; tampoco lo hizo Hitler».
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