El Ballet Nacional Sodre sale a la calle

La cita de ayer, un regalo para los aficionados a la danza incluida en la programación del Centro Botín, ofrecía también la oportunidad de escuchar a Igor Yebra algunos pormenores de la que es su primera propuesta como director artístico de este Ballet y también la de poder volver a ver en casa a Lorena Fernández, maestra asistente de esta compañía desde 2013 que fue también la encargada de dirigir la exhibición ante el público. «En realidad nuestro objetivo es mostrar el trabajo que hace a diario una compañía nacional de ballet clásico», explicó la santanderina quien reconoció también sentirse «emocionada» de poder mostrar en su ciudad todo el trabajo que realiza. La bailarina, que llegó a este Ballet en la época en la que estaba dirigido por Julio Bocca con el que aún sigue trabajando, asegura sentirse muy a gusto también con Igor Yebra con el que aprende cada día.

El Ballet dedica cada mañana una hora y media a ensayar, ayer redujeron ese entrenamiento a un poco más de una hora, tiempo suficiente según explicó Lorena Fernández para que la gente conozca la rutina de los bailarines. «En la danza muy poca gente llega a lo más alto, no es nada fácil y la única forma de conseguirlo es a base de disciplina», señaló.

Tras ese ensayo y las palabras de su director mostraron algunas escenas 'Don Quijote del Plata', la obra inspirada en la unión de la figura universal del hidalgo Don Quijote de la Mancha con la del célebre uruguayo Arturo E. Xalambrí, un personaje excéntrico y extraordinario responsable de que en Montevideo se conserve una de las más grandes colecciones de Cervantes de América Latina. «Cuando llegué a Montevideo para hacerme cargo de este Ballet se estaba celebrando el Festival Cervantino, algo que me llamó mucho la atención y que me hizo descubrir a Xalambrí. Me pareció un personaje fascinante y como me había propuesto que como director del Ballet Nacional Sodre tenía que exportar al mundo cosas del país aproveché para crear esta obra que ha sido un desafío para mí porque El Quijote se ha abordado muchas veces en la danza, está estereotipado y yo quería mostrar mi propia visión», explica.

Esa visión llevará el jueves a los espectadores de la sala Argenta hasta la magistral biblioteca de Xalambrí, la cual alberga miles de ediciones del Quijote. A medida que transcurre cada escena, el lugar se va transformado en los diferentes escenarios que acompañan el relato de cada aventura, inspiradas en las peripecias del personaje principal de la novela de Cervantes.

La obra, coreografiada por Blanca Li, se nutre con la música de grandes compositores que basaron su obras en este personaje. Una propuesta que, según señaló Igor Yebra «mezcla momentos de una gran belleza con los tristes y los de humor, tal y cómo también los hay el Quijote» y que el presenta con una coreografía sencilla basada en el «menos es más» y que intenta ser fiel con el espíritu del original.