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D. MARTÍNEZ
Santander.
Lunes, 3 de julio 2023, 02:00
En 2008, El Diario Montañés entrevistó a Lines Vejo. El periodista le pidió a 'La panderetera de Caloca', una de las grandes figuras del folclore regional, que le dijera tres nombres para que le acompañaran en el Olimpo de la música tradicional de Cantabria. ... El primero que dio fue el de 'El Sarruján de Carmona'. Y aportó argumentos: «Nadie canta alguna de las canciones montañesas mejor que él». Benito Díaz, el hombre que hay detrás del apodo por el que se hizo popular una de las últimas figuras de la tonada regional, falleció ayer a los 86 años. El folclore fue su vida y es considerado uno de los mejores cantadores cántabros de la historia. Además del legado que Díaz deja para las nuevas generaciones, también fue maestro de la nueva hornada. Literalmente. Además de 'Sarruján de Carmona', un alias que extrajo de una novela homónima de Manuel Llano -efectivamente de niño fue sarruján, es decir, pastor y cuidador de vacas, y nació en Carmona en 1936-, en el mundillo también le conocían como 'El Maestro' porque creó escuela con el Dúo Cantabria, que formó junto a Ernesto Perales.
«Fue una innovación con las pandereteras Beatriz y Begoña sin perder la pureza. Era como un Coro Ronda Garcilaso en formato pequeño», decía Díaz, que se quitaba méritos. Reconocía que había aportado «algo al folclore, pero no creo que llegue a tanto. Eso lo dice gente que me quiere bien y se lo agradezco».
Hablaba del Coro Ronda Garcilaso porque esa fue su 'alma mater'. La institución de Torrelavega cambió su vida y durante catorce años fue su voz solista. Nunca había oído cantar al coro y entró en él bajo la dirección de Pepín del Río por intermediación de unos amigos. Fue al local de ensayo, le hicieron una prueba de voz con varios tonos y, directamente, Del Río le preguntó que si quería debutar. Corría el año 1967 y salió por primera vez ante el público de forma oficial en Torrelavega: «Canté al descanso como solista una tonada. Fue tal el alboroto entre el público que tuve que repetir. Torrelavega es la catedral y la referencia folclórica de Cantabria». En esos 14 años viajó por toda Europa. Y a partir de ahí inició su propio camino.
Un camino compartido con Perales en el Dúo Cantabria, que se formó en la década de los 80 «de casualidad». Querían llevar a México a cantar al sarruján y como no quería ir solo se le ocurrió decir que sin su amigo Ernesto no viajaba. Fue cinco veces a América y podrían haber sido más si a ambos se lo hubiera permitido el trabajo. «No se puede vivir de la música, así de sencillo», resumía Díaz, que también acumulaba una intensa carrera profesional a sus espaldas. Después de empezar como pastor en Carmona a los nueve años para echar una mano en una casa en la que había ocho hermanos, fue lechero en Santoña, pinche de camarero en Liérganes y más tarde camionero. Todo para terminar de administrador de lotería en Torrelavega.
Casado, con dos hijos, grabó cuatro discos con el Coro Ronda Garcilaso, otros cuatro con el Dúo Cantabria, varios en solitario y uno con el Trío Cantabria, que estuvo activo entre 1999 y 2001 y con el que compartió protagonismo con el rabelista Chema Puente y la panderetera Begoña Lozano. El sarruján era ya uno de los rostros más conocidos y queridos del folclore regional cuando la fama nacional le llegó de rebote a los 74 años al interpretar desde su Carmona natal un villancico junto a Miguel Ángel Revilla con el que el presidente quiso felicitar las fiestas. El vídeo, que tuvo sucesivas versiones cada Navidad, estuvo en todas las televisiones y redes sociales. La canción era 'Carretera de Carmona', la misma que durante mucho tiempo Díaz tuvo de tono y sonaba cuando le llamaban al teléfono móvil.
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La que le cantó a él Revilla el pasado mes de marzo cuando fue a visitarle a Valdecilla fue 'Adiós, pueblo de Carmona'. Díaz, que se encontraba muy delicado tras una operación, apenas conocía a la gente. El vídeo con esa canción circuló por las redes sociales y fue polémico porque salía el regionalista sin mascarilla entonando a pleno pulmón, pero el presidente prefirió quedarse con la parte emotiva. Fue la familia quien le pidió que le cantara para ver si así Díaz le conocía. Al acabar Revilla, el Sarruján recobró la consciencia y le llamó 'purriegu', gentilicio de las gentes de Polaciones.
«A mí me gusta lo puro», decía cuando le preguntaban si estaba abierto a las innovaciones en la tonada montañesa. Diferenciaba entre tonada y canción montañesa. «La tonada es más corta, mientras que la canción consta de verso y estribillo. No está definida como un estilo verdadero», decía para las futuras generaciones alguien que defendía su estilo «siempre dentro de la pureza de la canción que se se conserva en Torrelavega y Cabuérniga». Si se lo pedían, él también cantaba al estilo pasiego o purriego.
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