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Cantabria ha perdido este domingo a Benito Díaz, un referente con mayúsculas de la cultura y la canción popular. Yo he perdido a un grandísimo amigo, uno de los de verdad, de esos pocos que perduran a lo largo de la vida, de los que ... sabes que permanecerán a tu lado por encima de todo y de todos.
Fuimos compañeros de mil fatigas y compartimos momentos que nunca olvidaré. Junto a él entoné muchas de las canciones que conforman la banda sonora autóctona de nuestra tierra. Para siempre quedan grabados los villancicos con los que juntos felicitamos en varias ocasiones la Navidad a toda España desde distintos rincones de esta Cantabria a la que tanto amamos los dos.
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D. MARTÍNEZ
Benito fue un amigo entrañable, al que me unían muchos valores y un sinfín de vivencias. Los dos somos gente de pueblo. Él de su Carmona del alma, yo de mi querida Polaciones. Conocimos bien desde niños la vida del campo y las tradiciones y costumbres populares de las comarcas de nuestra tierra. Él fue sarruján, ayudante de pastor, lo que le obligaba a pasar al menos cuatro meses con el ganado en los montes de Sejos. Aquella experiencia le marcó y forjó su amor a Cantabria y sus tradiciones, además de valerle su apodo: 'el Sarruján de Carmona'.
Compartimos por la canción popular de Cantabria, que él entonaba como nadie y que elevó a lo más alto de la cultura popular. La noticia de su muerte me llegó en plena Fiesta Regionalista, mientras actuaban los hermanos Cosío. De inmediato interrumpimos la actuación. Con más sentimiento que arte, lágrimas en los ojos y el dolor saliendo por la garganta, me atreví a interpretar en su honor 'Adiós pueblo de Carmona', esa bellísima tonada que compuso hace ya muchos años y que será para siempre, al menos para mí, el himno de referencia de su dilatada trayectoria musical.
Benito ha sido una de las grandes voces de nuestra tierra. No ha habido otra como la suya. Incluso a sus 86 años seguía cantando como el grande que era y llamaba la atención por el poderío de su voz.
Hasta hace bien poco estaba lleno de vitalidad. Teníamos incluso planes para recuperar la tradición navideña y volver a interpretar juntos nuestro villancico, pero un desafortunado accidente ha acabado truncando nuestro propósito. Aunque mantuvimos la esperanza durante semanas, las secuelas han terminado finalmente con su vida.
Benito se ha ido, pero su memoria sigue vive entre nosotros. Siempre perdurará en el Coro Ronda Garcilaso, al que tanto aportó. Le recordaremos como el alma del inolvidable Dúo Cantabria, que formó junto a Ernesto y que tantos éxitos cosechó. Y, sobre todo, permanecería en nuestra memoria como ese amigo siempre dispuesto a regalarnos una tonada en cualquier bar o reunión en la que tuviéramos el placer y el privilegio de contar con su presencia.
Benito, 'El Sarruján de Carmona', creó escuela. Impartió clases de folclore y contribuyó a formar a muchas de las grandes voces que hoy engrandecen la canción cántabra y que estarán siempre en deuda con su magisterio.
Querido amigo, no hay palabras para expresar lo mucho que voy a echarte de menos. ¡Adiós carmoniegu!
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