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Tiene Pedro Palazuelos una forma muy especial de vivir la fotografía que le ha convertido en uno de los grandes artistas de la región. En el último cuarto de siglo ha configurado un álbum de los paisajes humanos, de las geografías del entorno, de ... los espacios simbólicos y de las arquitecturas invisibles más diversas y plurales. Después de sus dos exposiciones casi sucesivas en la Fundación Bruno Alonso en 2014 y en el MAS de Santander un año después en la que presentaba un resumen de su trayectoria fotográfica ha atravesado un tiempo de silencio sin perder la vocación de observador de lo que le rodea.
Ahora la editorial Océano Gráfico publica un libro con imágenes inéditas en las que el fotógrafo desvela su visión más personal y para ello abre las puertas de su casa. En la obra, que se presentará este martes, en el salón de actos Isaac Cuende del Centro Cultural Doctor Madrazo, Palazuelos ha captado en su espacio doméstico, su cartografía íntima. Se trata de un conjunto de imágenes realizadas en diferentes momentos de silencio, de lectura, escuchando música, acaso ensimismado pensando en aquello que le preocupa, también a distintas horas del día. Un libro en el que las imágenes, principales protagonistas del volumen, se acompañan de los textos que el poeta y periodista Guillermo Balbona, redactor jefe de este periódico, y el escritor y crítico Luis Alberto Salcines han escrito sobre estas fotografías y su autor.
Cuando en el año 2015 Palazuelos presentó su exposición en el MAS confesó ante los periodistas que eligió hacer fotos porque no le gusta mucho hablar. Palazuelos también se distingue porque trata de ser invisible, y se sumerge en la fotografía sin que le vean los protagonistas. Entonces reconoció que para él «una buena fotografía es aquella en la que se logra conectar el mundo interior con el exterior» y mucho de eso hay en estos trabajos inéditos que ahora muestra y en los que el juego con la luz bien podría ser el hilo conductor de todas ellas. Las secuencias no desvelan nada nuevo. Todas ellas son detalles de una vida cotidiana, objetos más bien, que se podrían extender al común de los humanos porque lo que ha captado son picaportes de sus puertas, el juego de la luz con las persianas de una ventana, las sábanas arrugadas tras el despertar, enchufes, azulejos...
- Título. ‘Paisaje interiores’. Editorial Océano Gráfico.
- Contenido. Fotografías en color en la que la luz juega con distintos elementos que rodean la vida cotidiana del autor y que están acompañadas por los textos de Guillermo Balbona y Luis Alberto Salcines.
- Presentación. Próximo martes, a las 19.30 horas, en el salón de actos Isaac Cuende del Centro Cultural Doctor Madrazo. Santander.
Pero estas fotografías, tal y cómo las describe Guillermo Balbona revelan, fundamentalmente, que la mirada carece de leyes pues en ellas elude los dogmas y reduce las normas. «No hay una luz natural y otra artificial sino un haz silente que discurre libre y que conforma una estancia diferente y viva. Como ya se dijo una vez, en este reino de oquedades y deslumbramientos Palazuelos entendió que toda fotografía es un rito de iniciación, un ritual que sobrevuela el mundo y aflora el misterio de un instante que aún no es luz del todo y que apenas ha dejado de ser sombra».
En estas fotos, afirma Luis Alberto Salcines, «los fragmentos de los paisajes interiores familiares, cobran otra perspectiva al aparecer fijados en el papel, como territorios autónomos, algunos rodeados de un clima de irrealidad, donde la belleza y el misterio seducen al espectador en sus contrastes de luz y sombra, quien trata de identificar y completar la imagen que está antes sus ojos y se interroga sobre qué espacio puede ser el representado».
Se trata de una serie de trabajos en los que no aparece la figura humana pero si hay huellas remiten a su presencia. «Alguien ha puesto ahí esas flores que han sido regadas, no aparecen marchitas; esa ropa replegada ha sido dejada a su caída por alguien; también alguien abrió la ventana por la que entra la luz que incide sobre la pared o cerró esa puerta de la que se ve la manecilla», dice Salcines.
Las fotos están realizadas en color, en ocasiones de tan degradado que parecen en blanco y negro, unas veces la imagen es más reconocible, figurativa, otras resulta más abstracta, más ambigua. En estas últimas destacan los dibujos geométricos y las texturas de las superficies fotografiadas: de las telas y de las paredes.
En resumen, un ejercicio poético el que nos propone Pedro Palazuelos protagonizado por la luz «en el que la belleza de las imágenes obtenidas prende nuestra mirada y nos abandonamos a la contemplación placentera».
Nacido en Limpias en 1951, Pedro Palazuelos es fotógrafo de reconocido prestigio que ha realizado numerosos trabajos tanto para prensa escrita (EFE, Grupo Zeta, El País, El Mundo, National Geographic Viajes, Hola, Cambio 16, etc.) como para instituciones y empresas privadas. Como creador artístico se ha prodigado tanto en el retrato como en el paisaje.
Junto con sus numerosas exposiciones individuales y colectivas, Palazuelos ha desplegado una intensa actividad con la fotografía como columna vertebral. Además de colaborador asiduo con los medios, fue profesor de fotografía del I.C.E. de la Universidad de Cantabria y en el Vicerrectorado de Extensión Universitaria (1982-87). Su foto-galería ZOOM fue uno de los espacios pioneros y determinantes en el resurgimiento y acercamiento de la fotografía en la región.
Ha publicado, entre otras obras, 'Cantabria a través de sus municipios' (1996), 'Cantabria, otra mirada' (1997), 'Santander, tercer milenio' (2000), 'Santander. De mar a mar' (2006) y 'Música porticada. 1952-1990' (2008).
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