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Javier Cifrián es de esos actores que no deja nunca indiferente. A sus 45 años, el santanderino ha alcanzado una madurez que le hace disfrutar más del éxito personal que del profesional, y eso que no para de trabajar. Pero ahora puede permitirse elegir en ... qué follones meterse y tiene claro que, entre lo que se lleva Hacienda (un 41%) y su representante (un 15%), hay papeles que no merecen la pena. Del que está especialmente orgulloso es de Burgos, el guardia civil que interpreta en 'La caza. Monteperdido', la serie que esta semana ha estrenado La 1 de TVE con unos notables datos de audiencia -cerca de dos millones y medio de espectadores cada capítulo-, siendo el mejor estreno de ficción en la cadena desde 2017 cuando se lanzó 'Estoy vivo'.
-Felicidades por los datos de su nuevo trabajo...
-Gracias. Estamos muy contentos. Imaginábamos una buena acogida pero las cifras han superado nuestras expectativas.
-El libro ya lo fue...
-Sí, pero lo que no se sabe es que la historia se concibió como una serie. El guión de 'Monteperdido' estuvo metido en un cajón durante años, hasta que Agustín Martínez pidió permiso para publicarlo como una novela y se conviritó en 'best seller'. Después desempolvaron el guión y TVE apostó fuerte.
-Algo nuevo en el ente público viendo como han tratado a series como 'La República' o 'El ministerio del tiempo'...
-TVE se ha actualizado mucho y están invirtiendo más en sus producciones y en sus series.
-¿Plataformas como Netflix han hecho daño a la televisión?
-Sí, porque les restan espectadores. Las nuevas generaciones ya no están dispuestas a tragarse nada con parones de publicidad y las cadenas han tenido que lanzar sus propias plataformas, como Atresmedia o Mitele. Una cadena no puede lanzar ocho capítulos de golpe, pero no pueden quedarse al margen de las nuevas formas de consumir contenidos.
-¿Qué tiene de especial su papel en 'Monteperdido'?
-Es un guardia civil que tiene que cuidar a una de las niñas que aparece en un coche tras cinco años desaparecida. Poco más puedo contar.
-¿La confidencialidad se cuida cada vez más?
-Totalmente. Ahora con las redes sociales hay que tener mucho cuidado de lo que publicamos.
-Hicieron un estreno en la Gran Vía como si fuera una superproducción...
-Sí, en el cine Capitol. Fue una noche muy bonita. Las series han dado un salto cualitativo muy importante. Hace no tanto, los actores que hacían cine parecía que tenían más glamour que los que hacíamos series, pero eso ha dejado de ser así. Ahora los más grandes están haciendo tele también.
-¿Qué queda del Javier Cifrián que fue nominado al Goya a mejor actor revelación en 2007 por 'El próximo oriente'?
-Muy poquito. El nombre, el apellido y poco más. Antes me preocupaba más el éxito profesional que el personal, y ahora no cambio tomar unas rabas con mi familia frente al mar por ningún papel.
-¿Ha dicho que no a alguno?
-Este año, a dos, porque tenía que irme a vivir a Madrid todo el año, y entre el 41% que se lleva Hacienda, el 15% de mi representante, alquilarme allí un piso, vivir y venir los fines de semana no me salía a cuenta. Uno de ellos fue Joan Noguera -director de 'Matadero', 'Isabel' y 'Amar es para siempre'-, que me ofrecía un papel 'grande' en una serie y le pregunté si no tenía uno más pequeño... Se echó a reír y me dijo, «Cifrián, es la primera vez que un actor me dice eso».
-¿Y qué le contestó?
-Le invité a Santander a dar un curso en el Laboratorio Creativo Audiovisual y pasó aquí el fin de semana con su familia. Cuando vio la calidad de vida que tenemos en Santander me dijo que me entendía perfectamente. Y ahora, cada poco, me pregunta que cuándo puede volver (risas).
-Con el Laboratorio está haciendo una buena cantera de actores...
-La verdad es que sí. Estamos muy contentos. Viene gente de fuera a hacer los cursos y ya empiezan a llamarnos para que enviemos a nuestros alumnos a los castings que hacen en Madrid.
-¿Cuesta mucho sacar adelante un proyecto así en Cantabria?
-No te lo voy a negar, pero poco a poco vamos haciéndonos un hueco. Los campamentos de verano en Solórzano son todo un éxito, vienen niños de Galicia y Valencia y aprenden de todo: a hacer guiones, 'storyboards', graban sus cortometrajes... Todo lo que yo había soñado de niño, lo estamos haciendo realidad. Si yo hubiera tenido acceso a algo así cuando era joven...
-De aquí han salido nombres como Mario Camus, Enrique González Macho, Marta Hazas, Antonio Resines, Eduardo Noriega, usted...
-Sí, pero aquí no hay industria. En Cantabria falta de todo menos ganas y quienes quieren dedicarse a esto tienen que irse de aquí. Otra cosa es que la Consejería de Cultura hiciera como hacen en Canarias que cuentan con uno de los incentivos fiscales a la producción cinematográfica y audiovisual más potentes de toda Europa.
-¿Por qué aquí no funciona así?
-Porque no hay voluntad política. No hay más que ver la cantidad de autobuses que vinieron a Santander cuando se emitió 'Gran Hotel' o el turismo que llegó con 'La Verdad'. Si desde el Gobierno se pusieran en marcha acciones relacionadas con la producción audiovisual y se sacara provecho a lo poco que se hace por aquí, ganaríamos todos.
-¿Y Cantabria Film Commission?
-Es una plataforma que está muy bien para el que viene a rodar de fuera, pero no hay un organismo que se vuelque de verdad. Con parches y titulares no se hace cine. Con el Festival Internacional de Cine del Centro Botín se abre una nueva vía para publicitar Cantabria en el sector y quizá por ahí tengamos más visibilidad.
-¿Qué dice Revilla de todo esto?
-Revilla ha hecho mucho por Cantabria. Te puede gustar más o menos, pero la publicidad que ha dado a la tierra es incuestionable.
-¿Tiene claro su voto para las próximas elecciones?
-La verdad es que estoy cansado de todos los partidos que no tienen un discurso propio. Lo único que saben hacer es arremeter contra los de enfrente en vez de proponer ideas. Me da igual unos que otros. La política está para crear, no para destruir.
-¿Le gustaría que sus hijos se dedicaran al cine?
-No, pero obviamente tendré que respetar lo que quieran ser. Todavía son pequeños, pero este mundo es difícil. En la vida hay tres cosas que generan mucha ansiedad: un divorcio, una mudanza y no tener un trabajo estable. El cine conjuga las tres cosas y mal. Las relaciones de pareja no suelen funcionar, vives con una maleta en la mano y cuando terminas un trabajo no sabes cuándo vas a tener otro...
-Pero ahora no se puede quejar...
-No, ahora no. Tengo un papel pequeño en una serie, vivo en mi hogar, con mi gente, oliendo a mar... Soy más feliz ahora que cuando me nominaron al Goya.
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