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Lo posible utópico, lo imposible cotidiano’ es el título del nuevo ciclo de cine del Ateneo de Santander para las próximas semanas en el que se abordarán seis miradas comprometidas con temas sociales. Son obras esenciales del cine, valientes, combativas y polémicas, que buscaron ... sensibilizar a la sociedad de su tiempo y provocaron todo tipo de reacciones en el ámbito político, artístico y cultural.
Drama, comedia o crónica semidocumental apelaban a la reflexión del público. Temas y personajes extraídos de la vida cotidiana –casi siempre en ambientes obreros–, rodajes a menudo en exteriores y una representación sincera y espontánea construyen historias dramáticas, de ficción, con grandes dosis de realismo, que documentan dos décadas claves en el devenir del siglo XX. Como viene siendo habitual, las proyecciones, en versión original subtitulada, serán precedidas por presentaciones a cargo del periodista de El Diario y crítico de cine Guillermo Balbona y el director del Aula de cine de la Universidad de Cantabria, Guillermo Martínez, que realizarán una contextualización histórica de las obras, para después comentar en la charla-coloquio posterior a la poryección cuestiones relativas a los aspectos temáticos y estilísticos más relevantes de cada una de las películas.
El ciclo arranca este lunes con ‘El limpiabotas’ (1946), de Vittorio de Sica, una película que se desarrolla en la Roma de la postguerra, donde dos jóvenes limpiabotas sueñan con comprarse un caballo. La única forma de conseguir el dinero es trapichear en el mercado negro, pero los muchachos intentan en todo momento no ser detenidos. De Sica ganó cuatro premios de la Academia de Hollywood y, de hecho, ‘El limpiabotas’, base del movimiento neorrealista, sería la primera película extranjera en recibir el Oscar que años más tarde pasaría a llamarse Oscar a mejor película de habla no inglesa.
Al siguiente lunes llegará ‘La sal de la tierra’ (1954), de Herbert J. Biberman. Interpretada por mineros, se basa en la huelga contra la Empire Zinc Company en Nuevo México. La película explora las tensiones jerárquicas entre trabajadores y empresarios y entre las propias familias. Los mineros exigen sus derechos laborales y sus esposas les exigen un trato respetuoso y digno en el hogar. Esta fue la única película que llegó a prohibirse durante el macartismo. Todos los involucrados fueron acusados de comunistas y se les prohibió trabajar en Hollywood mucho tiempo.
El 20 de noviembre llega todo un clásico: ‘Tiempos modernos’ (1936), de Charles Chaplin. Es una obra maestra del cine mudo que relata las precarias condiciones laborales del sector industrial durante la época de la Gran Depresión. En definitiva, es una crítica al sistema capitalista desde el género de comedia.
El último lunes de noviembre se proyectará ‘El pan nuestro de cada día’ (1934), de King Vidor, donde el esfuerzo colectivo de toda una comunidad consigue construir una zanja para que el agua llegue a los secos maizales. Una secuencia, la última, está inspirada en el mejor cine soviético de Eisenstein y explota todas las posibilidades expresivas del montaje, la composición del plano y el sonido.
Diciembre arranca con ‘Almas sin conciencia ‘ (1955), de Federico Fellini, una película que filma la desnudez de unos estafadores. Y el ciclo se cierra el 11 de diciembre con ‘Los camaradas’ (1963), de Mario Monicelli. En esta película, Marcelo Mastroiani da vida al profesor Sinigaglia, un intelectual revolucionario que llega a Turín a finales del siglo XIX y pronto se convierte en el agitador de las mentes de unos obreros que trabajan en una fábrica en pésimas condiciones laborales.
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