![El actor Miguel Ángel Muñoz compatibiliza el rodaje del filme con el programa 'Como Sapiens'.](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202011/24/media/cortadas/peli%20(9)-kBgF-U120855197011oBF-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
![El actor Miguel Ángel Muñoz compatibiliza el rodaje del filme con el programa 'Como Sapiens'.](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202011/24/media/cortadas/peli%20(9)-kBgF-U120855197011oBF-624x385@Diario%20Montanes.jpg)
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Un equipo de 60 personas, que según los días alcanza las 75, un plantel de actores de primera línea, un reconocido director y un presupuesto de dos millones de euros son las señas de identidad de un proyecto cinematográfico, el de la película ' ... Dos vacas y una burra', cuyo rodaje comenzó la semana pasada en Cantabria, una tierra en la se va a desarrollar la mayor parte del metraje y cuyos paisajes se van a convertir en uno de los grandes protagonistas del filme. Bajo el título 'Dos vacas y una burra' se proyecta una comedia romántica en la que el cineasta Jesús del Cerro, director de series de gran éxito como 'Médico de familia' y 'Un paso adelante', capitanea a un equipo de actores encabezados por el trío de protagonistas de la película, compuesto por Miguel Ángel Muñoz, Pablo Puyol –que se reencuentran en esta comedia casi dos décadas después de su paso por la famosa serie juvenil– y la actriz mexicana Esmeralda Pimentel, a los que se suman otros como Adriana Torrebejano y Codic Maticiuc para completar un reparto con una proyección marcadamente internacional. Impulsado por la productora ATM, el rodaje de la película comenzó la semana pasada en Vega de Pas, la primera de las diferentes localizaciones cántabras que el equipo recorrerá a lo largo de las próximas cinco semanas. A ella se sumarán los municipios de Liérganes, Esles (Santa María de Cayón) y Santander, en un recorrido que completarán dos grandes ciudades como Madrid y Londres.
El de este proyecto es uno de los primeros rodajes de gran envergadura puestos en marcha en España tras la primera ola de la pandemia y el confinamiento, como demostró ayer el interés que despertó en los numerosos medios a nivel nacional que acudieron a la jornada dedicada a la prensa para dar a conocer un proyecto del que este periódico ha informado en varias ocasiones ya desde su fase de preproducción. Un rodaje marcado por la complejidad derivada las numerosas medidas sanitarias establecidas, que obligan a realizar constantes pruebas al equipo y a trabajar siguiendo un exhaustivo protocolo de seguridad.
'Dos vacas y una burra' constituye una iniciativa cinematográfica que pone el foco y realza el valor del mundo rural a través de un enfoque narrativo basado en el neorruralismo, sustentado en un lenguaje y unos personajes muy actuales, a través de los cuales aspira a representar de una forma cercana, emocional y divertida la realidad de los propios espectadores. En ese acercamiento a los entornos rurales, Cantabria juega un papel fundamental, ocupando sus paisajes y municipios una amplia parte de una película con proyección internacional que llegará a los cines en el último trimestre de 2021, tras lo cual podrá visionarse en destacadas plataformas digitales. El proyecto, que cuenta con la colaboración del Gobierno regional y tanto del Ayuntamiento de Santander como de los municipios en los que se va a rodar, ahonda en aspectos de gran actualidad como la creciente preocupación por el medio ambiente y el bienestar animal, la ecología, al frenético ritmo de vida propio de los entornos urbanos y su contraste con el del mundo rural, la complejidad del actual mercado laboral –en especial para los sector más jóvenes de la población–, el auge de la globalización y las interconexiones culturales o la diversidad sexual. Todo ello a través de una historia aparentemente sencilla en la que lo inesperado, lo sorprendente, desarma constantemente la querencia de la sociedad actual por controlar y dominar cuanto sucede.
'Dos vacas y una burra' «iba a ser una película pequeña, pero...». Lo inesperado también cambió los planes de los productores de la cinta, que vieron grandes posibilidades en un proyecto por el que han decidido apostar con fuerza. María Inés Laporta, directora de producción de esta ambiciosa iniciativa cinematográfica, destaca que «el equipo está compuesto cada día por un grupo fijo de 60 personas, a los que se suman especialistas, profesionales de efectos especiales o de alguna otra área según las necesidades que impliquen las secuencias a grabar, por lo que hay días en los que llegamos a ser hasta 75 personas trabajando». Laporta explica que durante el rodaje trabajan «con dos cámaras, algo poco corriente porque habitualmente en cine se trabaja con una, pero Jesús –del Cerro– tiene una forma de rodar muy dinámica e intensa».
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La trama de esta comedia rural, que se desarrolla en una localidad ficticia recreada a través de las tres localidades cántabras, narra el viaje de un joven arquitecto en paro interpretado por Miguel Ángel Muñoz, y de su tío –Pablo Puyol–, para conocer la herencia de su abuelo. Sus expectativas saltarán por los aires tras conocer que ese legado incluye una burra y dos vacas, tres entrañables animales que juegan un papel destacado a lo largo de la historia y que suponen un auténtico reto en el proceso de grabación de las escenas en las que participan. El desembarco de los protagonistas en el pueblo de su abuelo les llevará a experimentar un viaje interior tan intenso como divertido, y en el que la aparición de Paula, una joven mexicana interpretada por Esmeralda Pimentel que viaja a España para buscar sus raíces, marcará un punto de inflexión.
Disparatada a veces, emotiva otras y siempre divertida, esta película describe el enamoramiento que el mundo rural y sus gentes provocan en los protagonistas, que empiezan a cuestionarse el desquiciante ritmo de vida que llevan en la gran ciudad, a valorar el dinamismo y la vitalidad del que se convierte, de alguna forma y si que se den cuenta, en su nuevo hogar.
«La película es Cantabria –destacó Jesús del Cerro en una entrevista a este periódico–, con sus montes verdes y ondulados, sus laderas con las vaca pastando... Esta tierra es espectacular y perfecta para describir el profundo calado del mundo rural y el contaste con el mundo urbano, que es uno de los objetivos de la película». «Creemos que es una película que va a ayudar y a potenciar a Cantabria, que va a hacer que se la conozca en muchas partes del mundo», destaca el santanderino Manuel Álvarez, productor ejecutivo de este ambicioso proyecto cinematográfico
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