Comillas revela tres maneras de retratar el paisaje en la nueva temporada expositiva

Los del traductor de los colores que es Sergio Piris se pueden contemplar desde el pasado sábado. Todo un despliegue de tonalidades por parte de un artista que ha hecho del formato apaisado una seña de identidad. Su última muestra en Cantabria tuvo lugar el pasado mes de enero en el Gran Casino de El Sardinero. Nacido en Cantabria en 1959 este artista ha elegido la frase: «Somos entes de luz. Agua y polvo suspendidas en los espacios» como lema de referencia para su página de Facebook, una cita que materializa en cada uno de sus cuadros, paisajes y marinas en los que certifica la diversidad impredecible de la luz cotidiana.

Su trayectoria pictórica se ha plasmado en un buen número de exposiciones individuales en varias ciudades españolas y su pincelada se centra, fundamentalmente, en la recreación de los contrastes de color y en el espacio natural como principales fuentes inspiradoras.

La característica más llamativa de su trabajo es la visión impresionista de paisajes bien conocidos de Cantabria en formatos largos y estrechos que acentúan más la mirada panorámica del horizonte y le permite captar con más comodidad el espacio natural al aire libre.

Sus cuadros reclaman la atención sobre la sugerente estética impresionista que le permite redescubrir un paisaje que prefiere pintar del natural para ponerle su propio sello.

En el mismo edificio del centro cultural El Espolón, pero en otra sala, otros paisajes sorprenderán al visitante, aunque con una mirada muy distinta y es que Alejandro Quincoces ha elegido la ciudad y sus zonas industriales para expresar su crítica hacia el comportamiento del ser humano con su entorno. Para este bilbaíno nacido en 1951 las ciudades son la metáfora del lugar y la construcción invisible, de una ruina que se edifica desde un deslumbramiento. Por ello sus paisajes urbanos son oscuros y nebulosos en los que denuncia que «el hombre crea continuamente, pero no sabe disfrutar de lo que construye».

En su obra tal y como se podrá ver durante todo este mes en Comillas se refleja también lo que él denomina «desastres», término con el que engloba las guerras y otras tragedias naturales como incendios o inundaciones. Sus últimos temas incluyen también asuntos aparecidos en los medios de comunicación: desastres ecológicos y nucleares (Fukushima), incendios, etc. Y además figuras y retratos, temas que abarcan la experiencia humana que tocan lo íntimo y cercano o aquello que atañe a toda la sociedad como colectivo responsable.

Es clara su preferencia por el poco color buscando sus sugerencias más que las purezas y su creencia en lo mixto más que en lo puro, en la destrucción más que en la construcción de la forma para transferir al espectador el trabajo de participar en la recomposición de la realidad vista y sentida por él.

A lo largo de su carrera este artista que en los últimos años ha expuesto en la sala Fraile y Blanco y en La Venencia ha sido galardonado con varios premios, entre ellos, el BMW de pintura o la Medalla de Oro 'Lorenzo el Magnífico' en la Biennale Internazionale dell Arte Contemporánea de Florencia.

Durante el confinamiento, el santanderino Pedro Calderón (1961) reconoció que le hacia especial ilusión exponer este verano en Comillas. La sala elegida para su muestra, en el edificio del antiguo Ayuntamiento, se le ofrece como un lugar único para desplegar su obra que, en los últimos años ha ido evolucionando desde la pintura surrealista hasta la instalación por medio de distintos 'cachivaches' que le permiten expresarse y que crea con objetos que encuentra en su camino.

Su exposición se inaugurará el viernes y mostrará algunas sus principales inquietudes. Un torrente creativo con cierta estética futurista en la que no faltará la sorpresa y admiración del ser humano ante el mundo que le rodea.

Graduado en Educación Social por la UNED (2017) y técnico superior de Artes Plásticas y Diseño en Proyectos y Dirección de Obras de Decoración (2006) ha expuesto de manera regular en diferentes galerías y espacios artísticos. También ha ilustrado revistas, cómics y portadas de libros de distintos escritores, así como la del Anuario de Cantabria (2010) editada por El Diario Montañés.

Sus últimas obras, que ha mostrado en la sala Inder Espacio, presentan distintas influencias que van desde el cómic hasta el mítico 'Ummagumma' de Pink Floyd o la escenografía de la película 'Mad Max' todas ellas encajando en un mismo espacio para consolidar todo un estilo y trayectoria artística cada vez más abundante.