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Ignacio Granero, licenciado en Historia del Arte, creó en el año 2013 el blog 'La cultura social' como una respuesta a los desafíos y oportunidades de las instituciones culturales gracias a la utilización de las redes sociales y todas las herramientas digitales de participación. Hoy ... en día el proyecto se ha convertido en un sitio web de referencia que aporta información sobre museos y otros espacios culturales. Este gallego fue este jueves uno de los ponentes de la mesa redonda 'La cultura que viene. Transformación digital, nuevas ruralidades y transición ecológica' en el marco de las IV Jornadas 'Marca Cultura y Territorio' celebradas en los dos últimos días en el Palacio de La Magdalena
-Participa en unas jornadas organizadas por los profesionales de la cultura en la que se analizan los desafíos del trabajo en red y los procesos de transformación del sector. ¿Son necesarios este tipo de encuentros?
-Sí, son muy necesarios para compartir ideas. Sobre todo en este momento en el que nos encontramos en un panorama en el que es casi todo nuevo. Hasta el año pasado todo eran teorías. Había algunos ejemplos de buenas prácticas pero también problemas, muchos de los cuales se vienen arrastrando hasta ahora que nos hemos encontrado todos, así de repente, con el mismo.
-¿Cuál es ese problema?
-La pandemia conlleva el cierre y un menor uso de todos los espacios culturales de manera física y un mayor uso de los contenidos culturales de manera digital que, por otra parte, ha sido para muchos museos y centros culturales la única forma de sobrevivir.
-Estudió Historia del Arte. ¿Cómo cayó en el mundo de internet y las redes sociales?
-Tras licenciarme hice un máster en nuevos medios y comisariado de arte digital y en 2007 me orienté en el mundo del marketing digital. En 2013 creé 'La cultura social' y me di cuenta que todo lo relacionado con la comunicación digital estaba muy verde en el sector de los museos.
-¿La apuesta por digitalizar el contenido de los museos, incluso las visitas virtuales, no le quita encanto a la posibilidad de visitar una sala y poder contemplar las obras a escasos metros?
-Las visitas virtuales tienen que verse como lo que son, un complemento que te ofrece el museo. Apostar por contenidos online no quiere decir que se desatienda al público presencial. Todo este tema de los apocalípticos e integrados que describió Umberto Eco tiene que superarse de una vez. Y no olvides que esas visitas virtuales también ayudan a la gente que no puede viajar hasta el otro extremo del mundo para disfrutar de una experiencia cultural. Evidentemente no va a ser lo mismo y por eso tienen que hacerse y plantearse de la forma más parecida posible.
-¿En España faltan muchos museos o instituciones culturales en adaptarse a estas nuevas herramientas?
-Sí, y así lo ha puesto de manifiesto esta crisis sanitaria. Hace poco un informe del Observatorio de la Cultura recogía que sólo el 45% de los museos del país tenían un plan digital antes de la pandemia. Todavía quedan muchos y existe una brecha entre las instituciones pequeñas y con pocos trabajadores y que les toca hacer gestión, comunicación, redes sociales, actualizar la web...
-¿Qué es 'La cultura social'?
-Es una web que ha tejido redes con centros de arte y museos. Habla tanto de los grandes espacios como de los más pequeños, de hecho cada vez más intento poner el énfasis en los que son más pequeñitos y que están haciendo cosas muy innovadoras.
-Cite algunos.
-En Cataluña hay un museo, que no está en circuito de los más conocidos y que merece la pena: el Museo Episcopal de Vic y es único porque hace más de una década apuesta por la reproducción de sus obras en 3D. Otro lugar muy interesante es el Museo Cerralbo de Madrid.
-¿Cómo ve la situación en Cantabria?
-A nivel comunicación digital además del Centro Botín y Altamira destaca desde hace varios años El Capricho de Gaudí en Comillas que tiene una muy buena estrategia de comunicación. Como monumento es una referencia y uno de los sitios más queridos en las redes sociales.
-¿Es positivo ante el futuro que le espera al sector cultural?
-Por parte de los profesionales sí lo soy creo que están haciendo un gran trabajo y sacando toda la imaginación posible para aprovechar los recursos que tienen y que no tienen. Mis dudas vienen por el trabajo que desarrollen las administraciones.
-¿Parece que los agentes culturales se han unido para remar en el mismo barco por el bien común pero, no le parece que hay demasiados egos en este sector para conseguirlo?
-Más que de egos yo lo que detecto es que predomina una jerarquía cultural y que es difícil acabar con ella. Por ejemplo si ahora te pido que pienses en un museo seguro que te sale antes el Prado o el Thyssen antes que otro que a lo mejor tienes al lado de casa.
'La cultura que viene' fue el título del encuentro que reunió este jueves a Ignacio Granero, Marcos García, exdirector de Medialab Prado y Carlos Almela, de la Fundación Carasso, en la que fue la jornada 'Marca, Cultura y Territorio', organizadas por la Plataforma de Empresas Culturales de Cantabria (Pecca).
Durante las intervenciones, que fueron presentadas y moderadas por la periodista de El Diario Montañés, Pilar González, se volvió a poner de manifiesto, como en el resto de las ponencias celebradas en los dos últimos días en el Palacio de La Magdalena, la importancia de la cultura, si bien, tal y como aseguró Marcos García: «Las políticas públicas, en tiempos de crisis, no tienen en cuenta muchas cuestiones socioculturales. La cultura genera muchos beneficios indirectos, que no son fáciles de medir, pero que aportan mucho valor».
En este sentido insistió en que «las redes digitales han sido claves durante la pandemia y han puesto en evidencia la interdependencia. Han permitido la colaboración de proximidad y también la que se puede hacer en la distancia». Una tesis compartida por sus compañeros de debate: «Los efectos de la cultura los experimentamos todos, genera bienes comunes, por lo tanto, las políticas culturales tienen que ser transversales», apostilló Carlos Almela, quien también manifestó que «En España ha calado ya el mensaje de que la cultura es segura y que es una actividad esencial y que ha sido el fruto de esfuerzos coordinados».
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