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Hay quien tira de ábaco para ver con buenos ojos el secuestro de un libro: la polémica en torno a 'Fariña', del periodista Nacho Carretero, ha provocado una farfullada presencia del título en todos los medios de comunicación, que aplaude el aumento de ejemplares ... vendidos como si la medida fuera un bien mayor. Mientras en televisión la serie se nutre de un tirón mediático cuya promoción le ha salido gratis, a la editorial y los autores que representa, no tanto. De hecho, ya lo han advertido sus responsables, se juegan el tipo con la medida cautelar adoptada por la jueza de Collado Villalba, Alejandra Fontana. Está el depósito de la fianza, garantía para enfrentar los daños causados por dicha decisión, que resume con heladora simpleza tamaño riesgo: a tanto el libro no vendido.
A la vista está que saben sumar, pero tras «ejecutar el secuestro» y ordenar este lunes la prohibición de la venta del libro a las librerías, cabe preguntarse si también saben restar. En esta tesitura, ojalá fuera de ida y vuelta el favor que las letras le conceden a la serie audiovisual -previo pago por los derechos- que ya ha empezado a emitirse (antes de lo previsto, por cierto); ojalá que el tirón, capítulo a capítulo, hubiera podido arrastrar espectadores hasta las librerías que de otra forma no habrían ido allí a parar.
Pero la realidad es la que es y, por ahora, ese éxodo no va a pasar. La serie se va a emitir sin eco en los estantes y, al pensarlo, a una se le queda la misma cara que cuando enciende la radio y suenan los últimos acordes de una canción antigua, ese tema que recuerda algo indeterminado, un tiempo, una persona, una casete de 'Varios', ese momento cuando casi tienes el título o el autor para poder buscarlo en Google, y ¡zas!, se acaba. Y no hay forma de adivinar qué era aquello que sonaba tan propio, porque enseguida vuelve otra canción, y luego otra, y otra, y los anuncios entre tanto, y la vida que sigue sonando igual de enlatada mientras las librerías siguen vendiendo otros libros con la voracidad de un negocio, el editorial, que sobrevive de editar para seguir editando. 'Fariña' siempre será el caso del libro secuestrado, y dado que vivimos en una realidad que reduce su secuestro a términos económicos, ¿alguien podría decirme el valor monetario de un lector? ¿Alguien se atreve sumar cuánto dinero valemos? Libros del KO va a perder ventas, pero nosotros, como sociedad, perdemos algo peor; nuestro intelecto.
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