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«En el fondo uno lee sus diarios y siente que era su otro yo con el que dialogaba». Cecilia García-Huidobro, escritora, periodista y decana de la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales (UPD), en Santiago de Chile, es la ... autora de 'Diarios tempranos. Donoso in progress. 1950-1965', ha convertido las 8.000 páginas originales en 700, y ha hecho emerger, de nuevo, la figura del autor de 'El obsceno pájaro de la noche'. Donoso «no tuvo un 'Cien años de soledad', que lo reúne todo, sino que está dando siempre fuego. Escribe una obra contra otra, hace bastante rupturas en su producción, siempre tratando de explorar. Veinte años después de su muerte, su obra vive más que la de otros autores del boom».
–¿Qué intimidad revelan estos diarios tempranos de Donoso?
–José Donoso también aprendió a escribir diarios escribiendo diarios, no son textos uniformes. Son casi 45 años escribiéndolos, y en sus primeros apuntes eran los trabajos de un escritor. Él estaba ahí ensayando, probando con el cuento, o anotando una idea para hacer una narración. Hay mucho de eso en el comienzo. Por supuesto, se cuelan comentarios más íntimos, pero no es un diario que él decida escribir para revelar su intimidad, sino que la intimidad lo atraviesa todo. Y cuando uno ve el esfuerzo que hace por convertirse en escritor, se da cuenta de que eso es buena parte de su intimidad.
–¿Hay experimentación literaria en esos diarios?
–Hay partes del diario que son como si fuera al gimnasio, en este caso vendría a ser un taller literario, pero me gusta la idea de gimnasio porque él repite y repite los ejercicios. Por ejemplo, en el capítulo 2, en el momento en que está creando un cuento, 'Coronación', y entonces escribe primero unas líneas, en la página siguiente esas mismas líneas con modificaciones, luego esquemas de novelas, después esquemas modificados...
Y él fue cambiando su forma de escribir diarios. Hay un punto, en 1973, cuando está leyendo una biografía de Virginia Woolf escrita por su sobrino Quentin Bell, y basada en los diarios de Woolf.Entonces piensa: ¿Qué material estoy dejando a mis biógrafos? Porque él tenía ese delirio de la trascendencia y le importaba no ser olvidado, que no fuera olvidada su obra. Piensa: tengo que dejar en mis diarios más de mí. En el resto de ellos, hasta 1995, cambia el tono.
–Entonces esa segunda parte la escribe sabiendo que van a ser leída.
–Sí, sus diarios leídos como fuente. Me preguntan si creo que los escribió pensando en que se publicaran. Tengo mis dudas. Que fueran leídos, sí, que no es necesariamente lo mismo.
–Hay también en estos 'Diarios tempranos' semblanzas de escritores. ¿Pueden revelar cómo se relacionaba con el entorno literario?
–En esta época hay un periodo de solo dos años que vive en Argentina, donde interactúa un poco con el mundo literario, por ejemplo, conoce a Borges. Pero lo que más me impresiona es cómo se relaciona con la literatura en la lectura. Es un lector omnívoro, lee muchísimo, de todo, y sus lecturas son muy comentadas en el diario. Hay un registro. Es un crítico agudo, y lee a sus contemporáneos, le importa mucho, él está buscando su voz narrativa. Y tiene sus inseguridades y temores.
–El hecho de editar 'Correr el tupido velo', el libro que escribió Pilar Donoso sobre su padre, basado también en sus diarios, ¿le hizo plantearse de otro modo la selección de los textos para estos 'Diarios tempranos'?
–La primera vinculación que tuve con los diarios fue con el libro de Pilar Donoso, en donde yo leí lo que ella seleccionó, fui su editora, íbamos comentando el material que ella me entregaba y haciendo ajustes si era necesario. Ella era una gran escritora, el libro lo escribió ella. Y esa fue mi primera aproximación.
Y ya que ella solo leyó los diarios que están en Princeton, y no los tempranos, que están en Ioawa, existió el plan de seguir trabajando igual. Antes de su muerte ella empezó a hacer ese trabajo, estuvo dos o tres meses, pero me llamó un día y me dijo que llevaba siete años con todo esto y que necesitaba distancia... Ahí quedé yo en primera línea y me tocó hacer el trabajo directamente. Cuando empecé a a trabaja, Pilar se suicidó y fue muy duro en el plano personal, y difícil en el profesional, porque yo no tenía con quién consultar cosas que no se entienden en el diario. Fue una 'ausencia presencia'. En el plano emocional fue muy fuerte, porque ella había trabajado un diario y yo otro, otra época, y el diario cambia, y me encontré con una realidad que era muy distinta a la que ella había trabajado.
–Ha planteado en el curso la incógnita de por qué Donoso dejó de escribir diarios un año antes de su muerte. ¿Tiene alguna idea de por qué?
–Él murió trabajando, corrigiendo su novela 'El Mocho', publicada póstumamente, y tratando de hacer esta teleserie o culebrón, la cual era sorprendente de asumir. Esas cosas le provocaban, creo que estaba aterrado de morirse. Probablemente destinaba sus capacidades de trabajo en crear, y no en registrar lo que iba a crear.
–¿Han cambiado estos diarios tu percepción sobre José Donoso?
–Fue una persona mucho más desgarrada de lo que yo lo conocí. Trabajé con él en un libro de artículos periodísticos.
–Un libro, 'Artículos de incierta necesidad', que le encargó....
–No, fue al revés, yo lo convencí. Yo era una fan de sus artículos, los recortaba, tenía una carpetita en casa. Le llamé por teléfono para hablar de otra cosa [cuenta cómo le dio largas], y entonces se me ocurrió decirle que teníamos que hacer un libro.
Cuando empecé a leer los diarios ya se había publicado el libro de Pilar Donoso, que ahí ya se anticipa un ser más desgarrado, nocturno y más decidido curiosamente. Me sorprende cómo él convierte su fragilidad, que es inmensa, en fortalezas hasta cierto punto. Es materia para su literatura, escribe con las entrañas, vive en el caos, hay un desequilibrio de energía que nunca logró manejar.
–¿Le gustaría seguir escribiendo e investigando sobre Donoso?
–Lo pensé bastante. La Universidad Diego Portales compró los derechos para publicar los demás diarios, de 1966 en adelante, y el próximo mes voy a Princeton a investigar, así que la idea es hacer una edición de los demás diarios. Yestá la Universidad de Talca, a la que Donoso estaba muy vinculado, que ha planteado la idea de hacer una biografía y no lo sé. A lo mejor termino muy cerca y para una biografía hay que tener cierta distancia para que no se convierta en una hagiografía.
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