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En las últimas semanas el Aula de Cultura de El Diario Montañés ha revisado la trayectoria literaria y vital de Miguel Delibes con motivo del centenario del autor vallisoletano. Un novelista profundamente ligado a Cantabria y posiblemente de los que más simpatías despierta entre ... sus lectores. Así, precisamente, comenzó este martes su intervención en el Ateneo el historiador Mario Crespo quien, tras las intervenciones en jornadas anteriores de Carlos Aganzo, Germán Delibes y Fernando Zamácola –quienes abordaron su faceta como periodista, la personal o el trabajo que desarrolla la Fundación que lleva su nombre–, contextualizó su obra y destacó fundamentalmente su talante ético, social y estético que plasmó en sus novelas.
Crespo, que fue presentado por el director de El Diario Montañés Íñigo Noriega, y por el presidente del Ateneo, Manuel Ángel Castañeda, es autor entre otras investigaciones de una edición crítica de 'El hereje' y también del libro 'Delibes y Cantabria' editado por Tantín, dos trabajos que le han hecho ahondar en el autor vallisoletano y su obra. Unos estudios de los que destaca fundamentalmente el humanismo que desprende, la falta de maniqueísmo, el cuidado por la rigurosidad histórica y, sobre todo, «la forma, que fue clave, en la que fue capaz de poner su alma en cada uno de sus personajes».
El ponente, que también es colaborador del suplemento 'Sotileza' de este periódico, coincidió con anteriores participantes en este ciclo en destacar la rigurosidad de un escritor huraño, pero con una gran rectitud y una lucha por la libertad en favor de los más débiles que dejó plasmada tanto en sus artículos en El Norte de Castilla como en sus libros.
Y es que, tal y como expuso Mario Crespo, alguno de los rasgos del Premio Cervantes, que hubiera cumplido ahora 101 años, fueron su «acercamiento y comprensión con la gente más sencilla y desvalida» al tiempo que fue «un autor reflexivo con su tiempo».
Tal y como fue señalando el conferenciante, en su obra Delibes abordó temas fundamentales como la infancia, el progreso del ser humano, la compasión, la naturaleza o la muerte. «El escritor fue capaz, además de dotar de una cierta ternura a todos sus personajes protagonistas hasta el punto de que hoy en día es imposible posicionarse de parte de uno u de otro, algo que también le sitúa en la tradición cervantina de defensa de la causa de los débiles en medio de un contexto con frecuencia nada propicio».
Para apuntar sus «opiniones» sobre la obra del Premio Cervantes, Crespo leyó y recordó artículos que se escribieron sobre sus libros e incluso alguno de los que él mismo público acerca de la forma de escribir y enseñar la Historia. «Algo que él siempre consideró como la maestra de la vida, al tiempo que lamentara que se haya convertido en una reseña de las crueldades cuando en su opinión debería ser la enseñanza de las azañas más positivas que han ocurrido».
No faltó en la conferencia un repaso a 'El hereje' «en la que supo montar un rompecabezas de 1.500 páginas de documentación, casi el triple de lo que ocupaba la novela, en su personaje principal, Cipriano Salcedo». Una obra en la que demostró su vocación por la libertad de conciencia».
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