«El escenario te da la vida»

–El pasado verano vino a Santander con '¡Que importan diez años!' y ahora vuelve con 'Camioneta y manta'. ¿Ha encontrado su sitio en la comedia?

–En el mundo del teatro es el género que más he tocado, pero la verdad es que he hecho de todo. He trabajado en obras policiacas, dramas, parodias... Pero sí, es cierto que últimamente he trabajado en varias comedias. Estoy muy a gusto y parece que no defraudo a la gente.

–¿Qué mensaje ofrece esa loca compañía de actores de los años ochenta que aterrizan el viernes en el Casyc?

– 'Camioneta y manta' está protagonizada por la compañía Albentar, un grupo de finales de los setenta y principios de los ochenta como muchos de los que había por entonces en España. Eran grupos aficionados que amaban el mundo del teatro por encima de todas las cosas y por eso, aunque tenían su propio repertorio, eran capaces de hacer cualquier cosa con tal de trabajar, desde guiñoles a vodevil. Ese tipo de agrupaciones fueron los precursores de las grandes compañías de teatro que existen en la actualidad.

–¿Y qué mensaje deja esta obra?

–La obra es un canto al amor al teatro y a la gente que tiene devoción por este oficio. Es una comedia, porque tiene escenas divertidas y de risa, pero también tiene momentos muy dramáticos. Hacer teatro entonces no era un camino de rosas e incluso había días en los que si les daban de comer antes de la función era un verdadero lujo.

–¿Encuentra muchas diferencias entre aquella forma de vivir el teatro y la que hay ahora?

–Sigue existiendo ese amor por el mundo del teatro entre los que nos dedicamos a esto. Hay veces en las que te sientes fatal por lo que sea y cuando sales al escenario se te pasa todo. El escenario te da la vida. Ahí tenemos a grandísimas figuras como Arturo Fernández, Concha Velasco o José Sacristán que son grandes mitos de la escena, que siguen ahí en primera línea y no quieren dejar de trabajar. Por otra parte, los teatros han mejorado muchísimo, afortunadamente ya no se actúa en casinos ni en frontones.

–Repite protagonismo con Carla Hidalgo. ¿Cómo es trabajar con ella?

–Ha sido algo casual, pero estoy encantado. Es una compañera estupenda. Pero creo que en general yo me llevo muy bien con todos mis compañeros. También estoy feliz de compartir escenario con Ana Berrade, David Larrea y Miguel Goikoetxandia, que completan el elenco de 'Camioneta y manta' y que son unos actores magníficos.

–Ya conoce al público de Cantabria. ¿Los actores interpretan de diferente manera según el lugar en el que actúen?

–No. Eso sería mentir a los espectadores. Salgo al escenario para dar todo y me da igual estar en Santander que en Cádiz. Lo que sí que cambia es la respuesta del público. Unas veces es más dicharachero y otras menos.

–¿Cómo es el público de Cantabria?

–Cantabria es una comunidad de mucho teatro y el público sabe mucho. En Santander no puedes estar a medias tintas. Yo llevo veinte o veinticinco años yendo a esa ciudad y sé que es una plaza muy importante que, además, abre muchas puertas.

–En el teatro le va bien, pero ¿echa de menos los platós de televisión?

–Sí, lo que no sé es si ellos me echan de menos a mí (ríe). No es que no haga televisión porque no quiera, pero estoy resignado porque es algo que nos ocurre a todos los actores que a veces hacemos más televisión que teatro y otras más cine. A mí, en realidad, lo que me gusta es mi trabajo. Todo va por rachas.

–¿Ha cambiado mucho Andoni Ferreño desde que empezó a presentar el 'Telecupón'?

–He cambiado 28 años. Son muchos, en este tiempo uno madura y va creciendo. así que sí he cambiado, aunque sigo con la misma ilusión. Yo me hice conocido entre el gran público con 24 años, ahora tengo 53. He evolucionado y creo que a mejor.

–Entonces no había tantos programas de corazón como ahora en los que el público se conoce al dedillo la vida de los presentadores. ¿Se siente respetado por los periodistas?

–Siempre me he sentido respetado por los periodistas y a la vez siempre he respetado su trabajo. Creo que no debemos comparar la prensa con los programas del corazón. Tampoco creo que se hable de la vida de todo el mundo. De la gran mayoría de la gente que nos dedicamos a esto no se habla. Entre otras cosas porque no tenemos tanto que contar fuera de lo que es nuestro trabajo. Mi vida es muy normalita, seguro que hay personajes que están deseando ir a contarla a la tele, pero yo no soy de esos.

–¿Se recrea en el pasado o se acuesta emocionado por lo que puede pasarle al día siguiente?

–El pasado, pasado está y me levanto cada mañana pensando en qué puede ocurrirme ese día. Siempre pienso en el futuro y en tener un gran papel que me permita seguir creciendo.

–Su hijo, Gonzalo Ferreño, ha seguido sus pasos en el mundo de la interpretación. ¿Le da muchos consejos?

–No soy de dar consejos y mi hijo tiene la suerte de conocer bien este oficio y su parte más ingrata. Evidentemente sí hay veces que intento echarle una mano, pero creo que es mejor que vaya aprendiendo por si solo. Ahora ha escrito una obra que interpreta con Ramón Robles, que es hijo de Ramón Langa y Marta Robles, y que ahora está triunfando en Buenos Aires.

–Usted también escribía. ¿Sigue haciéndolo?

–Sí. Sobre todo hago versiones, que se me da bastante mejor que inventar historias. Algún día me dedicaré a ello más en serio.

–¿Cuáles son sus próximos proyectos?

–De momento continuar con 'Camioneta y manta'. Tengo alguna oferta interesante por ahí, pero en este hasta que no se levante el telón o escuche a un director decir acción no pienso decir nada porque en este oficio nada es seguro.