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De Manolo Barrigón se pueden decir muchas cosas, desde que era el ultimo bohemio de Cantabria hasta que era un artista muy poco convencional. Todos los que le conocieron -falleció el pasado mes de enero- coinciden en que era una especie de verso libre ... volcado en su pintura, sus amigos y su familia. Su hija Mónica fue una de las encargadas, ayer, de inaugurar una muestra con la que el Ayuntamiento de Santander quiere rendirle tributo. Una exposición formada por una quincena de las mejores obras del artista en gran formato, elegidas y seleccionadas por ella misma. La propuesta, con la que además se inicia la temporada pictórica en el centro cívico de Tabacalera, se podrá visitar hasta el día 2 de agosto.
Mónica Barrigón no estuvo sola en la inauguración. La alcaldesa, Gema Igual, y la concejala de Barrios y Participación Ciudadana, Carmen Ruiz, acompañaron, junto al comisario de la exposición, Jesús Mazón, a la hija del artista quien también destacó que «solo hay que mirar detenidamente sus cuadros para entender esta visión tan personal. Grotesca, exagerada e inquietante a veces; tierna, entrañable y delicada otras», según señaló.
«Cada lienzo, cada brochazo, cada borrón y cuenta nueva, contiene un poquito de él, de su esencia, por eso yo, pese al vacío que me ha dejado su ausencia, noto el enorme cariño de mi padre en cada cuadro que me acompaña y me ayuda a no sentirme tan sola», indicó.
La muestra reúne lo mejor de este pintor, llenas de color y nostalgia. De pincelada firme y, sobre todo, con una personalidad intensa como la que tenía su autor.
Una obra que, para Gema Igual, «refleja su modo de entender la pintura, en cuyas composiciones y figuras asoman numerosos simbolismos y alegorías, sabiendo dotar de vida a sus pinturas con un singular expresionismo, intensidad cromática y sentido narrativo», tal y como señaló. Del artista también destacó que era «un creador atípico e inusual, sin horarios ni disciplinas, que pintaba por puro instinto, de corazón».
Manolo Barrigón (1935-2021) nació en el Paseo de Pereda y, tras estudiar en Los Escolapios realizó la carrera de Derecho en Oviedo y Dirección de Empresas en Deusto. Fue en Madrid donde descubrió su verdadera vocación, primero copiando a Solana, Goya y Picasso y posteriormente destacando con una espléndida demostración de dominio e instinto en los trazos y en el desarrollo de escenas que el propio autor llevó a sus cuadros, tal y como ha destacado siempre su galerístico de cabecera Santiago Casar. De su larga trayectoria destacan sus famosas damas goyescas, ambientes de carnaval, ensoñaciones llenas de color y nostalgia fueron obras premiadas a nivel nacional y que le llevaron a exponer en galerías de Nueva York, México o Tokio. Obtuvo además diversos premios, uno de ellos el Nacional de Carnaval, y su obra está ubicada en sedes, colecciones y centros como el Consulado Español en Nueva York, entre otros.
Jesús Mazón, quien también comisarió su última gran exposición en la sala de exposiciones Fraile y Blanco, recordaba también a su amigo, «su espíritu libre» y destacó la importancia de su obra, su intuición como artista, al tiempo que celebró que «en estos tiempos tan prolíferos para la cultura se recuerde y se ponga en valor el trabajo de los creadores que, como Barrigón, han sido maestros de muchos de los jóvenes artistas», indicó.
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