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Hombres y mitos. Sacrificios y rituales. Objetos del arte de las culturas prehispanas. Artistas genuinos. Complejos ceremoniales. Este territorio simbólico y creativo, también representativo y estético, confluye en un ambicioso proyecto que será compartido por el público en 2021. La Fundación Caja Cantabria ultima ... los detalles para la conversión de las salas que configuran el Palacio Barreda Peredo en Santillana del Mar en el 'Espacio América'.
Una doble propuesta expositiva, con vocación de exhibición permanente, a modo de museo, a través de los fondos de una colección excepcional. Una producción ingente en la que la entidad ha trabajado en los últimos meses tanto en la selección como en un cuidado montaje y escenificación, donde se otorga prioridad a las piezas, al contacto directo con cada ámbito representado, al margen de la información complementaria y el uso de las nuevas tecnologías.
Esa doble propuesta se plasma en la producción de 'Alma de América. Arte y Mito precolombino' y 'Mundus Novus', dos exposiciones singulares, excepcionales, con vocación de perdurabilidad en el tiempo, cuya apertura está prevista para la primavera del 2021. Ambas planteadas con un denominador común: «El conocimiento y difusión de la cultura americana, en su etapa precolombina, y el significado del encuentro de dos mundos».
La Colección Pérez Trespalacios de Arte Precolombino vertebra este proyecto. Un trayecto antropológico, histórico, artístico y documental plasmado en unos fondos en los que ha primado la rigurosidad y la pasión frente a la mera acumulación.
Bajo esta premisa y durante más de dos décadas el empresario industrial cántabro Roberto Pérez Trespalacios ha forjado en Torrelavega la que es, fuera del ámbito institucional, público y museístico, ya una de las colecciones más singulares en lo que se refiere al arte y las culturas prehispanas.
La primera de las exposiciones, bajo la denominación 'Alma de América' es eminentemente arqueológica y se articula sobre la excepcional colección conformada por el torrelaveguense a lo largo de los últimos 25 años. Obras procedentes de notorios museos, universidades y fundaciones internacionales, que dada su calidad acumulan un prestigioso bagaje expositivo en los últimos setenta años integran la selección integrada por más de 200 piezas. Una colección formada con la cooperación del departamento de antropología de la Universidad de Massachusetts.
De este modo desembarcan en Santillana del mar piezas arqueológicas de las principales culturas prehispanas, «desde los tempranos períodos formativos de hace más de 4000 años hasta el esplendor de los grandes imperios inca y azteca». Un viaje a través de todas las etapas cronológicas, recorriendo más de cuarenta culturas diferentes. El componente estético de las obras precolombinas, «rara vez ha sido valorado de acuerdo con su naturaleza plástica y se ha obviado en infinidad de ocasiones su intención metafísica en beneficio de un pobre análisis formal, a modo de simple instrumento».
Juan Muñiz, director de la Fundación asegura que la exposición 'Alma de América' ha volcado todo su esfuerzo en «encumbrar la pieza arqueológica a la categoría de obra de arte, proponiendo un cuidado recorrido que supone un deleite para los sentidos». Un esfuerzo reflejado en la construcción de vitrinas amplias, elegantes y con una exquisita iluminación. Una puesta en escena «minuciosa y efectiva donde ningún elemento superfluo se interpone entre la pieza y el observador».
A juicio del coleccionista, «al observar obras tan alejadas de nuestros referentes artísticos, como sin duda son las precolombinas, no nos será posible abandonar, ni siquiera por un tiempo, nuestra formación cultural europea, pero sí podemos entregarnos al placer que entraña la sorpresa ante su configuración estética singular, sus contenidos y sus expresiones. Cuando entramos en 'Alma de América' recibimos esa invitación al deleite estético». Pero la exposición va más allá. En la mayoría de las representaciones precolombinas asoman expresiones de conceptos mágico-míticos; símbolos que representan deidades o complejas composiciones. «Un fenómeno artístico que permanecería incomprensible para nosotros si no lográramos penetrar en la necesidad de su formación». Para su correcta interpretación se ofrecerá al visitante una audioguía disponible en castellano e inglés. «Es aquí donde aprendemos que la inmensa mayoría del legado escultórico precolombino, incluidas la práctica totalidad los dos centenares de piezas que se instalan en Cantabria, fue concebida para acompañar a los difuntos en las tumbas». Un hecho que por otra parte ha facilitado el magnífico estado de conservación de estas obras.
La presencia del arte de la América precolombina en las colecciones públicas españolas se ha limitado a unas pocas y prestigiosas instituciones. Y 'Alma de América', en este sentido, supondrá un hito para Cantabria, abriendo al gran público la posibilidad de sumergirse en la grandeza del primer arte a'mericano. «Una propuesta imprescindible para entender el pasado histórico común de España y sus naciones hermanas americanas». Un planteamiento, además, «valiente y alejado de trasnochados estereotipos coloniales».
La segunda muestra bajo el epígrafe 'Mundus Novus', es, fundamentalmente «un viaje bibliográfico por el impacto social, con su punto de partida en 1492, que supuso el descubrimiento del Nuevo Mundo».
Dos mundos absolutamente diferentes se encuentran tras un viaje hacia lo desconocido. Un mundo diferente se abría, también en su espacio, cuyas dimensiones habían aumentado enormemente, «una cartografía diferente, nuevas rutas, nuevos pueblos, nueva vida».
¿Qué?: El proyecto expositivo ha sido trabajado por Roberto Pérez Trespalacios y por el equipo de la Fundación Caja Cantabria, que dirige Juan Muñiz a lo largo del último año, con criterios de exhibición museográficos y en los que predomina «el respeto absoluto a la pieza arqueológica».
Producción: Ha sido diseñada ad hoc para la muestra y se ha realizado en Cantabria, bajo el control del responsable de montajes expositivos de la Fundación Jesús García.
Contenidos audiovisuales: Labor de cuatro jóvenes estudiantes de la UEA de Santander, becarios de la Fundación Caja Cantabria, Diego Alonso, Alexandra Velásquez, Lara Fernández y Cesar Cos.
La carta universal elaborada por el marino cántabro Juan de la Cosa, la más antigua obra conocida en la que aparece el continente americano, ilustra con un verde intenso los territorios recién descubiertos; años después, la interpretación cartográfica realizada sobre las cartas remitidas por Americo Vespuccio a Lorenzo de Pier Francesco de Medicis en la que relata el viaje por tierras americanas entre 1501 y 1502, en las que se representa por vez primera como un continente aislado, un Mundus Novus.
Dos obras que referencian a la perfección el momento del encuentro acaecido en el ocaso del siglo XV -un periodo excepcional marcado por la aparición de la imprenta, que permitió una difusión del conocimiento hasta entonces inimaginable y al que el Nuevo Mundo no sería ajeno-, abren la muestra: por un lado la 'Grammatica' de la lengua castellana de Antonio de Nebrija, publicada en Salamanca en 1492 (incunable de edición original); y por otro, el Códice Trocortesiano (en excelente facsímil), uno de los tres únicos códices maya conservados, también datado en el siglo XV.
Junto con ellas, una cuarentena de libros y documentos ilustran la auténtica revolución que supuso este encuentro. Entre ellos, las ediciones más reputadas de las obras de referencia en el conocimiento antropológico, geográfico y de la conquista de los territorios americanos, como son la primera edición de la obra de Antonio de Solís 'Historia de la conquista de México: población y progresos de la América septentrional conocida por el nombre de Nueva España', publicada en Madrid en 1684, en la Imprenta de Villa-Diego; las primeras ediciones publicadas en Oficina Real, entre 1722 y 1723, de las obras más reputadas del Inca Garcilaso de la Vega 'Primera parte de los commentarios reales que tratan de el origen de los incas', la 'Historia General del Perú' y 'La Florida del Inca'; y la reconocida primera edición de la 'Historia de Nueva-España escrita por Hernán Cortés; aumentada por otros documentos y notas por Francisco Antonio Lorenzana', publicada en México, en la Imprenta del Superior Gobierno en 1770, que pasa por ser «la más completa e importante descripción de la vida y costumbres de los pueblos de gran parte de América del Norte y Mesoamérica».
Tras más de 25 años y con más de trescientas piezas, Roberto Pérez Trespalacios presentó en sociedad sus fondos en el espacio Cultural Cordón de la Fundación Caja Burgos hace ya tres años. La Colección reúne piezas, todas ellas de cerámica en magnífico estado de conservación, que llenan un hueco revelador dado que «la presencia de arte de la América precolombina en las colecciones públicas españolas se limita a unas pocas y prestigiosos instituciones». Un recorrido por más de cuarenta culturas diferentes, «desde los grupos del occidente de México, que sorprenden con un arte lleno de vitalidad, hasta las tumbas de Moche de los mejores ceramistas de Perú». Las obras pertenecen «al arte olmeca en Mesoamérica y al de Chavín de Huantar en Perú, para el periodo Preclásico; al de Teotihuacán, el de los mayas de las tierras bajas del Petén y al de los pueblos de la costa peruana, para el periodo Clásico; y finalmente, los de los imperios militaristas incas y aztecas, o el de las ultimas ciudades mayas de Yucatán para el periodo Postclásico».
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