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Los galeristas cántabros exigen una nueva dirección para el Museo de Arte Moderno de Santander y Cantabria, MAS; solicitan la elaboración y aplicación de un nuevo programa museológico, y reclaman que el espacio de la calle Rubio recobre su antigua denominación, Museo de Bellas ... Artes de Santander, con la significación conceptual, artística e histórica que ello conlleva. La Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Cantabria (Agacc) reunida en Asamblea General, según pudo saber este periódico, abordó la situación del museo, que hace dos años registró un incendio en sus instalaciones. El siniestro destruyó la biblioteca del centro y afectó a varias obras y piezas. Los fondos del MAS se encuentran depositados en el Casyc de la Fundación Caja Cantabria.
Pendiente de rehabilitación, el museo se halla en el epicentro del debate en torno al presente y futuro cultural de la ciudad. Los galeristas expresaron sus exigencias y su parecer sobre algunas cuestiones que consideran relevantes dentro del ámbito de la cultura de la ciudad.
En su asamblea, mostraron su satisfacción por el reciente nombramiento del Director General de Cultura, Enrique Bolado, «lo que supone que el Ayuntamiento ha cumplido con una de las principales demandas del sector, que aparecía reflejada en el Plan Director de Cultura, elaborada a través del trabajo y la colaboración con asociaciones profesionales de muy distinto ámbito, pero todas relacionadas con la cultura». En este sentido, recalcaron su deseo de que el nuevo director logre sus objetivos, y ofrecieron su colaboración.
La situación de incertidumbre, provisionalidad y fragilidad que envuelve al museo santanderino ha fijado al MAS, dirigido por Salvador Carretero, en el punto de mira de los debates, inquietudes, foros y artículos sobre la radiografía cultural del presente y el futuro de Santander como ciudad de la cultura. El segundo aniversario del siniestro en la calle Rubio tuvo lugar el pasado mes lo que desencadenó una serie de reportajes, informes, declaraciones, también silencios, y artículos publicados por este periódico.
Una de las convocatorias que sucedió a ese encadenado de reacciones y polémicas fue la reunión que mantuvo el pasado día 27 la Comisión Asesora del MAS. Esta analizó la situación del anteproyecto de rehabilitación del museo y, junto a las memorias, sus integrantes trabajaron en el calendario de actividades del próximo año.
La asociación de galeristas recordó ayer que en las sucesivas reuniones para la elaboración del Plan Director, el Ayuntamiento adquirió también el compromiso de responder a una demanda ciudadana y del sector, e iniciar los trámites necesarios para dotar al Museo de una nueva dirección. Este nombramiento de un director con un proyecto y por un periodo limitado de tiempo para el Museo de Santander -subrayaron-, «es un paso clave para desbloquear esta inercia en la que ha entrado una institución que claramente ha perdido su rumbo desde hace tiempo».
El colectivo repasó lo vivido en esta década y destacó que, «en estos momentos, con el parón de dos años -y los que nos quedan-, tras el incendio, y considerando que se van a iniciar unas obras de 'restitución del museo que teníamos', entendemos que se harán teniendo presente su futura ampliación, y por ello creemos que es el momento indicado para dar este paso».
Una declaración firme de este sector profesional del arte reclama, «y nos consta que es un sentimiento compartido por más profesionales», la vuelta al Museo de Bellas Artes de Santander. La nomenclatura tradicional mutó en el nombre actual que ha acompañado la puesta en marcha de diversos cambios en el discurso de sus fondos. Para los galeristas recobrar la denominación del histórico espacio tiene como fin «generar un programa museológico construido para poner en valor fondos, artistas, movimientos y corrientes desde una perspectiva regional, trabajar con el valor histórico del territorio y que la singularidad del Museo sea, por ejemplo, mostrar los fondos de los paisajistas montañeses, entre otros, y artistas de un ámbito regional, mostrándolos con otros de movimientos y corrientes similares pero de implantación nacional e internacional». Asimismo aluden a «la puesta en valor de los fondos que numerosas colecciones privadas se atesoran en Cantabria».
En su recorrido analítico recordaron que hace ya cinco años que parecía que se iban a iniciar los trámites en esa dirección pero, «en lugar de ello, nos encontramos con una sucesión de hechos con el paso del tiempo» que se han demostrado inanes: en agosto de 2014 se creó una comisión asesora; desde Alcaldía se nos decía que iban a reconducir la situación; se nos dijo que la gestión del museo se adaptaría a las leyes de transparencia haciendo públicos sus objetivos y programas; y se nos aseguraba que el museo se convertiría en ese centro que todos anhelamos, capaz de generar expectativas en el sector arte y capaz de realizar un riguroso trabajo de acompañamiento a los artistas de nuestro territorio».
La asociación, integrada por seis espacios de arte de la comunidad, presidida por el galerista Juan Silió y el director de Artesantander y galerista Juan Riancho, como vicepresidente, puso el énfasis en que «a fecha de hoy, consideramos que esto fue un error, pues se han perdido cinco años y que no se puede dilatar más el nombramiento de un director para el Museo de Santander».
Y esta consideración, subrayan, «como cabe suponer no es caprichosa, ya que las galerías son un lugar de encuentro de artistas, críticos, coleccionistas y aficionados en general, y esto que expresamos nosotros, es un sentimiento compartido».
En su reflexión común los galeristas apuntaron que «es el momento de rectificar el planteamiento del museo y tener en cuenta los nuevos equipamientos culturales y artísticos de la ciudad». Los inaugurados (Centro Botín), los que están a punto a corto (Enaire), o a medio plazo (Proyecto Pereda y Reina Sofía/Archivo Lafuente), «lo que anima a dar marcha atrás en el tiempo, volver al año 2011 y devolver la denominación original al Museo y sus funciones». En definitiva, «anhelamos tener un Museo que puedan visitar aquellos que vengan a Santander atraídos por las exposiciones internacionales que se pueden ver en la ciudad, y se vayan habiendo visitado el Museo de Bellas Artes, tras conocer la obra de los Quintanilla, Ricardo Bernardo, Quirós, Blanchard o Gutiérrez Solana y un largo etcétera».
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