

Secciones
Servicios
Destacamos
Con once millones de ejemplares vendidos de su primera novela, 'La catedral del mar', a Ildefonso Falcones (Barcelona, 1959) se le considera el gran escritor ... de novela histórica de España. Sus títulos posteriores, entre ellos la segunda entrega de esa salga, 'Los herederos de la tierra', también siguen siendo superventas, sin embargo él insiste en que sus libros no pretenden enseñar Historia. «Para esos están los libros de Historia. De ella cojo lo que más me interesa y garantizo que lo que está es cierto, pero mi intención y mi objetivo es mostrar las pasiones de cualquier novela: amor, sexo, intriga... y competir con los mecanismos de ocio electrónicos». Así lo reconoció este martes, en el Ateneo de Santander, donde tuvo lugar una nueva cita del Aula de Cultura de El Diario Montañés, que le sirvió para reencontrase con sus seguidores cántabros y comentar los aspectos principales de 'En el amor y la guerra' que, como las dos anteriores ediciones de la saga, está editada por Grijalbo.
Acompañado por el presidente del Ateneo, Manuel Ángel Castañeda, y el crítico literario de El Diario Montañés, Javier Menéndez Llamazares, Falcones insistió en que «leer conlleva un esfuerzo personal, que va desde una semana a uno o dos meses, lo que tardes en acabar un libro, sin conocer el final. Sin tener esa satisfacción inmediata que producen esos mecanismos de ocio electrónico como por ejemplo, un juego de la 'play'».
Con esta premisa aborda cada una de sus obras, que le llevan más o menos tres años de trabajo. Un tiempo en el que escribe y estudia a partes iguales porque él, tal como indicó, no «investiga». Lo que hace es estudiar los libros de Historia sobre los periodos en los que transcurren sus tramas.
La nueva entrega se desarrolla en el siglo XV, en plena conquista de Nápoles por parte del Rey Alfonso V de Aragón. Un momento de la Historia en un mundo que está cambiando. Su protagonista es Arnau Estanyol, nieto del protagonista de 'La catedral del mar'. Aunque no tengan mucho que ver en lo que a ideales se refiere y aunque les guarda un gran cariño a ambos, Falcones no dejó de reconocer que «en las novelas hay personajes que de repente explotan, revientan y hasta son más queridos que el personaje principal».
Sobre su manera de escribir explicó que no es de esos autores que no dejan que les toquen ni una coma de su manuscrito y que cada cierto tiempo va enviando varias páginas a sus editores. «Yo les voy pasando mis textos porque soy consciente de que son grandes profesionales. Los escritores de novela histórica tendemos a contar cosas que no vienen al caso y para eso los editores, al menos en mi caso, son de gran ayuda para advertirnos que eso que no interesa no lo es tanto como creemos». Incluso, llegó a reconocer, «ni siquiera pongo título a los libros. El que yo había puesto a 'La catedral del mar' era otro bastante peor. Desde entonces no he vuelto a hacerlo».
Con aquella primera novela que se publicó en 2006, aunque había otras muchas anteriores que fueron rechazas, este abogado, hijo de cántabro, ha conocido el éxito, algo que él mismo asegura «se mide por lo que le gusta a la gente» antes que a los críticos. «Yo prefiero ser un escritor comercial y contar con el apoyo del lector que uno de esos incomprendidos», afirmó. «No hay tantos Vargas Llosa que escriban bien y vendan y soy de los que siento que si un escritor no cuenta con el apoyo del lector y no vende igual es mejor que se dedique a otra cosa».
Eso sí, dejó muy claro que el papel de un escritor no debe de ser el de enseñar o dar lecciones. «Si no divertir. Cuando escribo me planteo que tengo que crear una trama que les lleve a pasar la página y cuando cierren los ojos no lo hagan porque tienen que pasar otra». Para ello sigue siempre el mismo procedimiento, el de escribir claro y de la forma más sencilla posible. «Con el mínimo número de palabras se puede decir mucho y resultar igual de fascinante, eso sí, sin renunciar a un lenguaje culto, evitar repeticiones...».
En cuanto a la decisión de cerrar su bufete para dedicarse a la literatura es algo de lo que no se arrepiente porque siempre quiso ser escritor, «aunque mi madre me dijo que primero hiciese una carrera y fue el mejor consejo que me dio». Por último reconoció que se considera «un apátrida literario. En Cataluña no me sienten de los suyos porque no escribo en catalán y en el resto de España en cambio porque soy de Cataluña».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.