«La importancia de este incunable es que es un ejemplar único y desconocido»

Este importante hallazgo muestra también el valor «intrínseco» de esta Biblioteca y de la colección, propiedad del Ayuntamiento de Santander, que según destacó su directora general de Cultura, Eva Guillermina Fernández, «no ha tenido el reconocimiento que merece pese a ser la tercera joya cultural de esta región junto con el arte rupestre y el Archivo Lafuente». Unas palabras que también compartió el concejal del área, Javier Ceruti, quien lamentó que esta Biblioteca «esté tan poco valorada», al tiempo que destacó que «este casual descubrimiento nos invita a pensar que habrá más».

La obra, según explicó Paz Delgado, consta de 23 hojas impresas en tres cuadernillos, «si bien falta la primera hoja que se presupone en blanco cuya finalidad era servir de protección al ejemplar hasta su encuadernación», dijo. También detalló que fueron las peculiares características de la obra las que hicieron sospechar que se trataba de «algo especial». Entre ellas citó la ausencia de portada y los huecos en blanco en el lugar de las letras capitales iniciales que los impresores dejaban para que se iluminaran después a mano. «Nuestro ejemplar posee en estos huecos, una letra de aviso, que indica la letra mayúscula que falta», dijo.

Otras pruebas que daba a entender que se trata de un incunable fueron la forma en la que está impresa el texto «muy compacto, a línea tirada, sin apenas divisiones y separación, para aprovechar al máximo el papel», así como el empleo exagerado de las abreviaturas, también para maximizar el uso del papel; los márgenes amplios en los que destaca la caja de composición del texto y la tipografía gótica de la letra.

Sobre el autor destacó que los datos que manejan sobre él aparecen en la Bibliotheca Hispana Nova de Nicolas Antonio (1783-1784) «que dice se trata de un autor segoviano, franciscano. Y en la 'Historia de la Universidad de Salamanca' de Pedro Chacon de 1562 aparece como repetidor de Gramática hacia el año 1477».

También señaló que existen otras dos obras de este mismo autor que se encuentran en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico (CCPB) y recogidas en distintos repertorios, ambas impresas en Salamanca. «Por similitud tipográfica, la obra que permanece en la Biblioteca santanderina pertenece a la llamada 'Segunda tipografía gótica del taller de Lope Sanz y Hutz', que estuvo activo en Salamanca en el siglo XV», indicó.

La responsable técnica afirmó que el número de incunables que posee, a día de hoy en la Menéndez Pelayo asciende a 21. Y a modo de comparativa indicó que La Biblioteca Nacional de España cuenta con unos 3.100 ejemplares, donde están representadas las principales imprentas españolas y la mayor parte de las imprentas europeas; mientras que las universidades españolas reúnen entre todas unos 4.106 ejemplares.

Por último, destacó la importancia de promover la conciencia social del valor de los fondos patrimoniales conservados en esta institución. «Es nuestro deber dar a conocer a los ciudadanos el patrimonio bibliográfico que poseen, proporcionarles la información necesaria para que se despierte su interés por esta excepcional Biblioteca, porque no se puede apreciar lo que no se conoce».

El hallazgo del incunable de Francisco de los Santos es fruto de los trabajos de catalogación informatizada de la colección de la Biblioteca de Menéndez Pelayo que se están llevando a cabo desde hace dos años en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico (CCPB) –base de datos del Ministerio de Cultura– que recoge la descripción y localización de obras en instituciones españolas, tanto públicas como privadas que forman parte del Patrimonio Bibliográfico Español, «y que nos está mostrando la excelencia e importancia de los fondos que contiene esta Biblioteca», según destacó el concejal de Cultura, Javier Ceruti.

Unas labores que además se van a ver potenciadas con las obras de rehabilitación de la Biblioteca, que según anunció la directora general de Cultura del Ayuntamiento, Eva Guillermina Fernández, son «inminentes» y comenzarán en septiembre u octubre, con un plazo de ejecución de 18 meses, «por lo que podrían estar finalizadas a mediados de 2023».

De momento la colección permanece en el Archivo Histórico en el edificio de la Biblioteca Central donde se realizan esos trabajos de informatización. Hasta el momento, según dijo Paz Delgado responsable técnica «llevamos unos 7.000 registros de un total de unos 40.000 con lo que posiblemente se finalizará dentro de unos años».

Por otro lado, la plaza de director de la Biblioteca que permanece vacante se convocará en otoño, «seguramente en octubre», puntualizó la directora general.