«Se ha construido un relato torticero de nuestra historia contemporánea» 

De la última novela de Juan Manuel de Prada, 'Mil ojos tiene la noche' (Espasa), y que ayer le trajo al Aula de Cultura de El Diario Montañés, otro escritor Arturo Pérez Reverte afirma que «promete historia, literatura y refinada mala leche». Lo cierto es que el autor asegura que su principal intención no es otra que «someter a controversia el relato y proponer una visión polémica sobre una época tenebrosa» la de los exiliados de la Guerra Civil en Francia y es que, según insistió «las ideologías han construido versiones de la historia totalmente falsificadas que han urdido un relato torticero de nuestra historia contemporánea».

Defiende esa tesis en la abundante documentación que obtuvo en los archivos franceses, casi todos ellos expedientes policiales, mientras escribía la biografía de Ana María Martínez Sagí . Una documentación que sospecha «ha nadie ha convenido recuperar» y que le permitió, tal y como expuso ante el público que llenó el salón de actos del Ateneo, comprobar que «se ha construido una mitología de la historia que no tiene que ver con la realidad.

Acompañado por su amigo y también escritor Enrique Álvarez y el crítico literario de El Diario Montañés, Javier Menéndez Llamazares, Juan Manuel de Prada fue desgranando algunos de talles de ese ambicioso libro de 1.600 páginas del que de momento se han publicado las 700 primeras en una primera parte: 'La noche sin luz' y cuyo desenlace se conocerá en la primavera del próximo año con el subtítulo de 'Cárcel de tinieblas'.

El presidente de El Diario, Luis Revenga, y el del Ateneo, Manuel Ángel Castañeda, dieron la bienvenida a un escritor que cuenta con una legión de seguidores y que se caracteriza por ir contracorriente si así lo ve conveniente. Así lo demuestra en una novela en la que los personajes reales: artistas, escritores, periodistas y distintos intelectuales que vivían en París cuando fue ocupada por el ejercito nazi y de los que según afirma se ha ofrecido una visión «completamente deformada». Uno de ellos es Gregorio Marañón, del que dice se le presenta como un ejemplo de la denominada Tercera España «cuando nunca lo fue». Si bien, en esta novela, el escritor carga duramente contra Pablo Picasso. «Últimamente el feminismo ha resquebrajado su imagen por la forma en la que trató a sus mujeres, pero lo cierto es que fue un hombre descomprometido ideológicamente pese a que se le ha vendido como el adalid del comunismo; que disfrutó de privilegios concedidos por Hitler y que tuvo comportamientos humanamente deplorables». En general, señala, la mayor parte de estos artistas exiliados acabaron colaborando en las actividades culturales que Falange puso en marcha en París durante ese periodo. «En una exposición que tuvo lugar en el año 1942 y que organizó Falange, salvo Picasso que no tenía necesidad porque ya era millonario, participaron todos los artistas que se encontraban en aquel momento allí».

Una ciudad, París que convierte en un personaje más, que entonces en 1940 cuando fue ocupada por los alemanes «no era la ciudad de la luz que conocemos ahora. Era la del toque de queda, la que estaba atenazada por el miedo y por lo tanto la ciudad de la oscuridad».

Una de las cuestiones en las que el autor hizo hincapié es que en esta obra ha querido que cada personaje tenga su pequeña novela y su propia historia. En ella recupera al protagonista de Fernando Navales, el protagonista de 'Las máscaras del héroe' «una novela de juventud», al que él mismo define como «un falangista resentido que estaba envenenado por la literatura y que siempre quise rescatar pues me permite poner a prueba a mis lectores hasta qué punto es un miserable o en determinados momentos les puede llegar incluso a caer bien».

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