Una ciudad con alma de escultura. Una forma primigenia sobre la que la educación actúa como cincel que va creando un perfil en la masa. ... La educación o la ausencia de ella. Desde el colectivo fluent asumieron el papel formativo ajeno a otras entidades, dispuestos a renovar el discurso establecido. Plantearon el proyecto Praxis, con la meta de vincular los espacios de pensamiento, generando unas estéticas y un discurso más crítico. Todo ello con un programa de tres meses, bajo la denominación de dispositivo educativo. Una escuela informal con 20 participantes locales, nacionales e internacionales y Santander como escenario en el que generar un diálogo colectivo. Enfocado en las humanidades, pero vertebrando sus dinámicas en torno a los vínculos, cada vez más efímeros, con los ámbitos sociales, ecológicos y políticos del mundo actual.
El germen se sitúa en la exposición 'Aulas y Ausencias' que pudo verse el verano pasado, fluent mostró el resultado de tres años de investigación en torno al concepto nuclear, con conclusiones claras: «Cantabria tiene doce ingenierías y la única carrera que puede ser cercana a la disciplina del arte es Historia». Se crea un malentendido desde las administraciones para ubicar esa formación, perteneciente a las Ciencias Sociales, dentro del espectro de las artes. «Denota falta de rigor y de estar acostumbrados al lenguaje de las humanidades».
En esa escultura que es Santander, varios antecedentes marcan que su entorno artístico llegue en la actualidad a ser el que es. «Obviamente hay una inversión en arte y cultura asociada al sector privado; tanto galerías como fundaciones». Es el caso de la Fundación Botín a la que Álex Alonso, director de la galería, define como «el buque insignia de la cultura y el arte en Cantabria».
«Por Santander no ha pasado la modernidad y se ha romantizado el artista genio individual»
Álex Alonso
Director de fluent
Los promotores de la muestra llegaron a la conclusión de que la organización de la educación en el terreno público, da lugar a movimientos sociales muy concretos. Estudiantes que en los dos bachilleratos de artes que hay en Santander (Santa Clara y Cazoña) «tienen que irse a otras ciudades cuando acaban sus estudios y así, generación tras generación, se da lugar a una sensibilidad pública no solo especializada en el arte o la filosofía, sino en las conversaciones del espacio o del tipo de tiendas que se abre». Hay una estética, entendida no solo como lo formal, sino también por su carta social. «Las formas y las apariencias hablan de cuestiones más profundas y son un indicador del tipo de ciudad en el que el arte está asociada al mercado y a espacios muy poco críticos e intelectuales».
La convocatoria de presentación contó con 103 solicitudes y un criterio de selección definido por los cuatro integrantes de fluent y los cuatro directores de los módulos formativos: Yayo Herrero, CA Conrad, Stefano Harney y Andrea Rodrigo. «Intentamos hacer un grupo de personas lo bastante rico y potente para que esa circulación de conocimiento, esa masa crítica intelectual, estuviera operando en la ciudad independientemente del claustro de profesores«. Aquellos que lideran los contenidos y pautan la conversación, pero dejando libertad a las personas procedentes de la performance, las artes plásticas, la literatura, la acción humanitaria... Una interdisciplinariedad que permitió crear un grupo sólido y autónomo con «gran riqueza de identidades: queríamos que las personas con contextos de raza, género, que representasen la sociedad del presente».
La idea de trabajar desde lo colectivo era una metodología. «Probar un posicionamiento político e intelectual, sobre todo en el caso de Santander, una ciudad que no ha pasado por la modernidad«. Todas las vanguardias del siglo XX y el postmodernismo han sido »borrados del mapa« por el régimen franquista y porque al no tener facultad de Bellas Artes ni cantera de intelectuales y artistas, la ciudad «siempre ha visto estos discursos como un consumidor». Ahí es donde la figura del artista genio, individual, «muy romantizado», es la que predomina. En el caso de Santander, «de manera muy fuerte».
Con Praxis querían demostrar cómo el arte, el pensamiento, las ideas son un caldo de cultivo en el que al contrario que en ese planteamiento, «es la relación y la conexión entre personas y puntos de vista, lo que genera la riqueza artística», defiende.
«Buscamos entender una cultura que declara la guerra a la propia vida, si así la economía crece»
Yayo Herrero
Antropóloga y ecofeminista
Las visiones resultantes difieren según la experiencia y conocimiento del entorno de cada participante. «Han generado puntos de vista muy diversos, pero una relación con la ciudad muy íntima». Las clases han tenido lugar dentro de las instituciones, tanto públicas como privadas, lo que ha sido fundamental para que «a nivel de impacto se empaparan de los discursos y el debate que estas personas traían consigo».
Tras esta primera edición, la meta es que Praxis, cada otoño, se convierta en un programa de posgrado y se implante la ciudad a largo plazo, dando lugar a promociones de estudiantes. Todas las personas que aplican ya tienen formación universitaria en algún campo. Se asemeja a programas como el del PEI del MAcba. La primera edición tuvo unas jornadas, el 19 y 20 de diciembre, abiertas a la ciudadanía. Momentos en los que todos los contenidos y estudios se fueron desplegando en relación con la ciudad. «Hubo momentos muy emocionantes; personas mayores vinculadas al ámbito educativo que generaron lazos muy interesantes». En Santander se está creando un ecosistema museístico, pero si no hay una base formativa para profesionales, pero también para el público, «queda descompensado y Praxis quiere ayudar a crear un tejido y una red más diversa y equilibrada».
Fuera de la academia
Por el momento, universidades públicas y privadas ya han contactado con fluent para homologar el programa. Pero es casi «una labor de resistencia, porque busca contribuir al contexto local y una vez que entras en la academia y su maquinaria, habría que empezar a plantearlo de otro modo». Por ahora, no quieren establecer premisas de cómo se debe dar el conocimiento y la experimentación, porque de ahí es de donde salen las conclusiones más potentes, cuanto más libre sea. Por tanto, el programa será independiente y trabajará «al lado de y no dentro de».
Para la antropóloga, ingeniera, profesora y ecofeminista Yayo Herrera, Praxis ha sido «un verdadero regalo por muchos motivos». Ha sentido cómo se alentaba el trabajo, con una apertura «enorme», sin poner límites en un grupo que era «una delicia», procedentes de distintos mundos artísticos «en un momento en el que hace falta mucha imaginación para repensar cómo vivir en este entorno de crisis».
Su módulo, el primero, trataba de compartir desde el enfoque de la sostenibilidad de la vida.
Herrero buscaba con el módulo que dirigió, hacer una reflexión que fuera más allá de lo habitual cuando se habla de crisis. «Entender por qué una cultura que se denomina a sí misma sociedad del conocimiento, como la occidental, ha podido crear un modelo de vida que le declara la guerra a la propia vida y dónde están las raíces de esa especie de aberración antropológica que hace que construyamos economías, políticas, que lo que están haciendo de forma muy veloz es destruir las propias condiciones de existencia humana en el planeta tierra«. Una lógica que viene a defender que todo merece la pena ser sacrificado «si la contrapartida es que la economía crezca».
Plantear una intervención social y educativa en un territorio concreto, que además de Santander, incluyó un desplazamiento a Ruente, al ámbito más rural, le dio personalidad y fue, a su juicio, un acierto. !No hay solución ninguna que no pase por pisar sólidamente el territorio».
El proceso de selección grupal, realizado desde fluent «ha sido un elemento importante». Ese mimo, «ha construido vínculos». La recuperación de la idea de comunidad, respetando las autonomías independientes, la diferencia y el respeto, «muy conocedora de cómo los seres humanos debemos hacernos cargo unos de otros», se ha aplicado al proceso.
La falsa percepción de individualidad, construida sobre relaciones de parasitismo, explotación o invisibilidad hace que ponerle foco a la interdependencia «sea un elemento absolutamente clave, un descubrimiento que transforma de arriba a abajo la forma de estar en el mundo e incluso reconstruir la memoria».
Planteadas con continuidad, las próximas ediciones de Praxis no serán una repetición. «Tendremos que revisitar el presente para ver qué cosas van cambiando en una realidad vertiginosa».
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