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Miradas santanderinas
SOTILEZA

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El CDIS y la UIMP exhiben el itinerario por la ciudad del fotógrafo que renovó el arte de la imagen en los 50

Guillermo Balbona

Santander

Jueves, 4 de agosto 2022

En cada una de sus imágenes cabe un margen de extrañeza. Lo sabemos. No todo es lo que parece. Las apariencias engañan. Pero hay más. En la intrahistoria de una escena, en el instante capturado se transparenta un fragmento casi inasible que su cámara sin embargo, logra insinuar, revelar despacio, desvelar con una silenciosa intensidad visual. Son las miradas de Gerardo Vielba, una figura clave en el desarrollo de la fotografía en España, y uno de los grandes renovadores de este género. También una de esas estaciones fotográficas de referencia que alumbran un tiempo y dejan resquicios en las imágenes para presagiar otras historias, otras criaturas, otros relatos de vida.

Dos ejemplos opuestos pueden servir de ejemplo: 'La Florista en Saint Lazare' (1962) e 'Intromisión' (Lectora en un patio de Reina Victoria) en el Santander de 1959. En la primera, la imagen de la joven tomada en la etapa parisina del fotógrafo, se revela poéticamente realista, retrato vivo e intenso. Pero a su vez se postula cinematográfico, como un esqueje de una historia mayor. Podría formar parte de cualquier filme del 'Decálogo' de Kieslowski. En la segunda la mirada costumbrista domina el primer contacto. Y, sin embargo, cabe una invitación a escudriñar, a adentrarse en una escena que posee sus habitantes invisibles, sus fantasmas, sus horas escondidas. Es pasado pero también presente.

1960] Gerardo Vielba - Embebimiento. Santander.
Imagen - 1960] Gerardo Vielba - Embebimiento. Santander.

Gerardo Vielba (1921-1992) no solo edificó una construcción fotográfica esencial como creador, reivindicada tardíamente pero ya ubicada en su justo lugar, sino que fue una figura clave en la difusión de la fotografía en España.

Ahora bajo el epígrafe 'Santander en su mirada', el Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), que coordina Manuela Alonso, exhibe desde hoy (inauguración a las 19.30 horas) un conjunto de imágenes, ligadas al legado familiar, que recorren el vínculo sentimental, la crónica estival y la querencia gráfica de Vielba con la ciudad. El Ayuntamiento de Santander, a través del CDIS y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, reúnen hasta mediados de octubre en la Sala Ángel de la Hoz la colección de este fructífero encuentro que cronológicamente abarca desde los años cuarenta a través de los veraneos de Vielba con su esposa e hijas hasta los años 70. De esa relación se conservan tomas del periodo 1953-1973. La muestra comisariada por la historiadora del arte María José Salazar, presenta piezas inéditas hasta fechas recientes, que afloraron del archivo familiar al preparar la exposición, como relata la propia Salazar en el artículo anexo. Como ya se avanzó, la muestra representa una reconciliación de la memoria santanderina de un autor desconocido para una parte del público y que, sin embargo, fue imprescindible para la renovación de la fotografía de los sesenta.

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A través de sus imágenes, Vielba permite «percibir cosas que normalmente no captan nuestra atención, que requieren un tiempo de introspección porque son más cercanas a los gestos que a las palabras. Imágenes de figuras, escenas y paisajes urbanos en los que la fantasía y lo real se funden, a través de una mirada muy sensible a la belleza de los aspectos cotidianos». El pasado año la Sala Canal de Isabel II de la Comunidad de Madrid mostró una cita esencial para reclamar la atención sobre la huella de Gerardo Vielba, su fuerza creativa por medio de las imágenes más conocidas, ganadoras de importantes premios, al mismo tiempo que se rescataban del archivo familiar otras muy valiosas e inéditas, entre ellas las que realizó durante su citada estancia en París en 1962.

[1960] Gerardo Vielba. 'Curioseando la Porticada II'. Santander.

Vielba aglutinó a su alrededor a toda una serie de fotógrafos que utilizaban la cámara como medio de expresión, «en un país carente de estructura para la promoción de ese –aún no llamado– arte». Prestó ayuda a nuevos autores, nuevas generaciones, impulsando nuevas tendencias. Por todos fue reconocido como una persona afable y siempre dispuesta al diálogo, «una suerte de mecenas mental para quienes tuvieron la suerte de frecuentarlo».

La obra de Gerardo Vielba forma parte, entre otras, de las colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, del IVAM (Valencia) y de la Colección Alcobendas (Madrid). En esa citada exposición de PHotoEspaña, comisariada por Antonio Tabernero, quedó claro su empeño en la difusión de la fotografía, hasta hacer suya la defensa de ese arte tantas veces maltratado en España.

Su compromiso por la renovación, durante las décadas cincuenta y sesenta, en total sintonía con las aspiraciones de la fotografía internacional, conciliando y dando a conocer tanto a las generaciones anteriores como a las siguientes a la suya propia.

'Retrato de una casa', 'Junto a las vías', 'Pequeño atleta'...son alguna de las imágenes icónicas del Vielba 'santanderino'. Teórico, estudioso, defensor y transmisor del medio artístico de su época, asumió el papel de mentor de sus compañeros del grupo La Palangana, que derivaría más tarde en La Escuela de Madrid, y su entusiasmo contagió también a los jóvenes con los que se encontraba en la Real Sociedad Fotográfica (Madrid), en los colegios mayores, en conferencias, debates y concursos.

[1959] Gerardo Vielba. Jugando a volar.

En paralelo a la muestra que albergará Santander hasta otoño, la Comunidad de Madrid expone de manera itinerante 'Poéticas a posteriori', que reúne sus miradas, «una obra de ruptura y de vanguardia, propiciando un cambio definitivo en la visión que se tenía entonces de la fotografía».

Por su influencia, los fotógrafos empezaron a mirar la realidad cotidiana y a la gente corriente, liberándose de la obligación del transmitir un mensaje, de la alegoría, así como de un academicismo demasiado rígido.

Desde el principio, Vielba abordó su obra fotografiando de forma espontánea las vivencias con sus hijas: en un momento de cambio, vio en ellas «el vehículo para transmitir la fuerza del medio, así como la oportunidad de poder retornar a ser niño y recobrar toda su capacidad de asombro».

TODAS LAS IMÁGENES PERTENECEN A LA COLECCIÓN FAMILIA DE GERARDO VIELBA.

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