Marcos Cao: "Este disco es lo más puro y personal de mi carrera"

- ¿Cómo se siente a solo unas horas de entregar su disco al público?

- Tranquilo. Este trabajo surgió sin pretender hacer un disco y todo lo que venga será bienvenido, pero al no tener la aspiración de hacer grandes cosas, nos lo tomamos con calma.

- ¿Cómo se hace un disco sin querer hacer un disco?

- Me encerré en mi casa, en mi pequeño estudio, el invierno pasado y empecé a hacer grabaciones de noche. Pensé que serían maquetas para luego grabar en estudio, pero a mi entorno y después a mí discográfica, les encantó como estaba. Lo que a mí me parecía que no iba a ser un disco, fue lo que más gustó.

- ¿Y cuál sería su definición para este resultado?

- Es el disco más puro que he hecho porque no tenía ninguna pretensión. La esencia más personal de mi carrera. Necesitaba grabarlo como catarsis y terminó siendo muy sincero. Es un viaje emocional muy potente

- Con un proceso creativo tan íntimo, ¿no siente pudor de compartirlo?

- Soy una personas con poco pudor. En este disco hay canciones que creo que en directo solo se pueden tocar en ciertas circunstancias, con tus seguidores. Sin ellos sí que sentiría un poco de pudor.

- Suena más folk que sus trabajos anteriores

- Estoy de acuerdo, pero eso no es malo, es el toque acústico. Los ritmos son seis por ocho, que son más clásicos en cuanto al sonido. También fue sin buscar, pero ¡a partir de ahora lo buscaré así! (ríe). No hay charles, ni platos, todo suena más tradicional.

- Ha grabado con otro paisano, Javier G. Escudero, desde Nueva York. ¿Cómo ha sido ese proceso?

- No es porque sea cántabro; es que es muy bueno y a Sony le encantó su trabajo. Lo mezcló en su estudio y trabajamos a distancia.

Pasado y futuro

- Han pasado 12 años desde el primer disco de La Sonrisa de Julia. ¿En qué ha cambiado su visión de la música?

- Ha cambiado mucho. Con el segundo disco pretendíamos cosas. Lo lógico y normal; ahora no voy a ir de monje. Queríamos que sonara británico, teníamos miedo de que pareciera que no éramos buenos y eso nos anquilosaba muchísimo. Nos volvíamos locos para que sonara perfecto. Ahora, tras un proceso largo con mi compañero Raúl Delgado, hemos ido quitándonos esa presión y relajándonos. Grabo porque disfruto mucho grabando, por ejemplo. Es una relación más pura o infantil, menos pretenciosa.

- ¿La paternidad ha influido en ese cambio?

- Sin duda. En el trabajo, para empezar; acuesto a mis hijos y grabo hasta las tres de la mañana o cuando están en el colegio. También están presentes en muchas de las letras, porque estas canciones resumen cinco años en los que mi vida ha cambiado mucho emocionalmente

- ¿Compaginará el proyecto en solitario con la Billy Boom Band?

- Claro. En el tiempo que tengo ahora libre, lo que estoy haciendo es trabajar las canciones de la banda. Este año lanzaré el trabajo en solitario y el próximo presentaremos los nuevo de la Billy Boom Band.

- ¿Ese proyecto ha sido determinante?

- A la Billy Boom Band le debo esta actitud de tomarme las cosas con calma y en base a que el producto sea lo que yo busco. Antes tenía que hacer muchos conciertos para vivir de ello. Y ahora tengo un poco más de margen para elegir y cuidar los proyectos.

- Combinando su visión con la de una gran compañía como Sony

- Tengo la suerte de tener una relación con Sony como si yo fuera un sello pequeñito (Minuscule). Les doy la posibilidad de que vendan esto pero el producto lo hago yo. Confían en nuestra visión.

- Ha utilizado las redes para dar una primera pista. ¿Es partidario de utilizar estas plataformas?

- Es una plataforma que es nuestra y puedes llegar a ser libre a la hora de usarlas. También es cierto que me gustan más otras cosas, tengo muchos hobbies y no dedico mucho tiempo a ello. Me sirven para dar a conocer mi trabajo pero cuidando mucho que los contenidos siempre sean con algo de información o artísticamente relevantes. Sacar mis pies en la playa me da lo mismo. No quiero llegar a más gente de esta manera.

- Conociendo otros entornos ¿Qué cree que debería cambiar aquí?

- Vivo en Loredo, al otro lado de la bahía y salgo muy poquito porque eso ya lo hago trabajando, pero el nivel me sigue sorprendiendo. Es muy alto. No solo en la música, también en diseño gráfico. Ser de una pequeña ciudad ya no influye en el resultado.

Evolución

- ¿Qué ha escuchado últmamente que le haya sorprendido?

- Estos días, lo nuevo de Bon Iver y me que quedado flipado. También el último disco de Damien Rice, con una producción imposible, me dejó loco.

- ¿Este disco en solitario era la evolución lógica de su trayectoria?

- Yo lo siento así. Me siento muy feliz y muy tranquilo en este momento. Es algo que no había sentido antes. Lo que voy a mostrar me parece interesante y tiene un sentido. Estoy seguro de que he hecho lo que soy, aunque no puedes gustar a todo el mundo.

- ¿Oceáno y usted son indivisibles?

- Es que para mí el mar es una metáfora perfecta de mi carácter y lo que llevo dentro. Mi padre era buceador, siempre he vivido cerca del mar. Estar flotando en el mar y lo que significa, tranquilo o en una tempestad, lo más bello o amenazador, resume bien mi carácter. Soy tranquilo y a veces salvaje.

- ¿Y la parte de caos?

- También soy un poco caótico a nivel emocional. No se me define como estable. No estoy chiflado pero ¡soy intenso para algunas cosas!

- ¿Qué es lo próximo que tiene en la cabeza?

- A corto plazo no me queda tiempo para más. No es una locura porque solo me dedico a esto. Pero sí que tengo algún proyecto a largo plazo, con Jaime Zataráin, tenemos un proyecto de un musical que no sé si algún día llegará a darse, pero esto ahí.