Secciones
Servicios
Destacamos
De la Porticada de sillas y toldos al Palacio de Festivales de butacas con aire acondicionado, explanada con vistas a la bahía y una construcción mastodóntica, mayestática e hiperbólica. El fruto: un edificio tan polémico como rompedor. El próximo jueves se cumplen tres ... décadas de la inauguración de la que fue la primera gran infraestructura cultural destinada a convertirse un gran contenedor escénico.
Hace treinta años, el 29 de abril de 1991, sonaban las primeras notas del 'Joshua' de Haendel en la recién bautizada Sala Argenta. El King Consort, dirigido por Robert King, abrazaba la historia. La música sonará de nuevo el próximo miércoles en el Palacio, pero la pandemia ya ha provocado la supensión o aplazamiento de algunas citas previstas para la conmemoración, y no habrá celebraciones especiales. Hoy el vicepresidente del Gobierno cántabro y consejero de cultura, Pablo Zuloaga, desvelará algunas inversiones y planes para el histórico edificio.
Noticia Relacionada
El artífice de la impactante mole de Gamazo, Francisco Javier Sáenz de Oiza, uno de los grandes de la arquitectura española, y el entonces presidente del Gobierno regional Juan Hormaechea, protagonizaron colisiones y desencuentros en torno a una construcción marcada por la desmesura y la indefinición sobre la identidad verdadera del edificio.
La naturaleza, que es sabia, reclamaba su espacio para el mar y los cimientos se convirtieron en un combate contra la roca más resistente, mientras los mules se asentaban en lo que hoy es la sala Pereda.
Desde la bahía, su fisonomía se antojaba monumental y, su silueta erguida destacaba como metáfora simbólica de tierra, mar y aire. Y desde otras perspectivas, perdía sentido y grandeza. La discusión, respuesta, confrontación o disidencia por su ubicación, dimensiones y resultado estético constituyó uno de los primeros debates verdaderamente ciudadanos y de calle surgidos en Santander. Ya casi nadie recuerda que se barajó y especuló con Mataleñas como posible espacio para su construccion. El diseño de su interior, su uso polivalente y la acústica contribuyeron a que fueran olvidándose carencias, polémicas y el escepticismo sobre su proyección de futuro.
Noticia Relacionada
La temporada inaugural dejó para la historia el paso de nombres como La Cuadra de Sevilla, Teresa Berganza, The Philip Glass Ensemble, Simon Estes, Nuria Espert, Elly Ameling, José Luis Gómez, la Netherlands Dance Theatre, el Orfeón Donostiarra o la Orquesta de Cadaqués... El inicio de una nómina interminable que, pese a los desequilibrios y desfases, ha engordado en estas décadas con estrenos, producciones y montajes nacionales y internacionales de indiscutible dimensión mediática.
No obstante, el sello diferencial, la verdadera aportación del edificio de Gamazo a la historia de Santander ha sido sin duda que logró cambiar el paisaje de la oferta, la diversificación de públicos y la demanda y consumo cultural. Todo ello traducido en una necesaria desestacionalización que rompió lugares comunes enquistados en Santander como ciudad 'de veraneo cultural'.
Ahora claramente puede decirse que en aquella primavera de los noventa despegaba la infraestructura cultural más importante de la historia reciente de Cantabria, hoy espacio de referencia.
Esa desestacionalización -hasta entonces el desfase entre el periodo estival y el resto del año era radical-, y la calidad de la oferta, el incremento en la inversión en artes escénicas, su papel de contenedor cultural, la contribución a la evolución del FIS, la influencia en los creadores locales son señas de identidad del Palacio y su actividad de estos 30 años pese a la irregularidad en esa confrontación analítica entre debilidades y fortalezas. Señales y tendencias que, sin duda, certifican que ha existido un antes y un después con el Palacio en la oferta cultural de Santander y Cantabria.
Un equipo encabezado por Juan Calzada, con Román Calleja y Javier Ontañón, más la aportación musical de Lynne Kurzecknabe, y profesionales como Gema Agudo, Alfonso de la Mora, Paco del Castillo, entre otros, pusieron en marcha la maquinaria de un edificio que invitaba al gigantismo, provocaba desafíos y también dudas a la hora de integrar a Santander en el circuito de grandes teatros (muchas infraestructuras nacionales construidas en paralelo) del Estado.
Los debates sobre su funcionalidad y valor identitario o diferencial, al margen de las temporadas y programaciones, han apuntado hacia la necesidad de «superar el papel de activo contenedor, defender su papel dinamizador y mantener un diálogo interactivo con el sector privado». Además de dar cabida a «una oferta que responda y refleje la pluralidad social».
La pandemia ha congelado las celebraciones, tras la suspensión del espectáculo de 'video mapping' previsto esta semana. La programación, coordinada por Carlos Troyano, prosigue con la temporada anunciada. La Orquesta ADDA Sinfónica ofrecerá este miércoles, bajo la dirección de Josep Vicent en la Sala Argenta, un concierto en el que también participará la cantaora Marina Heredia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.