Secciones
Servicios
Destacamos
Isabel San Sebastián (Chile, 1959) vuelve esta tarde al Aula de Cultura de El Diario Montañés, para presentar en el Ateneo, a las 19.30 horas, su nuevo libro 'La dueña' (Plaza&Janés), una novela de aventuras en la que pone de manifiesto el papel ... desconocido de las mujeres en la repoblación de España durante la Reconquista. Un periodo del que ha hecho un proyecto literario que ya abordó en sus dos últimos títulos: 'La peregrina' y 'Las campanas de Santiago' y que retomará en un nuevo título para contar la historia de la reina Urraca. «Es una época fascinante porque si España forma parte de Europa y del mundo libre se debe a lo que se construyó en aquel momento», dice.
–En 'La dueña' relata el papel de las mujeres en la Reconquista. ¿Los autores de novela histórica están haciendo el papel que deberían hacer los historiadores?
–Probablemente, pero si te remontas a la Edad Media te encuentras en un mundo con una mentalidad terriblemente misógina, aunque socialmente no lo era. Pero la historia la escribieron clérigos al servicio de otros clérigos o reyes. Evidentemente no se preocupaban mucho por el quehacer cotidiano de esas mujeres cuya participación en la repoblación de la Reconquista fue determinante. Ellos escribieron básicamente de batallas y de compendios legislativos, pero no lo hicieron del día a día. Mientras los novelistas actuales estamos llenando esos huecos que deja la Historia oficial.
–¿Los historiadores de la actualidad no investigan esos huecos?
–Los historiadores están haciendo un gran esfuerzo pese a que sólo pueden basarse en documentos y fuentes oficiales. Por ejemplo, yo he consultado mucho una obra, 'Historia de las mujeres en España y América Latina', editado por Cátedra, escrita por historiadores que han hecho un trabajo magnífico. Pero un historiador tiene que ser muy riguroso en la selección y citación de fuentes mientras que un novelista tiene más margen y puede recurrir a una imaginación honesta y documentada para rellenar esos huecos.
–¿A que se refiere cuando dice que en ese periodo abundaba la mentalidad misógina pero en la sociedad no?
–Pues que una cosa es que la mentalidad del siglo XI fuera misógina y otra que las mujeres fueran sometidas o estuvieran encerradas en casa, que no era el caso. En España hay una larguísima tradición de matriarcado en toda la cornisa cantábrica. Y esa herencia ha perdurado en el tiempo porque fue la gente del Norte la que repobló España. Sin embargo, en la mentalidad imperante, sobre todo, de cultura, sí había misoginia.
–¿Cómo eran esas mujeres?
–La época en el que transcurre este libro fue de una enorme belicosidad, Hubo conflictos entre los reinos cristianos; entre musulmanes de las distintas taifas y, por su puesto, entre cristianos y musulmanes y en ese constante batallar la mortalidad masculina fue altísima. En la frontera, donde se estaba repoblando España, quienes se hacían cargo de todo eran las mujeres. Sin ellas no hubiera habido repoblación ni Reconquista porque una cosa era ganar una batalla y otra instalarse en esa tierra y poblarla. La Reconquista no fue una sucesión de batallas como se enseñó durante muchos años, fue, sobre todo, una ardua labor de repoblación.
–En la novela habla de las reinas Sancha y Urraca. ¿Qué puede decir de ellas?
–La reina Sancha, esposa del rey Fernando e hija de Alfonso V, fue quien dio a a su marido la legitimidad para hacerse con el trono de León. En cuanto a Urraca será la protagonista de mi próxima novela, 'La temeraria'.
–En esa época España estaba dividida en muchos reinos independientes, pero parece que la preocupación de la fragmentación del país es una cosa de estos tiempos. ¿En qué se diferenciaba antes de ahora?
–La diferencia fundamental es que ahora, de momento, no nos hemos declarado la guerra unos a otros. Pero hay una gran lección que nos enseña la Historia y es que la fragmentación debilita terriblemente, mientras que la unión fortalece. Es una gran lección que no aprendemos porque España se está fragmentando y se está debilitando. Está renunciando al poder que podía ocupar internacionalmente. Estamos todos empeñados en ser cabeza de ratón y nadie quiere ser cola de león sin pensar que un león pinta algo y un ratón no pinta nada. Y eso mismo ocurrió en aquella época, las tornas cambiaron cuando los cristianos se unieron y los musulmanes se dividieron en taifas. Así que creo que sí, que la situación se parece mucho y que no augura nada bueno.
–Como periodista obligada a contar los hechos con rigor. ¿Le cuesta mucho añadir ficción a los hechos históricos?
–La parte histórica de la novela es muy rigurosa y está muy documentada y es algo que debo a mi formación de periodista. Ahora bien, tengo imaginación y me encanta la literatura y por eso, pese a ese trasfondo histórico, es una novela de aventuras en la que hay mucha emoción y mucha intriga y se destaca el papel de las mujeres en ese momento. Ahora me dicen que me he apuntado a la moda de escribir sobre mujeres y no es cierto. Todas mis novelas tiene protagonistas femeninas y la primera, 'La visigoda', la publiqué hace veinte años. Yo no me he apuntado a ninguna moda. Me gusta contar historias de mujeres. En gran parte porque soy mujer y porque creo que es de justicia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.