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Roberto Ontañón, director del Mupac, posa en la tercera sala del espacio museográfico del CAR, en la instalación 'Tu mano, tu compromiso'. Luis Palomeque
«Ahora sí estamos en la primera línea del patrimonio internacional»
Roberto Ontañón | Director del Mupac y de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria

«Ahora sí estamos en la primera línea del patrimonio internacional»

El responsable del proyecto de ejecución del Centro de Arte Rupestre, que se inaugura el próximo viernes, sostiene que «el panorama que se vislumbra en la gestión del patrimonio es radiante»

Guillermo Balbona

Santander

Domingo, 14 de enero 2024, 00:30

Su amplia experiencia, tanto en la investigación como en la gestión, sitúa a Roberto Ontañón en una atalaya privilegiada para radiografiar el presente y futuro del patrimonio de la comunidad, del Paleolítico y el ecosistema del arte rupestre. El director del Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) y de las Cuevas de Cantabria, elaboró en Puente Viesgo, y asumió después, la dirección facultativa de la obra. En esta entrevista describe las señas de identidad del Centro de Arte Rupestre (CAR); el nuevo panorama en perspectiva que se genera con la conjunción del eje que conformarán la instalación que se inaugura el viernes, el futuro nuevo Mupac y Altamira; y reflexiona sobre el vínculo entre el ciudadano y el patrimonio.

–¿Se puede hablar de un antes y un después en la gestión del patrimonio con la puesta en marcha del Centro de Arte Rupestre?

–Creo que sí. Ahora podemos afirmar que estamos, al menos, a la altura de las comunidades autónomas vecinas en la socialización del arte rupestre paleolítico Patrimonio Mundial que con ellas compartimos.

–Al margen de la inauguración oficial, el CAR ha vivido una apertura parcial de sus instalaciones y servicios. ¿Se ha notado un efecto llamada?

–La apertura del centro generó un indudable efecto llamada, por la propia novedad del equipamiento, por la exposición temporal dedicada a la Dama Roja del Mirón y porque además se estableció un mes de gratuidad en la visita a las cuevas.

–La joya, desde el punto de vista museístico, didáctico, turístico... es la sala expositiva permanente. En plena época de oferta audiovisual, inmersiva, interactiva, ¿qué concepción prima en la muestra?

–La originalidad; la capacidad de atracción sobre el fenómeno que interpreta; el impacto intelectual y emocional, es decir, que el público no solo adquiera conocimientos sino que reflexione sobre lo que aprende y, además, se divierta.

–El primer impacto del CAR fue la muestra de La Dama Roja. ¿Cuál es su próximo destino?

–La previsión es que itinere al Mupac cuando se inaugure la instalación expositiva del CAR. Allí permanecerá varios meses y quizá, al menos en parte, adquiera un carácter cuasi permanente.

–¿Qué criterios primarán en la programación de las muestras temporales?

–La sala para exposiciones temporales es pequeña, de unos 75 metros cuadrados, de modo que podrá acoger solamente muestras de reducidas dimensiones. En cuanto al contenido, se tratará de muestras relacionadas, obviamente, con la prehistoria paleolítica y el arte rupestre, tanto desde una perspectiva histórica como antropológica, y también incluirá aproximaciones al arte rupestre desde miradas contemporáneas.

Investigación

«Hasta hace poco nadie imaginaba que íbamos a saber cómo eran físicamente los habitantes de Cantabria hace 19.000 años»

–Cuando el Mupac sea ya una realidad en su sede definitiva, ¿cómo describiría el paisaje de gestión de patrimonio?

–El panorama que se vislumbra es radiante, con dos museos de primera categoría y un gran centro de interpretación trabajando juntos para una mejor conservación, investigación y difusión de nuestro patrimonio prehistórico. Eso sí, esta red hay que mantenerla en tensión y trabajando al unísono desde todas las partes. Hace unos años hemos firmado un protocolo de colaboración entre los dos museos cuyas líneas de actuación debemos desarrollar conjuntamente. En ello estamos y redundará, sin duda, en una mejor gestión del patrimonio prehistórico de Cantabria, esté gestionado por el Estado o por la comunidad autónoma.

–¿A qué atribuye la falta de una concienciación social firme de la importancia que tiene el patrimonio en Cantabria?

–No me parece que exista esa carencia. Sorprendería a algunos el sentido común en materia de conservación del patrimonio expresado por la ciudadanía cuando ha surgido el debate sobre la reapertura al público de Altamira. El patrimonio desempeña en Cantabria un importante papel en la configuración de la identidad regional y creo que es responsabilidad de los que trabajamos en el sector conseguir orientar ese sentimiento identitario hacia un refuerzo del impulso de la sociedad civil sobre las instituciones responsables de gestionar ese patrimonio. Aquí reside, a mi parecer, el verdadero problema: la desatención por parte de los poderes públicos de su responsabilidad en la gestión adecuada y sostenible de su magnífico patrimonio cultural.

–¿Cantabria está preparada para encabezar internacionalmente ese gran ecosistema del patrimonio rupestre?

–Sin duda. Ahora sí. Con el reciente desarrollo de institutos y grupos de investigación en Prehistoria en Cantabria; el trabajo en nuestros yacimientos de equipos arqueológicos foráneos; el despliegue de importantes infraestructuras de investigación, conservación y difusión como los museos y el CAR; el mantenimiento de redes de colaboración internacional y la definitiva implantación del CC2, tenemos asegurada, si no la primera posición, sí un puesto eminente en la primera línea del panorama internacional.

Verdadero problema

«La desatención por parte de los poderes públicos de su responsabilidad en la gestión adecuada y sostenible de su magnífico patrimonio cultural»

–Desde su experiencia científica y las investigaciones en marcha, ¿augura nuevas sorpresas en las cavidades, yacimientos y trabajos en perspectiva?

–Me alegra mucho que cada vez que se formula esa pregunta y mi respuesta es afirmativa, la realidad de los hechos la confirme una y otra vez. Así que sí, tendremos muchas y grandes sorpresas gracias a la dinámica investigadora en una región con un patrimonio prehistórico verdaderamente extraordinario que no deja de ofrecer novedosas y valiosas informaciones sobre nuestro pasado que, en ocasiones, tienen además aplicación en nuestro presente. Hasta hace poco tiempo nadie imaginaba que íbamos a saber cómo eran físicamente los habitantes de Cantabria hace 19.000 años, o cómo hacían sus viviendas, y que uno y otro aspecto iban a resultar, además, sorprendentes, con poblaciones de rasgos negroides y cabañas construidas en el interior de las cuevas. Todo eso, que hemos sabido en fechas muy recientes, lo explicamos en la exposición permanente del CAR.

–¿El discurso museográfico futuro del Mupac compartirá criterios con el CAR?

–El discurso del Mupac, que estamos ahora revisando, 'cuenta' la Prehistoria y la primera historia de Cantabria a través de los testimonios de la cultura material. Aquí las colecciones son lo primero y más importante, y en torno a ellas, a los objetos, se construye 'el relato' del pasado. En el CAR los recursos que en su exposición son centrales, en el museo son complementarios. La articulación de uno y otro discurso y de los recursos museográficos puestos en juego deben ser complementarios y no redundantes. Se trata de que el público quiera ir a uno y otro y, al hacerlo, no se encuentre con repeticiones o, peor, con contradicciones.

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