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TERESA ABAJO
SANTANDER.
Domingo, 2 de febrero 2020
Blanca Portillo actúa y vive intensamente, cuando está volcada en algún proyecto que le «conmociona por dentro» y cuando encuentra tiempo para disfrutar de otras pasiones: leer, el fútbol, cocinar «o tomar un buen vino con los amigos». En 'Mrs. Dalloway' encarna a una mujer ... que examina su pasado mientras prepara una gran fiesta social. «Todo el interés está en lo que le ocurre por dentro», explica. La versátil y reconocida actriz desembarcará en la Sala Argenta del Palacio de Festivales este sábado, 8 de febrero, a las 20.30 horas, y lo hará acompañada por la directora, Carme Portaceli, y un «emocionado» Calixto Bieito. Se conocen desde hace casi veinte años, aunque todavía no han trabajado juntos. Ahora tienen esa oportunidad gracias a un montaje en el que Virginia Woolf hace un recorrido de 24 horas en la vida de Dalloway, desde la mañana en que comienza a preparar una fiesta para su marido, hasta su celebración por la noche. Un recorrido marcado por la campana del reloj del Big Ben que lleva a Clarissa a revisar su vida en un camino de ida y vuelta.
- La novela de Virginia Woolf se publicó hace casi cien años. ¿Qué lectura podemos hacer ahora?
Autora Virginia Woolf, en versión de Michel de Cock, Anna Maria Ricart y Carme Portaceli.
Directora Carme Portaceli.
Reparto Blanca Portillo, Nelson Dante, Raquel Varela, Inma Cuevas, Zaira Montes, Gabriela Flores, Jordi Collet, Jimmy Castro.
- Lo curioso es que la gente no percibe que pertenece a otro momento histórico. Todo lo que cuenta te llega porque tiene que ver con emociones que a todos nos son comunes. Y plantea cosas que, desgraciadamente, tampoco han cambiado demasiado. Hemos avanzado muchísimo, pero estar a la sombra de un hombre, ser la señora de, les sigue ocurriendo a muchas mujeres.
- ¿A usted cómo se le despertó la conciencia feminista?
- La he tenido de nacimiento, igual porque soy hija de un matriarcado. Siempre digo que soy mujer por una lotería cromosómica, no somos ni más ni menos. Con el tiempo fui chocando con algo que para mí era natural y socialmente no lo era.
- Interpretar a un personaje que hace balance de su vida, ¿le lleva a examinar sus propias decisiones?
- Los personajes siempre hacen eso, te ayudan a conocerte. Al principio sentía un cierto rechazo por un tipo de mujer con el que yo no comulgo. Es menos de acción que yo, no tiene nada que ver con el feminismo de bandera y grito. Como mi trabajo es conocerla y descubrir qué tengo yo de ella, te das cuenta de que tienes muchas cosas en común. Parece superficial y descubres que es una heroína. Eso que ella tiene de mirar hacia dentro y responsabilizarse de sus actos lo comparto absolutamente. Mi trabajo también es eso. Observar la vida, por qué me enfado, qué me hace sentir mal. Nos pasan millones de cosas un día cualquiera.
- Buscar la belleza en lo cotidiano no es superficial.
- Crear belleza a nuestro alrededor es algo muy profundo. Hoy en día es realmente difícil no ser derrotista, no enfadarse con el mundo sino procurar hacer la vida más bella. Esa es una actitud de héroes. La vida es bella, se pasa muy rápido y hay que saborear cada pequeña cosa que nos ocurre.
- ¿Recuerda el momento en que decidió ser actriz?
- Sí, sí. Somos ocho hermanos y hemos sido muy teatreros en casa. No había para muchos juguetes y lo de contar historias la tengo desde pequeñita. Cuando tenía 17 años, estaba trabajando con un grupo de teatro aficionado. Alguien en un ensayo vino y dijo: Me has emocionado tanto... A mí me encanta leer para para viajar a otros mundos y me encanta estar con gente, entonces descubrí que hacer teatro lo unía todo.
- Además es directora y productora, y alterna el teatro con cine y televisión. No se da tregua.
- Es que es una forma de vivir, no lo considero un trabajo. Forma parte de mi vida, igual que no dejo de comer todos los días. Aunque a veces necesitas vacaciones, sobre todo porque para contar historias tienes que vivir.
- ¿Qué espera del Gobierno en materia cultural?
- De los políticos no espero nada porque ya me han demostrado que no les interesa. Hay países que nos han dicho cómo se hace esto y es lo único que no queremos copiar, o no sabemos. Yo ya me he cansado. No espero nada.
- Usted que es una de las actrices más respetadas, ¿a quién admira?
- A mucha gente. En el reparto de defectos entre los seres humanos a mí no me tocó la envidia. Admiro mucho a Nuria Espert y José Luis Gómez, que para mí son referentes, también a gente muy joven.
- Después de aquel comentario que le animó a ser actriz, le sigue gustando hablar con el público. ¿Qué le transmiten?
- Lo más hermoso es que me siguen diciendo lo mismo. Se convirtió en una obsesión para mí conseguir que el espectador se emocione como yo me emociono. Yo vivo en el escenario, no hago como que. Y cuando consigo que el espectador lo viva conmigo... (suspira). Los políticos dicen muchas veces que los actores somos unos mentirosos, pero no. Mentís más vosotros que nosotros. Los que fingen están en la calle. Actúan mucho más los que están ahí fuera.
La novela de Virginia Woolf 'Mrs. Dalloway' se publicó en 1925, pero la obra que dirige Carme Portaceli traslada la historia a nuestros días. Eso no cambia el tema central, la vida de una mujer «fagocitada por su vida familiar y su estatus social». También aborda el suicidio «no como algo terrible, sino como una elección sin dramatismos». El personaje que en la novela era un veterano de guerra se convierte aquí en una escritora, «más cercana a la propia Virginia Woolf», que se quitó la vida. La directora explicó que la obra, con ocho actores continuamente en escena, se desarrolla en tres planos: «los flujos de conciencia de la protagonista», lo que ocurre mientras prepara una fiesta a su marido, «que no llega», y las escenas del pasado.
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