'Cuestión de suerte': ha nacido un nuevo antihéroe

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Rulo | Músico

«Soy, ante todo, un escritor de canciones, pero cada vez me gusta más escribir sin música»

José María Gutiérrez

De su trabajo está bastante quemado, aunque reconoce su privilegiada situación profesional que le permite viajar por medio mundo y estar en contacto con músicos de gran nivel. Romántico y soñador, es un ser muy reflexivo y, en ese sentido, muy humano: lleno de contradicciones, con una ligera tendencia a la autodestrucción.La novela recoge, a modo de diario, la vida de Roi durante 30 días (30 capítulos tiene el libro, uno por día). 30 días orientados a la búsqueda de un resguardo premiado con un imponente premio de Euromillones. 30 días en los que se juntan un cúmulo de peripecias, por momentos desternillantes, que hacen de esta novela coral –no en vano desfilan por ella más de medio centenar de personajes de ficción– un fresco impresionante de unos tiempos, los nuestros, donde la incomunicación campa a sus anchas y la incertidumbre condiciona muchas de nuestras decisiones cotidianas, habitualmente mal tomadas. La presencia de la música es tan importante que me atrevería a definir esta novela como un 'Tratado para introducirse en los entresijos de la Industria Musical'. Por sus páginas pasan músicos, representantes, productores, etc. que entretejen ese particular universo, lleno de grandes focos y enormes miserias. Está escrita en primera persona. No existe un narrador omnisciente. Es el propio Roi quien, utilizando técnicas muy cinematográficas como la elipsis (omisión) y el flashback (analepsis), nos va contando, capítulo a capítulo, muchos pasajes de su vida: sus orígenes gallegos, la relación con María (su mujer), la conexión con la música, su posición en el mundo. ¿Estamos ante un thriller (el suspense relacionado con la búsqueda del boleto premiado mantiene una tensión por momentos desesperante para el lector) o quizás ante un 'Tratado de Antropología para torpes', donde se ponen en solfa todas las contradicciones de las sociedades contemporáneas: nuestra relación con la tecnología, nuestra relación con lo demás, la endemoniada aceleración de todos los procesos, el ruido constante…? Por momentos, 'Cuestión de suerte' recuerda a 'Canciones de amor a quemarropa' (2014), del norteamericano Nickolas Butler, o algunas de las rocambolescas aventuras narradas por Eduardo Mendoza. También el espíritu literario del recientemente fallecido Paul Auster sobrevuela toda la novela y solo los lectores que lleguen al final de este inspirado relato sabrán a qué me refiero. En la vida, todo acaba siendo cuestión de suerte: mala o buena suerte. Un magnífico debut como novelista.