Perderse en el bosque
Novela ·
El nobel Jon Fosse ofrece su particular visión de la mística en un relato austero y turbador de vocación simbolistaSecciones
Servicios
Destacamos
Novela ·
El nobel Jon Fosse ofrece su particular visión de la mística en un relato austero y turbador de vocación simbolistaUn hombre que se aburre nos cuenta que sube a su coche y conduce sin rumbo. Nada más sabemos de él, aparte de que para huir del tedio va improvisando decisiones en cada cruce: unas veces toma el camino la derecha, otras veces el de la izquierda. Cuando se mete por una pista forestal, su coche se queda atascado en el barro, a mucha distancia de la zona habitada más próxima. Ya es casi invierno, se hace de noche y además comienza a nevar. Tomará entonces otra decisión aleatoria: en lugar de desandar el camino en busca de ayuda, se internará en el bosque. Por supuesto, no va a ser muy buena idea.
Así arranca la última 'novela' del premio Nobel de 2023, el noruego Jon Fosse. Claro que más que novela se trata de un relato, y no demasiado largo: en una tipografía normal podría rondar las cincuenta páginas, o tal vez menos. Aunque tal vez sea ... mejor así, breve, para subrayar la intensidad emocional de un texto que arranca realista y subjetivo, vira luego hacia lo simbolista y, aunque amenaza con una deriva semifantástica –hay visiones y otros fenómenos extraños– todo parece quedar a criterio del lector: ¿son esas ensoñaciones una experiencia mística o los clásicos episodios perimortem?
Fosse elige una estructura inusual: un largo párrafo, sin ningún punto y aparte, en el que el personaje, más que contar la historia, recrea lo que pasa por su cabeza. Es, pues, un largo monólogo interior en el que el protagonista plasma sus dudas y su estado anímico, aunque no nos cuenta nada de su identidad, de su pasado ni de la conclusión de la propia historia. Un ejercicio en el que se podría llegar a confundir oscurantismo con profundidad.
Autor Jon Fosse
Editorial Random House, 2023
Páginas 96
Precio 17,90 euros
En su soliloquio, el narrador se lamenta porque está cayendo en lugares comunes. Y desde luego, estos no escasean: desde perderse en el bosque hasta caminar hacia la luz, el repaso de tópicos es constante, incluyendo al padre apocado frente a la esposa dominante o los ángeles como seres de luz. Sin embargo, falta el mayor de los lugares comunes: el del final feliz.
Aunque la obra continúa indagando en las obsesiones de Fosse –en concreto, en el extravío–, su estilo parece más lacónico y reiterativo que de costumbre, y la trama no termina de explotar. Casi se diría que a Fosse el Nobel no le ha sentado demasiado bien.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.