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Sus amigos le definen como una persona sencilla que intenta pasar desapercibida, «pero como los grandes genios, sin saber cómo, se hace el rey de la pista y destaca, sobre todo, por su chispa». «Y porque se ríe hasta de su propia sombra». Para 'Ñago', ... como le llaman cariñosamente sus amigos de toda la vida, la Historia siempre ha sido una de sus «grandes pasiones», por eso, es de los laredanos que más conoce el pasado de la villa pejina.
El viñetista Íñigo Ansola (Laredo, 1971) recibirá hoy, el V Premio Bahía Sur Cultural en un acto que se celebrará en el Gran Casino de El Sardinero, a partir de las 20.00 horas. Este galardón reconoce a personalidades del mundo artístico, cultural y deportivo vinculadas con Santander y Cantabria. En este caso, la asociación, en un fallo alcanzado por unanimidad, ha reconocido la visión «crítica» de la actualidad que el dibujante, caricaturista y viñetista ofrece a los lectores diariamente a través de las páginas de El Diario Montañés.
Según el acta de concesión del galardón, la reinterpretación de la actualidad que cada día opera Ansola ofrece unos niveles de lucidez reflexiva que, a juicio del jurado, «sitúa al creador a la altura de los maestros del género y ofrece a los cántabros la posibilidad de acceder a una mirada distinta y particular de los acontecimientos diarios, una síntesis aguda y original de la realidad política y social de la Comunidad Autónoma». Además, la asociación considera que la «genialidad» de la ya larga trayectoria de Ansola hace al autor merecedor «indiscutible» del galardón, que han recibido en ocasiones anteriores otros exponentes de las artes, la cultura y el deporte en Cantabria.
Así, con la concesión de este premio, Ansola se suma al compositor Juan Carlos Calderón, el dibujante e ilustrador José Ramón Sánchez, el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón y el futbolista y entrenador 'Manolo' Preciado, que fueron distinguidos con este galardón en las cuatro ediciones anteriores.
En el transcurso del acto, que será de acceso libre hasta completar aforo, el redactor jefe de Cultura de El Diario Montañés, Guillermo Balbona, será el encargado de ofrecer la laudatio del galardonado.
Los que conocen a Íñigo Ansola desde su infancia aseguran que empezó a dibujar cuanto tenía los dientes de leche. «Todos sabíamos que tenía un don, y ese don creció en su etapa del desaparecido BUP». «Desde su humildad, todos los veranos nos dibujaba una camiseta para lucir en fiestas. Gran recuerdo de 'Sensación de parir', un dibujo con una crítica dura a la serie de moda en esa época (Sensación de vivir) y otra muy guapa fue la versión de la famosa 'Ruta del bacalao' transformada en la 'Ruta del golayu'», cuenta uno de sus amigos íntimos. Durante toda su trayectoria profesional, los más allegados a Ansola -que se casó en 2003 con Rocío y fruto de ese matrimonio nació su hija Clara un 29 de agosto de 2008, coincidiendo con la Batalla de Flores de Laredo-, han visto como «este genio, con tesón, humildad y desparpajo se ha convertido en el pintamonas de El Diario Montañés». «Todos los días nos desayunamos sus creaciones para empezar el día con humor, que con los tiempos que corren falta hace».
Su familia considera que el inequívoco humor gráfico de Ansola proporciona «una perspectiva refrescante, ingeniosa y pionera». «Se podría describir como la antítesis de la niebla de intransigencia presente en el actual panorama sociopolítico español».
Ansola se muestra «sorprendido» a la par que «agradecido» por el premio que recibirá hoy como reconocimiento a su trayectoria. Lleva diez años publicando viñetas en este periódico y reconoce que si para las 12.30 horas no ha mandado su trabajo diario, «el día es nefasto». «Alguno de mis trabajos ha provocado algún mosqueo, pero poca cosa».
Dice que su pasión por el humor gráfico surge del «ácido desoxirribonucleico que nos arrastra en esta vida por donde quiere», aunque lo que siempre ha querido ser es futbolista de élite. «Me gustaría haber sido George Best». Sobre su profesión, asegura que «el viñetista nace, a veces se pone farruco y se crece y alguna que otra vez incluso se reproduce», y tiene muy claro que, por encima de todo, y como decía el bolero, «hay que tener salud, dinero y ardor guerrero».
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