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Su incursión en la escultura pública (el conjunto de Los Raqueros, por ejemplo) es la ventana más visible del artista José Cobo. Pero no por ello es lo más importante. Desde finales de los setenta, la cronología de sus exposiciones, su crecimiento como creador ... entre EE UU y España, han certificado la mirada de un humanista, inquieto por la extrañeza de cada tiempo, atento a las heridas de cada estado de las cosas y abierto a evolucionar a golpe de búsqueda, con esa ductilidad de lenguajes, técnicas y medios que confluyen en la idea o la expresión del artista. Cobo (Santander, 1958) regresa con una muestra -su primera individual en Torrelavega- que demuestra su ansiedad por seguir incorporando capas, lecturas y relatos a los materiales, su capacidad para hacer incisiones en la realidad, o su poderosa pluralidad de formas y hondura para levantar discursos, que desde la complicidad a la inquietud, mueven, agitan o conmueven al espectador. El juego sonoro -y algo más- que desprende 'Duda dada' es el epígrafe de la muestra que se ha inaugurado este viernes en el Centro Nacional de Fotografía José Manuel Rotella.
Una cita en la que uno puede encontrarse tanto lógicamente con esculturas como fotografías, pero también video instalaciones e incluso algunos dibujos. Al cabo, una serie de puentes por los que transita el arte con sentido de la comunicación entre lo real, lo mitológico, lo idealizado, lo virtual, lo heterogéneo, lo solapado.
El poeta y editor Carlos Alcorta, que ejerce de comisario de la muestra, deja claro el espejo/reflejo ante el artista y su obra: «Quienes conocen a José Cobo saben que estás lejos del arquetipo de artista encerrado en una torre de marfil. Antes al contrario, sus intereses como artista están indisolublemente ligados a sus preocupaciones como ser humano. Las figuras -unas atormentadas, otras vigilantes, algunas jubilosas, casi orgiásticas-, son el fiel reflejo de un presente convulso, de una realidad trágica y doliente. Al observarlas, al espectador le asalta la incómoda sensación de estar viéndose a sí mismo, porque todo ser humano tiene una historia que necesita ser contada, pertenezca esta al pasado o al futuro».
El Centro Nacional de Fotografía José Manuel Rotella dentro de su programa de exposiciones acoge hasta final de mes la creación de Cobo en Torrelavega. En la muestra se exhibirán algunas obras recién acabadas y elaborada ad hoc para el espacio. El título de la exposición, 'Duda dada', «pretende recuperar momentáneamente el no-significado de la palabra original multiplicando su sonoridad con otra palabra de sonido similar. El balbuceo mantenido al pronunciar duda dada expresa la posición del artista ante su obra».
En el umbral del CNFoto al visitante le espera la escultura 'Monus A.Gustus X y Venus A.Gustus VII', que reúne dos hermas de aspecto romano que con su presencia introducen en la mansión. Ambas, que se erigen en paralelo, están definidas por líneas rectas verticales y por unas letras grabadas que parecen mostrar un linaje.
Destaca en su comparecencia por imponente 'La Pietà covid' ubicad en una de las salas de la planta baja. La escultura es un homenaje al personal medico y de enfermería así como a las víctimas de la pandemia Las diagonales que marcan la composición revelan la urgencia del momento. La escultura refleja «el aislamiento y el fin trágico de miles de personas que no pudieron sentir el calor de la cercanía de sus familiares en su momento final». Por esta razón el cuerpo del enfermo se muestra vacío, carente de los referentes identitarios o familiares. «Lo que se ha venido a llamar pérdida ambigua, cierre sin despedida, sin duelo, que no acaba de registrarse en la mente». En esa misma sala podrá verse una gran fotografía proyectada en la pared que se titula 'En el Anamá'. En la imagen se aprecia a través de un plástico fotografiado una figura humana difusa que anda hacia nuestro espacio desde un lugar indefinido, casi irreal.
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Entre otros espacios y creaciones (todo conjuntado por la coherencia del escenario) se exhibe la escultura 'Pasos de un payaso' y unos dibujos relacionados con el mismo tema. Unas barras de metal que emergen de la parte alta de cada pierna aluden al accionamiento mecánico que impulsa el movimiento de los pasos mientras que el agrandamiento cómico de los zapatos y las zancadas desmesuradas muestran la exageración de los estados de ánimo y de los caracteres estereotipados representados por el payaso. Asimismo, se exponen dos obras con tintes costumbristas. 'Raíces', que remite al pasado por medio de un vídeo y una escultura que gira proyectando siluetas cambiantes sobre la pared a modo de figuras recortables, y 'Metamorfosis', compuesta de pequeñas escenas aisladas que narran el acontecer de la vida durante el encierro en el punto más álgido de la pandemia.
Hay también, por ejemplo, tres fotografías, anteriores al confinamiento, tituladas Luceras, I, II, y III, que muestran paisajes urbanos nocturnos de Williamsburg en Brooklyn donde solo la luz que emerge a través de las ventanas o tragaluces «revela la vida dentro de las edificaciones».
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