Tres aproximaciones a la creatividad transformadora y sus resultados

En su propia casa tiene un ejemplo de esa inmortalidad simbólica. En el Centro Botín, y lejos de lo que hubiera podido imaginar la autora, fallecida hace un par de décadas, se pudieron ver las floreadas obras de su abuela. Dos cuadros que cuelgan en las paredes de casa de Kaufman y que cada día ve la familia, sin apenas fijarse en cómo la creatividad puede permanecer durante generaciones.

La segunda y última jornada del II Encuentro Internacional: Artes, Creatividad y Emociones se centró en un concepto, la creatividad transformadora. En el caso de Kaufman, hizo hincapié en su vínculo con la igualdad y la empatía. «Ver las cosas desde el punto de vista de otra persona, ayuda; es mucho más difícil odiar a alguien si le entendemos». Las personas capaces de hacer ese ejercicio, «flexibles», no necesitan estructuras y «pueden superar etiquetas y categorías, alejándose del estereotipo, del prejuicio, dispuestas a explorar nuevas cosas».

Eso es lo que hace en la actualidad Sharek Karami, segunda ponente de la jornada, en el recién creado Centro de Creatividad de la Universidad de Mississippi (Estados Unidos).

Los diferentes conceptos de creatividad se unen en la creación de productos novedosos, útiles y eficientes. Así, Karami ha desarrollado dos teorías sobre sabiduría; el Modelo de Sabiduría Jerárquica Iraní, basado en el canon literario de Irán y el Modelo de la Sabiduría Poliédrica, basado en la literatura occidental. Convencida de que antes de que conozcamos todas las variables de uso de la Inteligencia Artificial, ya habrán aparecido nuevas propuestas, considera que la IA «demuestra que tenemos que ser aún más creativos ante retos nuevos».

También disertó la investigadora sobre el uso cuestionable que se puede hacer de la creatividad, poniendo como ejemplo el creciente cibercrimen.

La creatividad se puede utilizar de forma cuestionable; el cibercrimen por ejemplo. «No conozco a nadie que no haya sentido dieta tensión al completar una operación digital», citó, y dio un dato; España dedica 450 millones de euros para enfrentarse a la ciberseguridad.

En otro de sus ejemplos, ante la duda de ¿cuál es el bien común?, mencionó la marca Ecoalf, que busca diseñar ropa ecológica y sostenible, intentando introducir un cambio social a pesar de las críticas por sus altos precios. «Ser creativo transformacionalmente es difícil, pero no imposible», concluyó.

En la tercera y última ponencia, apareció en la pantalla la imagen de un niño cabizbajo. Una fotografía de Barbara Rogoff, sobre la que Vlad Glaveau preguntó al público. ¿Qué les sugería? Incertidumbre, inquietud y, en muchos casos, aburrimiento. Al proyectar la imagen completa, el niño lee atento las instrucciones de un libro junto a su madre y hermano. «Una muestra del enfoque sociocultural» necesario para entender el fenómeno de la transformación.

«Hacemos cosas y nos observamos a nosotros mismos; ya somos un público -dijo el Catedrático de Psicología de la Universidad Ciudad de Dublín- Siempre existe uno y la creación no puede entenderse sin él y sin todo lo que ya existe».

El docente afirmó que «tenemos un sentido de la posibilidad que se nutre de las experiencias compartidas, está vivo; exploramos, jugamos e intentamos hacer realidad algo posible». Y al juego se sumaron todos los asistentes en el taller de movimiento 'Arte participativo para una creatividad colectiva', comandado por la actriz y bailarina portuguesa Mafalda Saloio. El Encuentro finalizará hoy (20.00 horas) con el espectáculo 'Diez sonetos' a cargo de la compañía OtraDanza.