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La música de Tomás Marco (Madrid, 1942) sonará mañana, martes, en la celebración del 90 aniversario de la UIMP. Será con una obra, 'Alma Mater', ... que el compositor ha escrito expresamente para este celebración y que interpretará, a las 20.30 horas, la Orquesta Sinfónica Juvenil UIMP-Ataúlfo Argenta. Marco, que obtuvo el Premio Nacional de Música en 1969 y 2002, impartirá además un taller titulado 'La creación de óperas desde 1900 y 2022'.
–Háblenos de esa composición que ha escrito para conmemorar el aniversario de la UIMP.
–Fue una propuesta del actual rector, Carlos Andradas, que me pidió una obra musical no muy larga para celebrar esta efeméride. Yo lo que he hecho es una especie de obertura sinfónica que, en cierta medida, y aunque tiene sus temas propios y particulares, está basada, y a veces aparece como cita, en el 'Gaudeamus igitur' que es el himno oficioso de todas las universidades. A partir de ahí he hecho una obra orquestal que dura unos diez minutos.
–A la hora de afrontar la composición de una partitura nueva, ¿qué es lo que más cuesta?
–Es un proceso complejo y por eso lo primero que hay que pensar es qué es lo que uno quiere hacer y con qué medios cuenta. También tenemos que pensar la ocasión para la que se hace, para quién se realiza... Y con todas esas ideas, empezar a trabajar. Incluso si se trata de una obra de inspiración propia hay que tener en cuenta una serie de cosas antes de empezar a escribir.
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–Antes de los estrenos se suele hablar mucho de los nervios de los artistas. ¿Cómo lo viven los compositores?
–Más que nervios yo creo que los compositores lo vivimos con una gran expectativa. En mi caso, y a estas alturas, creo que no voy a encontrarme ninguna sorpresa porque sé qué es lo que voy a escuchar. Lo que más ganas tengo es de ver si he acertado con los deseos de los encargantes que, en este caso, es la UIMP. No es la primera vez que escribo para una universidad porque hace años, en la época en la que Villapalos era rector de la Complutense, me encargó unas fanfarrías para una celebración que se han tocado mucho. En esa misma institución académica, cuando me nombraron doctor honoris causa, compuse una gran obra sinfónica para un concierto.
–También conoce bien la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que ha visitado en varias ocasiones...
–Así es. Tengo un gran vínculo con la UIMP en la que he estado muchas veces, bien para dar conferencias o algún curso magistral. Por eso, cuando el rector me propuso hacer esta obra me sentí muy halagado porque de verdad me siento muy vinculado a ella.
–He leído que su trabajo en RNE le ha sido muy útil para sus composiciones. ¿A qué se refiere?
–Hace ya bastante tiempo de eso. Pero sí que estuve muchos años y allí prácticamente hice de todo, lo que me permitió estar en contacto con muchísimas realidades musicales de aquel momento y, por lo tanto, todo lo que se hacía en el mundo. Tenga en cuenta que por entonces no había internet y que no era tan fácil acceder a esa información, así que sí, ese trabajo fue muy útil.
–¿Qué queda de ese niño que aprendió a tocar el violín?
–Queda un señor muy mayor que ya no toca el violín (ríe), pero que intenta componer y seguir trabajando en la música, que es lo que le gusta y lo que ha hecho toda su vida.
–Todavía hay gente que cree que la música clásica es aburrida. ¿Qué les diría?
–También hay gente que cree que la literatura y la pintura son aburridas y que divertirse consiste en emborracharse o salir de fiesta hasta las siete de la mañana, que también puede ser una forma de divertirse pero no es el único camino. La música clásica no solo no es aburrida sino que es una fuente de conocimiento y de sensibilidad.
–¿Cómo describiría la llamada música clásica contemporánea que se está haciendo ahora?
–Creo que es interesante en el sentido de que hay una gran variedad de tendencias. No es solo como en los años setenta y ochenta que se escribía una música bastante intelectual, dura en general, y muy uniforme estéticamente. En la actualidad hay muchas tendencias contrapuestas que conviven. Se está investigando mucho y haciendo cosas nuevas que proporcionan al público la posibilidad de escoger entre más opciones.
–Usted sigue empeñado en escribir óperas mientras que los programadores siguen diciendo que es un género muy caro y difícil de llevar a escena.
–Pues yo he tenido suerte porque es cierto que he compuesto varias operas y he conseguido que se estrenasen. Precisamente el curso que voy a dirigir esta semana en la UIMP trata de la ópera que se ha hecho desde 1900 hasta la actualidad.
–¿Qué tratará en ese curso?
–Los alumnos van a descubrir que hay una enorme cantidad de obras que se han compuesto más allá de las tres o cuatro que se conocen de repertorio y que además son magníficas. Voy a poner ejemplos sonoros y visuales porque quiero mostrar que no hay una ruptura entre la ópera de repertorio y la actual, y que lo que hay es una continuidad que va evolucionando a lo largo de los siglos y que sigue siendo tan interesante como la que se ha hecho en otras épocas.
–Además de componer, escribe ensayos relacionados con la música. ¿A la hora de crear, en qué lenguaje se siente más cómodo para expresarse?
–Ante todo soy músico y me expreso en todos los lenguajes que puedo, tanto en composiciones como en los textos. También he sido organizador de eventos durante muchos años. Creo que una faceta no estorba a la otra sino que me hace vivir la música en muchos aspectos y en cuantos más los pueda vivir, mejor. Si además de eso fuese un intérprete maravilloso, que no lo soy, sería ya enormemente feliz.
–¿En qué proyectos trabaja ahora?
–Proyectos siempre hay y algunos interesantes. Estoy a punto de cumplir 80 años y la Fundación Sax Ensemble está organizando un concierto y va a publicar un disco con mis obras. También la Orquesta de RTVE ofrecerá a finales de septiembre una antología de mi obra y, además, aunque ya no tiene nada que ver con esta celebración, espero que en noviembre por fin se pueda estrenar mi zarzuela 'Policías y ladrones', que está dando vueltas desde 2015 y no hay manera de ponerla en escena. Primero se la llevó por delante una huelga y luego el cierre de los teatros por el covid, así que espero que no haya ninguna desgracia.
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