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'Niñas leyendo' (c. 1930-1931). FCC
Veinte obras para una Blanchard completa
Homenaje justo

Veinte obras para una Blanchard completa

El Casyc inaugura el día 18 una intensa exposición con fondos del MAS y, en menor medida, de la Fundación Caja Cantabria, que abarca las cuatro etapas clave de la pintora santanderina

Guillermo Balbona

Santander

Domingo, 13 de marzo 2022, 13:55

«María Blanchard es, sin duda, nuestra gran Artista Mujer cántabra, histórica y vanguardista, que, contra viento y marea, y en tiempos nada fáciles, primera Guerra Mundial incluida, luchó e hizo lo que verdaderamente quería y deseaba: ser pintora». Las palabras de Salvador Carretero, director del Museo de arte santanderino, enmarcan el sentido, la necesidad de volver siempre sobre la figura de la pintora cubista (y más cosas), cuya huella suele pasar por etapas de extraños silencios y olvidos, además del desconocimiento de su verdadera identidad que pesa aún en muchos sectores.

LA MUESTRA

  • En datos. MAS | Museo de Arte de Santander y Fundación Caja Cantabria. Título María Blanchard (1881-1932). Dirección: Salvador Carretero. Equipo Curatorial: Carretero, Juan Muñiz, Fernando Zamanillo y Ruth Méndez. Lugar: Edificio Casyc de la Fundación Caja Cantabria de Santander (c/Tantín), Sala Up. Fechas: del 18 de marzo al 15 de mayo.

  • Contenido Una veintena de obras, en su mayoría pertenecientes al MAS.

En el contexto del 90 aniversario de su muerte, una exposición en su ciudad natal se postula como el homenaje «justo e intenso» a la creación de la pintora santanderina. Dentro del programa prolijo de citas y actividades que se desarrolla desde febrero impulsado por el Ayuntamiento, el próximo día 18 será inaugurada en el Casyc una gran exposición fruto del tándem MAS / Ayuntamiento y Fundación Caja Cantabria, dedicada a una artista fundamental en la pintura de vanguardia. El nuevo acercamiento a Blanchard se une y funde con las dos últimas muestras dedicadas a la pintora en la ciudad: la del propio Museo de Arte de Santander realizada en 2014 y la de la Fundación Botín/Museo Reina Sofía dos años antes. En la primera, configurada por una treintena de obras, se incluyó la recuperación inédita de dos obras cubistas. Una muestra que «definía la trayectoria completa de la artista».

En el segundo caso, en la «excepcional exposición» comisariada por la historiadora del arte María José Salazar -la gran artífice de su recuperación en España desde la famosa e imprescindible muestra de 1982 en el antiguo MEAC, Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid, que ella entonces dirigía- se expusieron cincuenta obras cubistas, proyecto que también fue exhibido en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid, pero ya con la inclusión de un centenar de sus pinturas.

En abril se cumple el aniversario de María Gutiérrez-Cueto Blanchard, cuarta de cinco hijos de un matrimonio santanderino de la nueva burguesía local. No obstante, se ha adelantado la apertura de la nueva muestra al presente mes de marzo, en el contexto de las celebraciones y reivindicaciones de la Mujer en el 8M. Una veintena de obras conformarán la exposición 'María Blanchard (1881-1932)' que, bajo la dirección de Carretero y con un equipo curatorial integrado como es habitual por el propio director del MAS, junto con Juan Muñiz, Fernando Zamanillo y Ruth Méndez, se celebrará hasta mediados de mayo en el edificio Casyc del centro cultural de la entidad bancaria.

Dieciocho de las pinturas que se reúnen ahora pertenecen al MAS y dos a la Fundación Caja Cantabria, al margen de la incorporación de «siete obras inéditas en depósito en el MAS, en estudio e investigación». Asimismo, se suman tres de César Abín, único discípulo de María Blanchard a quien la artista impartió clases en Cabezón de la Sal durante temporadas estivales. Alguna de estas piezas, propiedad del MAS e incorporada a las colecciones generosamente en donación, es especialmente relevante. A través de este conjunto la muestra exhibirá la trayectoria completa de la artista que tiene como punto de partida una etapa formativa en Madrid. Una segunda, «tardoformativa» en París, momento clave en Blanchard caracterizado por dos cuestiones madre: «De un lado, es tiempo en la artista de búsquedas plásticas, apreciándose ya su decidida ruptura. Y, de otro, es un periodo de encuentros y amistades decisivas, tanto en lo creativo, con los conocimientos de vanguardia que aplica, como en el aspecto social y humano». Este fundamental momento es la plataforma en que Blanchard comienza a aplicar esos saberes que se traducen en el arranque de su total compromiso estético.

El proyecto, de manera primordial, vuelve a caracterizarse por resaltar las propias colecciones del MAS y Caja Cantabria

A la tercera etapa cubista, «incuestionable», se añade la cuarta postrera, la del «retorno al orden figurativo, adhiriéndose al movimiento moderno europeo (especialmente italiano y alemán)». A juicio de Carretero, estamos ante «una exposición intensa que exhibe una Blanchard completa». El proyecto, primordialmente, vuelve a caracterizarse por ensalzar las propias colecciones de ambas instituciones (MAS y Fundación), a través de una nueva producción entre ambas bajo un perfil similar.

Desde que cerrara el museo, y a la espera de su rehabilitación definitiva, se han sucedido con ese criterio las muestras: Goya&goyas, Aqva, Terra, exposiciones insertas en PHotoEspaña-Santander o la dedicada a Luis Quintanilla, entre otras, fruto de un trabajo conjunto y de la fusión de sus respectivos equipos y colecciones.

Original y decisiva

Se cumplen ahora dos décadas de la citada muestra monográfica dedicada a Blanchard por el Reina Sofía, con parada en la Fundación Botín, que reivindicó la trayectoria artística y personal de la pintora, partícipe excepcional y personal de las vanguardias de la primera mitad del siglo XX. Una creación que establece reveladoras conexiones con su trágica existencia, además de habilitar a la creadora como «figura coetánea, original y decisiva entre otras grandes figuras del arte a cuya sombra había quedado para la historiografía del arte». Para reconocer su trascendencia se planteó entonces un itinerario cronológico dividido en tres periodos vitales. El reflejo primero de un trayecto de la pintora que entre 1908 y 1913 conformaba la maduración de su identidad pictórica. Hasta 1919, de regreso a París, entraría activamente en el círculo cubista de la mano de Rivera. Desde 1915 fija su residencia definitiva en París, donde llega a ser la figura reconocida. Y esa última etapa citada, hasta su fallecimiento en 1932, que reveló a una artista progresivamente aislada, marcada por sus dolencias físicas y volcada en una pintura que era «expresión de sus propias vivencias, con fuertes acentos espirituales».

Como ha subrayado en ocasiones María José Salazar: «Es una mujer que forma parte de las vanguardias, que es aceptada y tratada por los demás artistas como una igual y cuya obra ha quedado un poco a la sombra». Luchó por ser pintora, se entregó en cuerpo y alma a la pintura, y nos dejó un conjunto muy importante de creaciones.

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